✧ . Oh... el amor 🐈 ◝

610 97 4
                                    

Yeonjun quería salir de la rutina, sus días de descanso consistían en Beomgyu y él durmiendo como si el frío les diera ganas de invernar, uno abrazando al otro, haciendo que sintieran menos la temperatura exterior, pero ese día él tenía otros planes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Yeonjun quería salir de la rutina, sus días de descanso consistían en Beomgyu y él durmiendo como si el frío les diera ganas de invernar, uno abrazando al otro, haciendo que sintieran menos la temperatura exterior, pero ese día él tenía otros planes.

   Beomgyu en serio odiaba salir, era primero de diciembre y Yeonjun había saltado con la idea de salir a hacer compras navideñas, pero para él, el moreno solo pensaba en sí mismo, ¿Qué pasaría con sus bellas orejitas si se enfriaban demasiado? ¿Y si pescaba algún resfriado? ¡Él era tan delicado! Yeonjun era un idiota si creía que él saldría de su cueva de oso.

   Beomgyu en serio odiaba salir, era primero de diciembre y Yeonjun había saltado con la idea de salir a hacer compras navideñas, pero para él, el moreno solo pensaba en sí mismo, ¿Qué pasaría con sus bellas orejitas si se enfriaban demasiado? ¿Y...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


   Las mejillas del azabache poseían un fino color carmesí que contrastaba con su piel pálida, el frío calaba todo su ser, y sus orejas se sentían heladas aún después de cubrirlas con una beanie negra, pero debía admitir que la sensación le comenzaba a gustar.

   Después de un rato, el menor comenzó a pedir que regresen a casa porque había demasiado frío y él no traía abrigo suficiente mientras que el mayor se aseguró de ponerse encima toda la ropa que pudo para no congelarse.

   Yeonjun siendo idiota siempre.

   El centro comercial ya no era aterrador, pero seguía representando una aventura, seguía viéndose tan grande e imponente, Beomgyu miraba asombrado el lugar cada vez que iban, mientras el menor reía mentalmente de esas pequeñas reacciones.

   Compraron cosas, oh, SI que compraron cosas, Beomgyu quería su mini árbol de navidad con mini esferas porque era muy lindo según él, también compraron muchos abrigos de lana y beanies que Beomgyu amaba. Pero los estómagos pedían comida a gritos y ellos simplemente respondieron a sus instintos.

   Cargaban bolsas llenas de comida para el mes, decoraciones para navidad y ropa abrigadora, el chico gato no podía evitar querer comprar todo lo que tenga brillitos, sus ojos se iluminaban de forma increíble al ver la gran variedad de artículos para navidad, todo era perfecto ante sus ojos.

   Yeonjun había terminado su comida, así que se dedicó a observar al mayor quien se veía muy entretenido con sus alimentos, comía lento, saboreando cada pedazo de pollo que se llevaba a la boca. El moreno escuchó unas risas estruendosas y muy agudas provenientes de algún lugar cerca de allí.

   Vio a dos chicas gato, la rubia alta abrazaba a la pequeña peligris, se veían muy acarameladas sin importar que la gente las mire raro, Yeonjun bufó, qué valientes eran.

   Se preguntó qué sería de él si fuera tan valiente para confesarse a Beomgyu.

   —¿Te parece raro? —habló el mayor de la nada, el moreno reaccionó dándose cuenta de que había profundizado demasiado en sus pensamientos.

   —¿Raro qué? —preguntó por fin, extrañado por la pregunta de Beomgyu.

   —Ellas —hizo una seña con la cabeza—, se ven tan felices sin importarles qué piensen de ellas—. Beomgyu chasqueó la lengua— Ustedes los humanos tienen conceptos para cada preferencia sexual—. Giró a ver a las chicas gato—, para nosotros es solo amor y ya, no le ponemos tanto drama como ustedes.

   Yeonjun se sintió extrañamente ofendido, además debía admitir que Beomgyu era aterrador cuando se ponía a filosofar de esa forma tan profunda, con el rostro inerte y la mirada inexpresiva. Era raro.

   —¡No seas idiota Irene, es obvio que son novios! —se escuchó a unos metros de ellos, Yeonjun y Beomgyu giraron a ver a las chicas gato al escuchar aquello, estas al darse cuenta de que las miraban, voltearon a ver a otro lado, pero era demasiado tarde, porque Beomgyu ya se encontraba rojo como un tomate, y no era precisamente por el frío.

   Mientras Yeonjun solo se reía de las pobres chicas.

   Mientras Yeonjun solo se reía de las pobres chicas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
୧ㅤ ۫     ⃝̫ ׅcat꒰ch꒱ me ,, yeongyu ㅤ  ͡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora