Cassie Smith trabaja como Agente de policía y ayudaba de vez en cuando al célebre pintor Carl Manfred en su mansión con sus obras de arte y comprándole ciertos colores de pintura, ganándose la confianza de este último y sobre todo de aquél androide...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La batalla se estaba prolongando más de lo que pensaba Markus y Cassie. Muchos androides se reagruparon para hacerle frente a la terrorífica milicia que les disparaban sin piedad, Cassie se colocó al frente pero al percatarse de que iba a recibir un disparo, Josh se colocó al frente suyo para recibir el impacto, haciendo que la contraria gritara mientras recibía sangre azul en su rostro.
—¿Por qué lo hiciste? —Cassie se apresuró en revisar los componentes del contrario pero era muy tarde para él.
—Esta vez no me salvarás, Cassie. —El moreno habló bastante débil. —La sangre que derramemos estará en nuestras manos, gracias por hacerme creer que hay humanos que tienen corazón.
Con la simple mirada pudo entender Cassie que Josh dejó de existir en ese momento. Tomó la chaqueta del Androide y se la colocó en su memoria para seguir en su lucha, pero al percatarse de que quedaban unos cuantos, buscó a Markus desesperadamente para poder tener una solución a tiempo.
—¡Markus! si no hacemos algo moriremos todos. —Gritó Cassie, cubriéndose en un automóvil.
—Tenemos que reagruparnos. —Markus se colocó a su lado y tocó su cabeza, encendiendo su conexión con los demás androides. —Necesito que todos se reagrupen hacia el norte y estén listos.
La voz se corrió tan rápido que todos los androides acataron la orden, corriendo hacia el norte para poder reunirse con sus iguales y buscar su salvación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los androides junto a Cassie, Ray y Leo se dirigían hacia una pequeña barricada para atrincherarse. La pelinegra se detuvo para darse la vuelta y disparar a los militares que le pisaban los talones pero al intentar avanzar se percató que Markus recibió un disparo cerca de un componente importante, haciendo que cayera al suelo a punto de ser asesinado por un militar. El instinto de proteger a su amado hizo que corriera hacia el androide, colocando su cuerpo completo esperando que las balas atravesaran su cuerpo, pero lo único que recibió en ella fue más sangre azul en su ropa de guerra de la androide que menos esperaba.
«North»
El Androide y la pelinegra gritaron por el sacrificio de su mejor peleadora, haciendo que Markus despertara una ira interna y golpease sin piedad al militar que le disparó. En cambio, Cassie se arrodilló y acercó a North hacia ella, llorando sin parar por la locura que cometió la castaña.
—¡¿Por qué hiciste esto?! ¡Fue una imprudencia! —Gritó Cassie desconsolada.
—N-no quería que mur-riesen, deben estar vivos... para seguir luchando. —Respondió North apagándose lentamente.
—Tu mereces pelear más que nadie, North, no puedes dejarme ni tampoco a Ray.
—¡No puede ser! ¡North! —Ray contempló la escena, arrodillándose desvastado.
—Ustedes dos.... merecen vivir felices, amándose y en libertad. —North le quedaban las últimas fuerzas. —Prométeme que vencerán Cassie, prométeme que llevarán a la libertad a todos los... androi..des.
La voz de North se volvió metálica hasta que logró apagarse por completo, Cassie golpeó con sus puños el pavimento, sacando un grito desgarrador por perder a una de sus buenas amigas y mano derecha de ambos líderes. Dejó el cadáver en el suelo y antes de levantarse, lentamente sacó la gorra característica de North y se la colocó en su honor, tomó el valor suficiente para reagruparse los que quedaban vivos y corrió hacia ellos, siendo apuntados por los militares quienes los rodearon con prisa. Markus miró sin miedo al resto de los militares mientras que Cassie solo aceptó su destino, mirando hacia el cielo sin haber conocido al hombre que le salvó la vida hace años atrás, cerró sus ojos por unos segundos tomando un gran suspiro y los abrió, para darse cuenta de que Markus dio unos pasos hacia adelante y realizó algo que no esperaba nadie de los sobrevivientes. Comenzó a cantar como último recurso.
