Harry Potter : Nuevo Mundo [1]

Capítulo 66

Después del desayuno, me puse unos vaqueros y una camiseta, me eché el bolso al hombro y, tomando mi chaqueta por si acaso, fui a la casa de Grimmauld Place.

Después de una charla sobre el clima con Lady Walburga y una taza de té cuidadosamente preparada por Kricher, pasamos a asuntos más urgentes.

"Entonces, Maximilian", dijo Walburga, tomando algunas bocanadas. "Es verano, vacaciones, y tengo curiosidad, ¿qué planeas hacer?"

"¿En absoluto, o en un futuro cercano?"

"Ambas preguntas."

"Estoy pensando en hacer mi tarea para el verano. La última vez logré posponer las cosas hasta el final, lo que resultó en una carrera loca en los últimos días de agosto".

"Eso es algo bastante razonable de hacer. Sin embargo, me gustaría hacer algunos ajustes a tus planes".

Levanté una ceja inquisitivamente, parodiando a un fabricante de pociones.

"Si estás planeando tomar un pariente, y me atrevo a esperar que así sea, entonces deberías esforzarte por encontrar el anillo".

"¿Cuál es la razón de tanta prisa? Bueno, además de tu deseo de obtener una cabeza antes".

Walburga sonrió.

"Encontrar un Jefe para la Casa es realmente importante, y calmaría el malestar en mi viejo corazón, pero la razón aquí es algo diferente. ¡Kreacher!"

Un aplauso sonó como de costumbre desde mi lado.

"Kreacher ha aparecido, Ama".

El viejo elfo doméstico se inclinó profundamente, como de costumbre, con una mano agarrando su espalda.

"Kreacher, dile a Maximilian lo que me dijiste".

Kreacher giró lentamente su cabeza hacia mí como si estuviera parodiando varios monstruos de películas de terror.

"El inusual joven invitado de la noble y más antigua Casa Black", dijo el elfo doméstico, sin tartamudear, con una voz firme pero aún chillona, "ha comenzado a cambiar su magia. El viejo Kreacher puede sentirlo".

El elfo doméstico comenzó a pasarse los dedos por las manos.

"La magia está cambiando lentamente, sin parar", Kreacher de repente se volvió hacia el retrato. "¡Señora Walburga! La invitada se parece cada vez menos a la señora Narcissa..."

Decir que me sorprendió no es nada que decir.

"¿Cuánto?"

"No mucho en absoluto", el elfo doméstico negó con la cabeza. -Muy poco, sí. Pero está cambiando.

"Puedes irte, Kreacher", dijo Walburga con severidad, y el elfo doméstico hizo una reverencia y desapareció.

Me quedé pensativamente en silencio, y Walburga me miró, tomando una bocanada tras otra.

"Sinceramente, no me importa", dijo, dejando la boquilla del cigarrillo a un lado sobre la mesa, "cómo activaste los cambios en tu magia. El principal problema es que si esos cambios van demasiado lejos, el anillo no te aceptará". Pero, si obtienes el anillo primero, entonces los cambios adicionales no importarán siempre que tu magia se asemeje a la magia de referencia aunque sea un poco".

Mi cabeza daba vueltas con pensamientos y conjeturas obvias sobre las razones de un cambio tan interesante.

"¿Es posible conjurar aquí?"

"Este es el hogar ancestral de los magos, Maximilian. La posibilidad de brujería aquí sin miedo es obvia".

Tomé mi varita de la funda en mi antebrazo e inmediatamente la agité.

"Serpensortia".

La punta de la varita brilló débilmente y una pequeña serpiente voló de ella. Aterrizó en el suelo, mirando a su alrededor con disgusto mientras se enrollaba en anillos. Walburga no ocultó su interés por lo que sucedía e incluso se acomodó en su sillón.

La serpiente me vio, probando el aire en busca de un olor con su lengua.

"Two-legged-s-s", siseó, lo que provocó mi sorpresa inexpresable. "Cance-s-s-s el hechizo-s... Te morderé-s-s".

"¡Qué giro!" Me maravillé y concentré toda mi atención en la serpiente. "¿Me entiendes?"

"¿Habla pársel?" la serpiente se levantó del suelo, mirándome con atención.

"¡A la mierda! Víbora Evanesco", una mancha incolora se precipitó desde la punta de mi varita hacia la serpiente, quemándola fuera de la realidad, cancelando la invocación.

"Muy curioso, Maximilian", Walburga sonrió familiarmente en el retrato. Como un depredador. "¿Este joven desea decirle a la anciana algo muy interesante?"

"Francamente," me giré hacia el retrato. "No realmente. Todavía no estoy listo para compartir esos secretos".

"No parece que tenga nada que ver con tus antecedentes. Los Black nunca se cruzaron con Gonts o cualquier otro portador de la lengua de serpiente. Así que es una habilidad adquirida".

Cambió su sonrisa depredadora por una sonrisa amistosa.

"Espero con ansias, sobrino, cuando finalmente estés maduro para obsequiar a la anciana con una historia interesante".

"Indudablemente..."

Ya me he sumergido en mis pensamientos, reflexionando sobre las posibilidades nada fáciles de mi espada. Al parecer, de alguna manera, la absorción del alma del basilisco había afectado mi magia, añadiendo además esta interesante habilidad. Me pregunto si es el cambio en la magia o el alma lo que lo está afectando. Si el Arma Espiritual es parte de mí y absorbió el alma del basilisco, ¿entonces ocurrió la fusión? Otra pregunta es si la fusión de las almas da como resultado un cambio en la magia del cuerpo, ¿entonces la magia es un producto puramente fisiológico o todavía depende de alguna manera del alma?

Me acordé del ritual de resurrección de Voldemort. Usó el hueso de su padre, la sangre de su enemigo y la carne de su sirviente. Su padre era muggle. En consecuencia, no había forma de que pudiera ser genéticamente un mago o un hablante de pársel. Pettigrew tampoco hablaba parsel. Potter hablaba parsel, pero si hay que creer en las conclusiones canónicas de Dumbledore, la razón de ello es el Horrocrux en su frente. Un Horrocrux es un fragmento del alma que no lleva materia orgánica. En consecuencia, la capacidad de hablar con las serpientes se transmite de forma "espiritual". ¿Un Horrocrux afecta la magia de Potter? Desconocido. Hay una razón por la cual la varita gemela de Voldemort le queda bien. Mmm. Resulta que la magia no es un producto puramente fisiológico sino que también depende del alma. Pero según Walburga, mi magia hasta hace poco era completamente igual a la de Narcissa. Casi completamente...