Final.

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Me siento cansado, como si no hubiera dormido en semanas, pero no puedo mantenerme en la cama, porque el despertador no para de sonar.

Me destapo un poco, para estirarme a apagarlo, y mi cerebro funciona por fin.

El despertador sonó.

Mis ojos se abren de golpe y me levanto, mirando mi alrededor.

Parece que tengo el corazón a punto de salirse de mi pecho, porque estoy de vuelta acá.

Nanon no está a mi lado, obviamente, así que salgo para buscarlo, tratando de recordar exactamente como fue nuestra última conversación.

Cuando bajo las escaleras, lo veo sentado en sillón, abrazando un cojín.

Me siento terrible, porque creo que no ha dormido.

—Non.

Él me mira, y noto que también ha estado llorando.

—Lo lamento, ¿es tarde y ya tienes que irte a trabajar? —me pregunta parándose— creo que olvidé la hora y no he despertado a los niños.

—A-Acaba de sonar el despertador.

—Oh —dice tratando de sonreír— entonces voy a hacer el desayuno.

—Non —le digo agarrando su brazo, cuando está pasando por mi lado— lo siento.

—No tienes que sentirte mal por mí —responde soltando un suspiro— yo lo entendí, si no te hago feliz, no tiene sentido, voy a respetar que quieras terminar con esto, ni siquiera estoy enojado, solo… quiero que lo hagamos de la manera en que menos le afecte a los niños, ¿sí?

Me quiero golpear, porque no sé como me atreví a hacerle daño.

—No quiero terminar con esto, todo lo que dije es pura mierda, yo jamás voy a querer esta vida sin ti, porque la odio cuando no estás.

Nanon me mira, al parecer bastante confundido.

—Pero tú…

—Yo no pensé antes de hablar, porque estaba enojado, pero no pienso realmente así, tú le diste un sentido a mi existencia, desde que apareciste, y yo te amo aunque últimamente nos hayamos alejado, es real que estoy agotado, pero tú no eres el problema, y lamento muchísimo haberte hecho sentir que sí.

Nanon, se sienta, aun mirándome raro.

—Y-Yo tuve la impresión anoche de que querías que nos separemos.

Me agacho frente a él, tomando sus manos.

—Perdón, eso no es lo que quiero.

Ambos volteamos, porque el reloj principal suena marcando las 7, y Nanon se levanta.

—Es muy tarde, tengo que empezar, o arruinaré todo el día, ¿quieres que hablemos de esto en la noche?

No, y no quiero callarme eso.

—No.

—¿No?

Es justamente lo que hace todos los días, incluso ahora, en su cumpleaños, como si no pudiera detenerse nunca.

—Quiero que escuches todo lo que tengo que decir, por favor, porque me hace sentir terrible cuando solo me das los momentos que sobran en tu día.

—No es así —responde rápido, mirándome a los ojos— jamás es mi intención dejarte de lado, yo quiero que todo esté en orden para que no tengas que preocuparte por nada aquí.

—¿En serio?

—Sí, te he oído decir que tienes mucho que hacer en el trabajo, así que intento quitarte otras responsabilidades.

Cuando nos conocimos | OhmnanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora