Hidan se pasó un momento por una tienda cercana para comprar un par de gaseosas, al rato volvió al motel con la bolsa llena de botellas de agua.
- ¡Ey! ¡Hidan! - El mencionado estuvo a punto de abrir la puerta de su apartamento cuando escuchó la llamada desde el piso de abajo. Volteó a ver desde el balcón y se encontró con la mirada sonriente de Kakuzu, que estuvo ayudándolo con las cajas de la mudanza desde temprano - ¡Baja, necesito mostrarte algo! - Hidan río para si mismo y bajó al primer piso.
- ¿No es muy duro el trabajo? Te traje algo de agua y otros refrescos por si acaso, está haciendo bastante calor - Hidan le dio la bolsa y le agradeció de nuevo por acceder a ayudarlo.
- La verdad no está tan mal, y gracias por el agua - El moreno tomó de una de las botellas dejando el resto cerca de la sombra de la escalera, soltó un suspiro de frescura y volvió al almacén donde estaba todo lo que Hidan iba a desechar. Allí, Kakuzu sacó un bolso bastante viejo que tenía una abeja de juguete como llavero - Te quería preguntar sobre esto, ¿Por qué tienes una maleta llena de cosas para bebé? - Le preguntó abriendo la mochila y dejando ver muchos juguetes, un biberón y ropa de bebé.
El más bajo se quedó en blanco, le quitó el bolso y lo tiró lejos, limpiando de sus manos el polvo - Creí haberte dicho que te alejaras del ático, todo lo que estaba allí se iba a botar ¡Chismoso! - Dijo en tono de reclamo y dándole un golpe fuerte en el brazo derecho a Kakuzu.
- ¡Oye! Nada de pegar - El más alto se sobó la parte del golpe donde de inmediato se puso rojo, el otro resopló - Y solo miré en caso de que se te olvidara algo, pero oye, no desvíes el tema -
- ...El año pasado tuve que cuidar al hijo de un amigo, él desapareció a los días de habérmelo entregado y tuve que cuidarlo varias semanas hasta que me di cuenta que solo me daba más problemas que otra cosa, incluso tuve que comprarle varias cosas nuevas por que lo que su padre me dio no era nada - El peliblanco se quitó el camisón que tenía quedando solo con una camiseta ancha - Al tiempo tuve que dejar al niño con sus abuelos, después de eso no supe más... Supongo que olvidé tirar las cosas que había comprado, le dejé al niño lo esencial -
- Entiendo y... ¿Qué se supone que haces? - Le preguntó al verlo levantar varias maletas que contenían toda su ropa.
- ¿Qué crees que hago? Son mis cosas, no dejaré que lo hagas todo tu solo ¿Qué clase de futuro inquilino soy? - Ambos rieron y terminaron de llevar todo al auto de Kakuzu.
- Estoy exhausto, y ni siquiera moví tanto como tú - El menor se tiró toda una botella de agua en la cara para quitarse la calor.
- ¿No se te olvida algo más? - Le preguntó Kakuzu insinuando que era así.
Hidan se quedó pensando un buen momento, sabía que lo tenía en la punta de la lengua pero no lo recordaba, de repente salió corriendo a su habitación casi cayéndose en la escalera en el proceso. Al los 5 minutos volvió totalmente agitado con su mochila donde tenía su teléfono, dinero, cepillo dental y demás objetos importantes. Ambos se fueron riendo.
Camino al parqueadero se encontraron al que era el arrendatario de Hidan y su esposa. Ambos ancianos pasaron de largo luego de saludarlos.
- ¿Ya lo viste? - Comentó la mujer creyendo que los jóvenes se encontraban más lejos - Ya se consiguió otro hombre del cual aprovecharse, sabía que no debíamos recibir a alguien como él - En definitiva la alcanzaron a escuchar.
El moreno le sonrió a Hidan y dio media vuelta - Disculpe señora - Se puso frente a la pareja - ¿Tiene algún problema con que esté ayudando a Hidan? - Les sonrió amigablemente, sonrisa que en realidad daba miedo - Por favor evite los comentarios ofensivos y agradezca que no lo escuchó la persona equivocada, podría tener problemas con alguna persona más sensible que yo - Hizo una reverencia y se fue deseándoles un buena día.
- Eso no era necesario Kakuzu, yo me he acostumbrado a escuchar ese tipo de cosas, sobre todo de ella - El mencionado que iba al volante en el auto frunció el ceño y se detuvo ante un semáforo en rojo.
- Pero no deberías acostumbrarte a eso, mereces tanto respeto como cualquiera y tu no estuviste en ese trabajo por que quisieras... Se que nos conocimos recién, pero te confieso que se leer a las gente, y tu no eres el tipo de hombre que se aprovecha de quienes le ayudan - El semáforo cambió a verde y el auto volvió a andar - Eres fuerte, literalmente, aún me duele el hombro derecho - Los dos soltaron una risilla - Pero aunque te digas que te acostumbras a escuchar cosas malas de ti, la realidad es que te afectan aunque no te des cuenta -
- ...Creo que tienes razón, pero mejor olvídalo, ya no importa ¿No? -
- ...Bien. Lo dejaremos hasta aquí -
- Oye Hidan - El otro salió del cuarto de invitados después de una larga jornada de desempaque y le respondió desde el pasillo a la sala
- ¿Dime? -
- ¿Qué quieres comer? -
- Amm, cualquier cosa - Se acercó a Kakuzu que estaba viendo la comida en la alacena
- ¿Cualquier cosa? - Preguntó medio ofendido - Vi toda la comida empacada que tiraste a la basura y teniendo la oportunidad de que un chef personal te prepare la cena ¡¿Quieres comer cualquier cosa?! Estoy realmente ofendido en este momento - El moreno agitaba un espátula en su mano con cada movimiento de reclamo hacía Hidan, haciendo que su discurso no pareciera nada serio - Puedo preparar tu comida favorita o algo que quieras probar y lo único que... ¿Qué rayos pasa con tu cara? - El peliblanco estaba a punto de estallar y aguantaba su risa inflando sus cachetes, ya no pudo sostenerlo más.
- ¡JAJAJAJSJAJAJAJAJS! ¡No puedo! ¡JAJAJAJA! - En menos de nada ya estaba en el suelo burlándose sin parar del aspecto de "cocinero enojado" que tenía Kakuzu - L-lo siento, es que, Jajajaja, no puedo tomarte en serio si sigues moviendo eso de arriba para abajo -
- Ahh - Suspiro avergonzado y ayudo al menor a levantarse del piso - Jajaja, perdón -
- Esta bien, pero... si dices que puedes preparar cualquier cosa ¡Te reto! - Dijo Hidan bastante animado, hace tiempo no se reía tanto, ni la pasaba tan bien - Quiero comer algo que no he probado antes... Ramen -
- P-pero, eso lleva horas hacerlo -
- Lo se, ¿Podrías hacerlo mañana? Hoy quiero comer lo mismo que me hiciste cuando estuve aquí hace unos días, también espagueti y albóndigas, nunca lo he probado casero -
Kakuzu sonrió al ver a Hidan más tranquilo - Claro, lo haré ahora mismo -
Hidan nunca se sintió en tanta confianza con nadie, se sentía libre, ligero, sin ninguna preocupación y no se sentía nada intimidado por la presencia de un alfa como Kakuzu, al contrario, aunque no sabe como explicarlo siente una calidez en su mirada. Lo único que sabía ahora mismo, es que estaba agradecido y que Kakuzu se volvería su apoyo muy pronto.
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ₓₓ Eʀᴇs ᴅɪғᴇʀᴇɴᴛᴇ ₓₓ Kakuhidan
FanfictionHidan es un omega de 19 años de edad que ha trabajado en un burdel los últimos años de su vida, cualquiera que lo viera lo juzgaría, pero para el ahora es cuestión de sobrevivir día a día con lo que puede. Saliendo de su "trabajo" una noche, su cel...