୧ㅤ ۫ ⃝̫ ׅcat꒰ch꒱ me ,, yeongyu ㅤ ͡

✧ . Nuevo amigo 🐈 ◝

Yeonjun no lo soportaba.

   Todos los días al llegar del trabajo, su casa estaba un desastre. Él tenía que limpiar ya que su chico-gato era suficientemente flojo para huir a dormir cada que Yeonjun pronunciaba la palabra limpiar.

   Sin embargo, Yeonjun no se molestaba, Yeonjun no se podía enojar con Beomgyu.

   Al preguntarle, éste le dijo que se aburría en casa. Sabía que necesitaba urgentemente una forma de que Beomgyu no se aburra, porque un día de esos terminaría incendiando su casa mientras Yeonjun trabajaba.

   Yeonjun había hablado con Taehyun, le insistió —o mejor dicho, le rogó—, para que acepte. A lo que el pequeño de cabello rojo respondió con un "le pagaré la mitad, nada más."

   —¿Por qué tengo que ir, Yeonjun? —Beomgyu gesticuló un leve puchero demasiado tierno y lindo. Yeonjun creyó que se le subiría el azúcar si Beomgyu seguía haciendo aquellos gestos.

   —¡No haces nada! Esa es tu respuesta, solo comes y duermes, apenas y te bañas...

   —¡Eso no es cierto! Yo... —Beomgyu cayó al observar el rostro serio de Yeonjun.

   —Solo vas a trabajar de mesero, no es tan difícil, es más, Jisung podrá ayudarte ¡Harás un amigo gato! —los ojos de Yeonjun brillaron de emoción, Beomgyu llevaba una semana viviendo allí y él ya había notado lo antipático e introvertido que era el gato. Su personalidad era extraña de definir, le gustaba demasiado el skinship, a causa de esto dormían juntos... y abrazados... muy juntos, pero también era bastante alejado del mundo, muy perezoso y a la vez muy juguetón. Todo un caso...

   —Esto no es justo... —susurró Beomgyu.

   Beomgyu se dio cuenta de que iba a ser un largo día en el momento en que, al ir con Yeonjun al café en la mañana, había gente en el lugar. Y no era por referirse a mucha ya que a esas horas, el número de gente allí no sobrepasaba las 10 personas, era porque a Beomgyu, simplemente, no le gustaba la gente.

   —Supongo que él es Beomgyu —dijo Taehyun al ver entrar a Yeonjun acompañado.

   El menor solo asintió con la cabeza—.  ¡Jisung, necesito una manita de gato aquí! —llamó.

   —¿Manita de gato? ¿Es en serio Taegyun? —Un simple tsk con enojo oyeron del bajito.

   Jisung llegó, viéndose tan pulcro y formal como siempre, con esa leve sonrisa que lo caracterizaba. ¿Y Beomgyu? Bueno, él solo se mantenía detrás de Yeonjun. Las moscas le parecían incluso más interesantes en esos momentos.

   Yeonjun volteó a ver a Beomgyu, y lo empujó levemente para que todos puedan verlo (porque detrás de Yeonjun, claramente nadie podía verle nada).

   Beomgyu alcanzó a observar a ambos, al pequeño de cabello rojo y al chico-gato, antes de que este último le tome de la mano con entusiasmo y le dé un tour por el local.

   Ambos dueños confiaban ciegamente en Jisung para esta pequeña tarea. Todos allí creyeron desde el principio que él sería el mejor mentor de Beomgyu ya que ambos eran gatos.

   Y así fue.