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Llevo horas mirando el techo, intentando ignorar mi necesidad de consumir.

No he podido dormir.

Si pudiera drogarme, seguramente no estaría pensando en lo que está pasando.

Tal vez conoció a alguien en la fiesta anoche y quizás terminó en su cama.

Me pregunto si justo ahora está caminando en la habitación de otro hombre.

Él necesita despertar temprano, sin importar qué, porque adora desayunar.

Incluso después de largas reuniones fuera, fiestas o pasar horas cogiendo, siempre es como un despertador.

Resoplo sacudiendo mi cabeza.

Ese ya no es mi problema, pero no puedo evitar pensar en todo lo que estoy cambiando.

El cómo serán sus hijos con otra persona.

Me pregunto si tendrá 2 también, porque antes de que se fuera todo al demonio, nosotros queríamos tener más.

La noche que ha pasado, él y yo hablamos mucho, y fue amable conmigo, aunque yo arruiné un trabajo que le costó meses.

Fue muy lindo.

—Todo pasa por algo —repito en voz alta, porque eso fue exactamente lo que Nanon me dijo.

No estaba enojado conmigo, porque creía firmemente en el destino.

Yo llegué a su vida, porque era lo que debía pasar.

Se fue a casa, cerca de las dos de la mañana, y besó mi mejilla, asegurándose de dejarme en claro, que no habían resentimientos.

Y él me gustó tanto.

Era un Omega diferente a los Omegas con los que me acostaba, porque teníamos una conexión que no había sentido antes.

Por eso decidí que tenía que volver a verlo.

Así que, a la mañana siguiente, fui a un café frente a la universidad a desayunar, para intentar cruzarme con él de nuevo, si es que lo veía entrar.

Jamás había desayunado antes de ese día, ese día que es hoy, pero quería creer que lo vería si el destino estaba a favor y así fue.

Sin embargo, ahora todo ha cambiado y no creo que vaya, pero mi cuerpo sabe dónde debería estar.

Demoro un poco más de lo habitual en el taxi, porque no siento la misma emoción que tenía cuando viví esto la primera vez.

Es que ya lo he arruinado.

O eso creí, porque al llegar, él está sentado en el mismo lugar.

Ahora he llegado un poco más tarde, así que tiene sentido que ya esté ahí.

Verlo me hace sentir... bien.

Me siento donde me senté en el otro pasado, y estoy muy nervioso, así que agarro el menú para disimular.

No puedo evitar mirarlo.

Justo en este momento, él debería llegar y verme, se debería acercar, pedir un café y hablaría sobre las coincidencias, pero no ocurre.

Mi corazón se detiene, cuando nuestras miradas se cruzan, pero solo es porque Nanon ya ha notado que lo estoy mirando.

Dura un par de segundos así, y luego regresa la mirada a su libro.

Me ha ignorado.

Termina de tomar su café, y se levanta, luego de dejar el dinero en la mesa.

Yo aún no he ordenado, pero no quiero quedarme.

Salgo detrás de él, sin una idea concreta de lo que estoy buscando, y lo sigo hasta que entra en el campus.

Sus pasos se hacen lentos, poco a poco, y gira asustándome, porque no lo esperaba.

—¿Qué quieres?

—¿Q-Qué...?

Me he quedado sin palabras.

—Me he dado cuenta, no soy estúpido y tienes que saber que el acoso no es halagador, si quieres hablarme, acércate y ya, no seas el rarito que intenta mirar "disimuladamente".

—N-No, y-yo...

—Oye, tú no eres mi tipo, así que busca otro Omega para molestar, y de nada, ya te he ahorrado el trabajo de seguirme a clases.

Estoy realmente nervioso cuando se va, porque había olvidado su carácter.

Y creo que él me ha rechazado.

Cuando nos conocimos | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora