CAPUTULO 10: IRINA RUDENKO

79 13 4
                                    

Pov IRINA

¿Te ha ocurrido alguna vez que te miras en el espejo pero no reconoces a la persona que está ahí reflejada?...

Pues eso es justo lo que me pasa algunas veces justo como hoy. Estoy aquí mirándome mientras seco mi cabello mojado por la ducha que me di aprovechando que Nikita por fin se quedó dormida.

Observo mis facciones, mis labios, mis ojos y siento que soy otra persona diferente, que no soy la madre y ama de casa que en realidad soy, que no pertenezco a este lugar y que hay algo mejor esperándome allá afuera pero entonces de nuevo mi mente me regresa a la realidad para recordarme quien soy y solo soy yo IRINA RUDENKO o almenos eso es lo que me han dicho...

Soy una mujer de 37 años, pero mis recuerdos se limitan a los últimos 7 años de mi vida, mi nueva vida porque antes de eso solo tengo una nebulosa mental con vagos fragmentos de lugares, situaciones y personas que no reconozco y que me persiguen algunos días como si fueran fantasmas tratando de revelarme un pasado que no coincide para nada con mi presente, con ese presente que he construido desde 0 porque prácticamente volví a nacer hace 7 años o por lo menos eso es lo que dice la gente que me conoce.

Ellos dicen que me encontraron a orillas del del Río Volga casi a punto de morir congelada pero entonces fue Faddei Rudenko, quien me rescato y me llevó a su casa en donde junto con su esposa curaron mis heridas, me alimentaron y me cuidaron hasta que pude estar más consiente, sin embargo cuando me interrogaron para preguntarme quien era no pude decir nada pues ni yo misma sabia esa respuesta. Así pasaron los meses y los señores Rudenko me cuidaron y al darse cuenta que mi memoria estaba en blanco decidieron darme un nombre y eligieron este IRINA Rudenko, así que sin importar que antes tuve otro nombre, otra vida y miles de recuerdos que ahora no existen en mi mente, tengo que reinventarme día a día para crear a la mujer en la que me estoy convirtiendo...

Y mientras pasaba el tiempo, los señores Rudenko me incluyeron en su familia porque ellos no tenian hijos y pronto crecio un cariño entre nosotros así que no tuve otra opción y fui acostumbrándome a este lugar, a la gente, a mi trabajo como mesera en una pequeña taberna la cual cambio de nuevo mi vida pues ahí conocí a Mijail Petrov, mi actual esposo quien me conquistó con palabras y promesas que pronto fueron solo eso ya que aquel apuesto hombre que una vez se acerco a preguntarme mi nombre se convirtió en un ebrio vicioso que algunas noches no llega a casa por estar con esas mujerzuelas baratas con las que acostumbra estar así que el hombre que veo llegar a casa no se parece nada a aquel que todos los días se acercaba a saludarme y me llevaba un chocolate con esa enorme sonrisa.

No voy a negar que desde que lo vi me llamó la atención físicamente pero sobre todo en poco tiempo supo como ganar mi confianza ya que al ser una extraña en este lugar el se portaba atento, me llevaba a conocer la ciudad y salíamos a divertirnos hasta que un día salí embarazada y todo cambió, los problemas comenzaron el se portaba diferente pero yo llegue a encariñarme y creia que al nacer el bebé las cosas mejorarían por lo que al final decidimos casarnos, Nikita nacio una fria noche del 18 de octubre y ese día supe que habia conocido al amor de mi vida y fue el momento mas feliz que he vivido hasta ahora. Mijail cambio por un tiempo sin embargo todo empeoro y ahora estoy aquí en un matrimonio de 3 años con un hombre que no soporto pero con el que estoy porque quiero que mi hija tenga un padre, aunque a quien quiero engañar, yo soy la única que se hace cargo de Nikita y muchas veces quiero tomarla en mis brazos y huir fuera de aquí y buscar a alguien que me diga quien soy realmente pero también me falta valor pues vivir sin recuerdo alguno, no ayuda mucho y me llena de miedo no saber que hacer...

Ahora que ya he hablado un poco de quien soy o de quien se supone que soy, también debo decir que mi vida no tiene nada de interesante, soy solo una ama de casa y madre que dedica la mayor parte del día al cuidado de su hija, pues Nikita solo tiene dos años y decidí dejar de trabajar para estar con ella y aunque ser madre no es fácil verla ahí acostada en la cama durmiendo tan tranquila como ahora me transmite paz y ahora es mi turno de dormir porque estoy segura que de nuevo Mijail no llegara, pero como he dicho antes es algo que ya no tiene importancia para mí.

PROYECTO J-27Donde viven las historias. Descúbrelo ahora