Capítulo 23

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Amber.

Cuando me desperté me encontraba en una habitación completamente de color blanco, no sabía en dónde estaba, así que intenté ponerme de pie, pero me dolía todo el cuerpo.

Me tomó unos minutos darme cuenta de que estaba en un hospital, aunque no recuerdo porque estoy aquí, no recuerdo nada.

Jacob.

No soporto más esto, quiero verla. Abrí la puerta y entré.

- ¿Jacob? - preguntó ella.

- Amber, estás bien - me acerqué hacia ella, después de mí entraron sus padres.

- ¿Qué me sucedió? -

- Te desmayaste, hija, nos tenías preocupados -

- ¿Por qué? - ninguno tuvimos el valor para responder, ¿ella cómo lo tomaría?.

Amber.

Todos estaban en silencio, no lo entendía.

- ¿Qué está pasando? no entiendo nada -

- Cálmate - me dijo Jacob.

- Por favor, díganme que está sucediendo -

- Creo que todavía no deberías saberlo - dijo mi madre.

- ¿Qué? pero se trata de mí, creo que debo saber que sucede conmigo -

- Pero... -

- ¡Por favor! -

- Esto debe ser muy difícil para ti - dijo Jacob -. Pues... - dio un suspiro, ¿qué tan difícil puede ser decirme la verdad? -. Está bien, sucede que... tienes cáncer -

- ¿Q-Qué? - dije entre balbuceos

- Por eso no queríamos decírtelo - dijo mi padre

- Pero... no lo entiendo; tal vez hasta aquí llegó mi vida -

- No digas eso - dijo Jacob

- ¿Por qué no? el cáncer no tiene cura, puedo morir en cualquier momento -.

Jacob.

No la comprendo, está tan tranquila, como si fuera lo más natural del mundo.

- No digas eso, puedes seguir viviendo, se puede controlar el cáncer -

- No desearía vivir así, siempre necesitaría medicamentos, eso no es calidad de vida -

- A ver, hija, por favor, debes luchar, aunque vivas siempre con medicamentos, pero no queremos perderte, ¿dónde quedó la niña que siempre quiso vivir? la hija que siempre decía que no deseaba morir, que le teme a la muerte - dijo su madre.

- Mamá, he crecido, he empezado a ver el mundo diferente, y creo que no debo seguir viviendo, no en esta condición -

- Yo no quiero que mueras así, debes hacerte los tratamientos para el cáncer -

- ¿Debo? ¡por favor! yo veré que hago con mi vida, mi vida no le pertenece a nadie. Mamá deja de influir en mis decisiones, ya puedo elegir por mí misma, déjame elegir por primera vez, sin tu ayuda, esto lo debo decidir yo -

- ¡Hija...! -

- ¡Ya! Está decidido -

- Por favor, no discutan más, es suficiente - dijo su padre.

- Pero... -

- No podemos hacer algo al respecto, es la decisión de ella, Amber tiene razón, déjala - sus padres salieron desilusionados de la habitación.

- Y ahora, ¿tú también me vas a decir que debo seguir luchando? -

- No sé qué pensar, tampoco quiero perderte, pero si es lo que quieres... - no pude evitar que las lágrimas salieran.

- Escucha, alguna vez tendría que llegar este momento, no quiero que estés triste por mi partida, siempre debemos estar preparados para esto, aunque tampoco sea fácil para mí - me sorprende lo fuerte que es. Me acerqué a ella y la abracé.

- ¿Cómo no estar triste? ¡no quiero perderte! -

- Creo que nadie debe estar triste por una persona -

- ¿ Cómo puedes pensar eso? -

- Pues, es que no me parece justo que alguien sufra por otra persona, nadie debería sufrir por los demás -

- Me asombra lo fría que eres -

- Puedes pensar lo que sea, en todo caso moriré pronto -

- No seas tan pesimista -

- Es la verdad -

- ¡Oh! bien, no deseo discutir contigo; estás mal, tal vez deberías luchar por última vez en la vida, nada pierdes con intentarlo; además puede que sea fácil para ti, pero no piensas en los demás, hay personas que te necesitan, todos vivimos por algo o por alguien, y tú... ¿por qué vives? -.

Amber.

¿Por qué vivo? ¿por qué vivo?, ¡maldición! tiene razón, en esto lo había convertido, en un estúpido con razón, tal vez tendría razón, pero... si siempre voy a estar encerrada en un hospital ¿para qué seguir viviendo? ¿para qué vivir si no puedo disfrutar la vida? ¿para qué vivir si estaré agonizando poco a poco? y por último ¿por qué vivo?...



Por EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora