Al sentir una ola de luminosidad atacando su rostro, Kakuzu dejó de lado la idea de seguir durmiendo y abrió los ojos tratando de tapar con su mano la luz que ingresaba por la ventana de la habitación de su amigo... Cierto, su mente apenas hizo memoria de que esa no era su habitación, provocando su alteración inmediata. Dio media vuelta girando sobre su cuerpo y se encontró con un tranquilo y apacible Hidan, suspiró tranquilo y se puso de pie, quitando del rostro del contrario los cabellos blancos que caían por este antes de salir del lugar.
Se sentó tranquilamente al frente de la isla de la cocina y empezó a preparar su café para terminar de espabilarse. Al esperar que el agua hirviera abrió sus ojos casi a punto de salir de sus órbitas al recordar cada, pero cada detalle de lo que pasó con el celo de Hidan. Se golpeó en las sienes con sus manos y volvió al cuarto corriendo, encontrando tirado en el piso condones sucios y sus prendas por todo el lugar.
Se sonrojó a más no poder y se desplomó ahí mismo, las imágenes se hacían más claras y tal vez lo que estaba sintiendo era vergüenza, culpa o arrepentimiento, pero para nada alegría ni calma.
En susurros se repetía que no era posible que eso haya pasado, se sentía mal por haberse dejado llevar y no pensar con cabeza fría, pero al mismo tiempo sabía que nunca podría negarse si Hidan se lo pidió de la manera en que lo hizo.Se quedó allí en silencio y levantó la vista, espantandose al ver que el menor lo observaba desde la cama, también con las mejillas rojas, y le sonrió, Kakuzu le devolvió el gesto y luego se fue de la habitación de nuevo, con el corazón a mil y tratando de calmarse.
El peliblanco cambió su rostro a uno decepcionado, tal vez esperaba que en vez de ignorar lo sucedido, Kakuzu aclararía su confesión de anoche y podrían hablar de forma clara sobre sus sentimientos. Bajó la mirada y solo se colocó de pie para ir al baño, ya se había lavado antes de dormir pero aún su cuerpo estaba caliente por el celo y decidió refrescarse.
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.Ambos compañeros de hogar desayunaban en el comedor en un silencio incómodo que los torturaba horrorosamente. Nunca se habían sentido tan distanciados estando más unidos que nunca. Kakuzu creía que Hidan al final recapacitó y le asqueó la idea de haberlo hecho con un alfa ya que eran los seres que más aborrecía (claro, antes de conocerlo), y Hidan creía que Kakuzu era quien se arrepentía de lo que pasó, en parte era así pero no se arrepentía de haberlo hecho con él, si no que no fue de la manera en que desearía.
- ¿Cómo sigues Hidan? - Preguntó Kakuzu para tratar de sacar tema de conversación. El otro quedó en silencio y sonrió un poco mientras asentía como respuesta de que estaba bien, se volvió a concentrar en su desayuno y evitó mirar a los ojos al mayor. Este entendió que no quería charlar y también permaneció callado hasta que terminaron de comer y cada uno se fue a su habitación.
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.El peliblanco estaba sentado en la sala, su compañero ya había salido a trabajar. Estaba releyendo las propuestas de trabajo en las que la paga se ajustara más a su necesidad de estudios, pero al rato se encontraba viendo sus redes sociales, más bien sin nada bueno que hacer.
Solo buscaba una excusa para dejar de pensar en lo que pasó con Kakuzu, él juró que había sido el momento que más iba a recordar en toda su vida, pero ahora solo quería olvidarlo, creía que entonces la confesión de Kakuzu fue una treta para que no desconfiara de tener relaciones con él.Mientras se preparaba un sandwich solo pensaba en todas las groserías que le diría cuando volviera, consideraba la idea de irse y buscar otro lugar donde quedarse por que en su mente el plan de abandonar esa hermosa casa moderna con 6 habitaciones, 2 baños, un ático, una cochera, dos salas de estar, un bella y moderna cocina y la comodidad del aire acondicionado era mejor que seguir conviviendo con alguien que probablemente o probablemente no se "aprovechó" de él a pesar de negar que así fue.
Al final suspiró y se fue a la habitación de aquel de quién se estaba quejando hace minutos, no por nada especial, solo que su televisor es más grande para las películas de terror que el del cuarto de invitados.Rápidamente se hicieron las 4 de la tarde, así que de fue a duchar y sacó una pizza congelada del refrigerador, la calentó y se la llevó a la cama con dos botellas de cerveza. Siguió ahí en su oficio, hizo maratón de Hearstopper, Jóvenes Altezas y una película más, el tiempo pasó volando que no se percató que ya eran las 10:30 y Kakuzu aún no volvía.
Fue a la ventana de la sala para ver si su coche estaba allí pero no, y estuvo merodeando por unos minutos hasta que recordó que estaba enojado con él y se refugió en su montaña de almohadas a empezar otra serie. No pasaron ni 20 minutos, fue velozmente al recibidor y se colocó un abrigo y sus zapatos.Cogió las llaves y abrió las puertas de par en par, antes de poder salir de la casa chocó con alguien. Frunció el ceño mientras se sobaba la nariz y levantó la mirada encontrando los ojos vacíos del alfa.
- ¿Kaku? - Sintió un aroma muy fuerte a alcohol y lo miró con preocupación, el mayor sonrió débilmente para luego desplomarse en el piso - ¡Kakuzu! -
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.Me vo'a matar, que no se note que las pastillas hacen efecto, me equivoque en el nombre al final, que penaaaa, Dios. Voy a dormir como 50 horas después de esto. Pido perdón
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ₓₓ Eʀᴇs ᴅɪғᴇʀᴇɴᴛᴇ ₓₓ Kakuhidan
FanfictionHidan es un omega de 19 años de edad que ha trabajado en un burdel los últimos años de su vida, cualquiera que lo viera lo juzgaría, pero para el ahora es cuestión de sobrevivir día a día con lo que puede. Saliendo de su "trabajo" una noche, su cel...