Capítulo 11.

674 54 1
                                    


Un nuevo día llegaba, después de desayunar tomé un tren el cuál me llevaría al lugar donde quería visita, estando esta vez más segura, llevaba mi cuaderno por si necesitaba anotar algo. El viaje fue largo, por suerte el tren no iba lleno, era lo que más me agradaba. Llegando a mi destino, emprendí mi camino, guiándome por la ubicación de mi móvil, constantemente comparaba los lugares para evitar tomar dirección incorrecta, por suerte llegué sana y salva al gimnasio correspondiente.

Estaba mal, pero me asomé por una ventana que había, con cuidado de no ser vista, allí divisé a mis conocidos, estos practicaban una y otra vez, a decir verdad la habilidad de cada uno había mejorado. Me quedé allí un tiempo hasta que al parecer la practica dio su fin; me cambié de lugar para esconderme y esperar a que se fueran algunos, asomándome una vez más, noté que los últimos eran Kageyama y Hoshiumi, al estar todo despejado, me adentré por la puerta.

— Ha pasado tiempo, Kageyama, Hoshiumi. — Saludé, acercándome un poco, estos tenían cara de sorprendido.

— ¿Moe? — Hoshiumi reaccionó primero.

— Moe... — Dijo después Kageyama.

— Han crecido, chicos. — Reí, le di un abrazo a cada uno.

— ¿Desde cuándo estás aquí? — Preguntó Hoshiumi.

— Hace semanas, digamos que me contrataron como entrenadora. — Contesté.

— ¿De qué equipo? — Preguntó Kageyama.

— Es un secreto, pronto sabrán. 

— Que injusto. — Sonrió Hoshiumi.

Iba a decir algo más pero el móvil de Kageyama sonó.

— Debo irme, lo siento. — Se despidió. — Me alegra volver a verte.

Se despidió Kageyama rápidamente contestando la llamada que era insistente, quedé a solas con Hoshiumi a solas; extrañamente no me sentí nerviosa, ni insegura, estaba bien, supongo que era parte del proceso en el que lo superé.

— Y... ¿Te has casado ya? — Molesté.

— No. — Sonrió, me indicó que le acompañara. — Digamos qué; Estoy soltero, solo me dedico al volley.

Seguí sus pasos, quedando perpleja con sus palabras, ¿Qué pasó con esa chica?

— Entiendo. — Respondí, sin saber qué más decir.

— ¿Y tú ya te casaste? — Preguntó interesado.

Ambos salimos del gimnasio, caminando hacía afuera de la residencia.

— No pero... Estoy saliendo con alguien. — Respondí sincera, la verdad es que los encuentros con Bokuto las consideraba salidas con intenciones de algo más que amigos.

— Me alegro por ti, espero te cuide esa persona sino se las verá conmigo. — Aseguró decidido. 

— Uh eso le diré. — Reí un poco de solo pensar en aquello.

Él también soltó una risa. — Y dime, ¿Qué hacías por aquí? ¿Espiar? Lastima que aunque le menciones a tu equipo sobre mi, no lograrán detenerme, soy el mejor.

— Ya apareció el señor ego. — Rodé los ojos.

— ¡No me llames así!

— De todos modos no te espiaba. — Mentí.

— A estas alturas deberías saber que no puedes mentirme, te conozco, sé que viniste a eso. — Aseguró sin verme.

— ¿Quizás? — Hice puchero.

Llegamos a un parque y nos sentamos en un banco a conversar.

— ¿Lo ves? Te conozco, me recuerda a la vez que nos vimos por primera vez, me estabas espiando, también recuerdo tu cara de sorpresa al verme saltar tan alto.

— ¿Quizás? — Honestamente no quería aceptarlo tan fácil.

— Mejor acéptalo o me enojaré. — Amenazó.

— Mira enan--

Interrumpió. — Oh... Eres muy valiente para llamarme así, se lo mencionaré al resto de equipos.

— ¡No! — Hice una mueca.

— Gané.

— Te odio.

— Yo también te quiero.



𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍 ┊ Bokuto Kotaro (Libro 2). ☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora