09

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Mi excusa para estar en el piso que comparto con Drake y tener a Nanon en mi cama, es muy buena.

No tenía dinero para comprarle una botella de agua, y su mamá lo regañará si llega así a casa.

Por eso prefiero que se le pase un poco.

Cargarlo no ha sido fácil, porque se quedó dormido antes de subir.

Volteo a mi habitación cuando escucho como algo choca con la pared, mientras estoy sirviéndole un vaso con agua.

Suspiro, caminando hasta mi cama, esquivando el otro zapato que tira.

—Buenas noches —dice hundiéndose en la almohada, luego de cubrirse.

Parece que despertó, solo para ponerse más cómodo.

—¿Vas a dormirte tan pronto en la cama de alguien que dices que no conoces?

—Sí.

—Podría aprovecharme de la situación, Nanon.

—Bueno, hazlo, pero déjame dormir.

Sonrío acostándome a su lado.

—Tu mamá no te deja dormir fuera —le recuerdo acomodando su cabello.

—¿No?

—Pero dormiste acá muchas veces y ella aún me odia en el futuro, me lo demuestra siempre que viene a ver a los niños.

Nanon se ríe.

—Mi mamá odia a todo el mundo, no te lo deberías tomar tan personal.

Asiento, sonriendo, porque parece que ya no está a la defensiva.

—Ohm.

—¿Sí?

—Me gusta tu cama, pero me gustaría más si no estuvieras aquí.

—Eso no es amable con tu Alfa, Nanon.

—Perdón —responde haciendo un puchero.

—¿Sabías que acá lo hicimos la primera vez? —pregunto sorprendiéndolo— y la segunda, y la tercera, y unas 300 veces más después, hasta que nos mudamos.

—¿Por qué tú si puedes recodar que lo hicimos, pero yo no? —menciona desanimado— ¿Al menos fue bueno en tu imaginación?

—Sí, fue muy bueno —respondo mirando al techo.

—Podríamos hacerlo de nuevo, para que yo lo compruebe —dice bajito.

—No, Non.

—¿Por qué no?

—Tomaste.

—No estoy ebrio —me dice resoplando— no tiene que ver con el alcohol, porque si te quito lo acosador, lo psicótico, lo desequilibrado y lo drogadicto, creo que eres lindo.

—Pensé que habías dicho que soy un Alfa común.

—Pero eres el único Alfa que hace que mi lobo despierte.

Lo miro a los ojos, dudándolo.

—Ya he dicho que no.

—Pero sé que te gusto, y podemos hacerlo, sin compromisos, solo esta noche, y me voy.

—Para mí, no funciona así contigo —le digo luego de pensarlo— ¿Sabías que tú y yo llevamos mucho tiempo sin hacerlo?

—¿Cuánto tiempo?

—Meses, tal vez un año o más, y lo entiendo porque no tienes tiempo para mí, siempre hay algo que hacer en casa, pero… a veces quisiera que notes que yo también te necesito.

Cuando nos conocimos | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora