Sentimientos

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El sol resplandecía al entrar por los ventanales de la residencia, otro día lleno de retos empezaba.

Shoto se preparaba para ir a sus clases. Se miraba en el espejo repetidas ocasiones. Acomodando su saco, alisando su pantalón y ajustando su corbata. Últimamente le tenía mucho interés en su apariencia y por ello se esmeraba en estar impecable. Arreglo su cabello y siguió inspeccionando su reflejo.

Una mueca se dibujo en su rostro. Se sentío extraño al momento que cayó en cuenta sobre sus acciones. ¿Qué es lo que estaba haciendo? Era extraño que se dedicará tanto tiempo a revisar su apariencia. Se cuestionó su actitud mientras se acercaba a la puerta para salir de la habitación.

Colocó una mano sobre su frente. Tal vez estaba enfermo, pero se sentía muy sano. Reviso su pulso en su muñeca y todo era normal. Entonces, ¿qué es lo que estaba pasando?

Dio vuelta en la esquina del pasillo para llegar a su salón de clases cuando vio una silueta conocida. Momo se encontraba afuera junto con las demás chicas del curso. Estaban hablando animadamente y sonreian ampliamente. Su mirada fue a parar en la sonrisa tímida de la pelinegra. Se dibujó una pequeña sonrisa en su propio rostro de manera inconsciente. Al parecer pasó mucho tiempo observándola pues Momo dirigió su mirada a la suya, conectándose. Su corazón dio un salto en su pecho y solo pudo esconderse en la pared del pasillo.

Su corazón latía con fuerza y se sentía algo nervioso. Esperaba que la chica no pensará algo raro sobre él. Intento sacar su cabeza al pasillo para verla nuevamente pero ella estaba ocupada en la platica. Volvió a su escondite respirando con un poco de dificultad. Ahora caía en cuenta sobre algo, últimamente ella aparecía en su mente.

¿Qué es lo que pasaba?, ¿por qué su corazón galopaba en su pecho al verla? Era tan hermosa que solo verla lo distraía en medio de las batallas. Parecía que no podía huir de ella y su increíble sonrisa.

Shoto dejó escapar un suspiro. Aquella sonrisa hacía que todo a su alrededor se volviera más brillante pero había algo que lo angustiaba, el se dio cuenta que ella no sonreía. Claro que mostraba una gran sonrisa a los demás cada cuanto pero aquello no se reflejaba en sus oscuros ojos.

Algo no estaba bien con aquella chica, aunque siempre trataba de aparentar estar bien, el podía ver entre las pequeñas rajaduras de su máscara. Desde aquel día en el parque sabía que algo estaba mal pero nunca tuvo el coraje para preguntarle que pasaba, nunca supo cómo tratar con las personas. Era nuevo haciendo amigos y socializando.

Apretó su mano en un puño. ¿Cómo podría ayudarla? y ¿si ella no quiere que le ayuden?.

Frustración e impotencia inundaron su ser. El no se podía quedar parado y dejar que su compañera sufriera en silencio. Debía hacer algo.

Decidido, Shoto salió de su escondite para ir al salón. Tal vez hablar con ella será más fácil después de que se acabase el horario escolar. No quería que se sintiese incomoda enfrente de todos sus amigos.

En la tarde, él le propondría salir.

(...)

Momo, por su parte, no le agradaba la idea de ir a clases. Si no fuera por lo responsable que era, ella se saltaría las clases. No tenía motivación alguna para ir a clases, se sentía angustiada y cansada. Realmente lo único que quería era poder escapar de todos y todo. Ser libre.

Se recostó un momento en la cama y cerró sus ojos.

Desde que tenía memoria, Momo, siempre ha sentido una presión en sus hombros . Al ser la única hija de la familia Yaoyorozu, una de las más importantes familias de Japón, sentía que tenía siempre que dar lo mejor de sí, sin tener algún margen de error. Ella siempre tenía que ser perfecta, porque si no lo era ¿qué es lo que pensarían de ella y su familia?. No quería manchar el estatus de su familia.

Quédate Conmigo - TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora