XII. Indigno

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Yushiro apretó los dientes con tanta fuerza que estuvo a punto de romperse la mandíbula con su fuerza demoniaca.

Era la primera vez durante todos aquellos maravillosos siglos compartiendo al lado de la mujer que amaba que aparecía un desgraciado capaz de cautivar de tal modo a su bella señora.

Tanjiro Kamado y su hermana también lograron llamar la atención de ella no hace mucho, pero aquello era diferente.

Los Kamado partieron en seguida y no volvieron a interferir con su tiempo a solas con la señora Tamayo. Pero ahora ¡Ahora! ¡ESE DESGRACIADO!

— ¡Yushiro! — le amonestó la hermosa demonio.

— ¿Si?

— ¿Podrías dejar de mirar a Akaza como si quisieras sacarle las entrañas en cualquier momento? — solicitó incómoda con la atmósfera oscura que se estaba acumulando alrededor de su leal compañero.

— ¿Lo estoy mirando así?

— Sí.

— Tamayo ... — intervino a Akaza en la conversación. — Comprendo perfectamente la molestia de Yushiro. Me recuerda un poco a mí.

— ¿En qué parte nos parecemos tú y yo, demonio vulgar? — se esponjó Yushiro como gato a la defensiva.

Soyama puso los ojos en blanco con hartazgo. Era penoso verse reflejado en otra persona; la devoción y afecto que sentía Yushiro por Tamayo le recordó la suya por Kyojuro.

— Será mejor que te acostumbres a la presencia de Akaza, Yushiro — indicó calmadamente la demonio de grandes ojos violetas. — Nos acompañará hasta que logremos conseguir la cura para los demonios.

— Entonces daré lo mejor de mí para que lo logremos cuanto antes — declaró Yushiro con decisión.

Aquellos tres demonios unieron sus destinos para perseguir un mismo objetivo: destruir a Muzan Kibustuji.

Tamayo se encontraba cada día más cerca de hallar el antídoto más perfecto contra las células sobrenaturales de Muzan y sin duda aquella medicina sería la clave para la victoria en conjunto con la estrategia final de la compañía de cazadores.

Aunque pareciera inverosímil, la brillante médico mantuvo durante algunos años comunicación esporádica con Kagaya Ubuyashiki. No fue fácil establecer confianza mutua, sobre todo para Tamayo, pero con el paso del tiempo ambas partes concluyeron que era apremiante unir fuerzas para derrotar a Muzan.

Gracias a los valiosos aportes de Tanjiro y Nezuko la cura para los demonios se encontraba en fase final y a esas alturas de la investigación los sujetos de prueba eran un elemento obligatorio para alcanzar la meta. Además, Tamayo y Yushiro se vieron acorralados al no poder descifrar la última pieza del rompecabezas en su investigación. En ese punto la alianza de Tamayo y Ubuyashiki se tornó fundamental.

Moshi mosh~ — Shinobu anunció su llegada al laboratorio de ubicación confidencial.

Tamayo y Yushiro saludaron tranquilamente a la Pilar del Insecto quien se unió por órdenes de Ubuyashiki como colaboradora a la investigación de Tamayo.

Akaza tensó su cuerpo y apretó la mandíbula. Tragó saliva con dificultad.

— Hola, Soyama — le sonrió la cazadora. Sus verdaderas emociones eran un enigma tras la máscara de calma y falsa dulzura.

— Kocho, buenos días.

Shinobu fue la tercera Pilar a la que le fue revelada la noticia altamente confidencial sobre el ofrecimiento de Akaza de someterse a la voluntad de Ubuyashiki para ser utilizado como fuese más conveniente a la compañía de mata demonios con el único objetivo de aniquilar a Kibutsuji y sus secuaces.

Cuando la nieve se derrite [Akaza x Kyojuro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora