Capítulo 5: Old Pine

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Old Pine- Ben Howard

Los ojos de la joven recorrieron la pantalla de su móvil y maldijo su suerte con todo su corazón.

Fer: Nana, tu vida parece el inicio de una comedia romántica. Tienes al protagonista guapo al que no soportas y con el que tienes que compartir habitación. Y ENCIMA RESCATAS A SU MADRE SIN SABERLO.

Fer: dónde tengo que firmar??? Yo también quiero que me asignen a mi bigardo escocés de oficio.

Diana:🙃 🫠

  Diana: esto no es gracioso Fer.

Fer: lo es y mucho.
Silvi: Eres tonta al no habértelo tirado ya

Diana: no todo se reduce al sexo.

Silvi: a veces sí, y más cuando llevas esa sequía y tienes a semejante maromo cerca. Tu vagina se va a convertir en un sitio nongrato para 🍆 a este ritmo.

Diana: tengo una vida sexual plena.

Silvi: tu vibrador no cuenta.

Diana: que os den.

Silvi: eso esperamos que haga contigo el maromo escocés.

Fer: JAHAJAJAJJAJAJAJAJAHAJAJKAJAJA

Apagó el móvil y resopló dando por zanjado el tema. Su compañero de habitación no parecía dar señales de vida por lo que decidió revisar y hacer comprobaciones de todo lo que tenía que llevar para ese recorrido por el bosque. Un par de prismáticos, mini kit de primeros auxilios, brújula, agua, comida, tenebrios, kit de anillamiento, cuaderno de campo...
Iba sacando las cosas con delicadeza  de su mochila y las depositaba sobre la mesa de café de la sala de estar, como si fuera un ritual que realizaba por primera vez y no algo que se había convertido en algo más de su rutina. Estaba tan concentrada que ni siquiera se dio cuenta de que la estaban observando.

Los ojos de Alec fijaron su vista en la espalda de Diana y siguieron sus movimientos. Llevaba la melena chocolate recogida en una gruesa trenza que le llegaba a la mitad de la espalda y a diferencia del día que la vio en casa de sus padres, esta vez no había ni rastro de barro en ella. Ese mero recuerdo le hizo poner los ojos en blanco, porque como pasaba cada vez que interactuaban volvieron a discutir. Solo que aquella vez, fue la primera que lo hacían delante de sus padres y con sus progenitores interveniendo para defender a Diana. Ni haciéndolo a posta era posible que se encontrara a Diana en cada lugar al que iba. Era demasiado casualidad que justamente fuera la persona que socorrió a su madre y sin embargo había una explicación perfectamente razonable que no coincidía con ninguna de sus sospechas. Y eso le irritaba mucho. Quizá si se hubiera callado la boca nada más verla no habría comenzado el conflito.

*Flashback*

Alec había salido corriendo de la reunión en la que estaba en cuento vio el mensaje de su padre sobre el accidente de su madre, así que lo que menos se esperaba era verla a ella en casa de sus padres.

-¿Qué cojones haces aquí?- Escupió Alex nada más verla sentada en el sofá mirando a sus padres.

El rostro de Diana se mantuvo impasible mirándole, pero los ojos de su madre se abrieron de par en par.

-¡Alec! ¿Qué modales son esos?- Su madre le miraba escandalizada, mientras la sorpresa se iba dibujando en el rostro de su padre.

La última flor de EscociaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora