Cinco

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CAPÍTULO 5
“A LA SOMBRA DE LOS TEMORES”

Entré en pánico, no pude emitir ningún sonido y por unos segundos dejé de respirar. Giré mi vista hacia atrás y un hombre yacía parado detrás mío con una sonrisa en su rostro de diversión, mirándome, sus ojos me miraban. Era la primera vez en mucho tiempo que sentía que alguien me miraba de verdad.

Me miraba a mí.

Me notaba.

Luego de mucho tiempo alguien me notaba.

No supe si fue la explosión de emociones en mi interior o el hecho de encontrarme en un cementerio a estas horas pero por alguna razón sentí tanto miedo que lo único que pude hacer fue correr, correr con todas mis fuerzas sin mirar atrás. Cuando creí que ya era necesario me detuve y me escondí detrás de una lápida y me encogí lo más que pude. Para que no me encontrase.

¿Era un muerto?

¿Un fantasma?

¿Un demonio acaso?

¿Cómo fue capaz de verme?

¿Lo había imaginado?

Mi respiración estaba agitada pero aún así trate de no hacer ningún tipo de sonido. Fue cuando ví pequeñas bolas parecidas a un fuego azul empezar a elevarse lentamente.

¡¡Mi cerebro estaba al explotar!!

¿¿Que rayos era eso??

Mis manos temblaban sin control, estaba realmente asustada. Probablemente era el ser más cobarde de la tierra y no me importo como se viese, y se que no resolvería nada pero tomé mis manos y cubrí mis ojos para olvidarme del mundo.

Me había quedado dormida allí, cuando desperté ya era de día. No le pude dar una explicación a lo que había pasado hacía unas cuantas horas pero llegué a la conclusión de que probablemente lo había imaginado. Estando en las bibliotecas también me leí varios libros de psicología y en alguna parte decía que el aislamiento, soledad y esas cosas podían desarrollar esquizofrenia lo que traía consigo alucinaciones.

Todo de día se veía muy distinto, iluminado y para nada tenebroso. De hecho el suelo estaba cubierto de florecitas de colores entre las lápidas y regadas en el camino, quizás por casi nadie venir habían crecido tantas. No me costó hallar el gran portón oxidado y abierto de par en par. Sentí un gran alivio cuando salí de ese lugar.

Tomé la decisión de quedarme un tiempo en Canadá por si mi familia volvía y tratar de averiguar dónde habían ido. Así que me colé a la que era mi casa pero todo estaba reemplazado por muebles nuevos e incluso mi cuarto estaba pintado de blanco con las paredes llena de pósters de bandas. Me senté en la cama y enseguida pude notar que era mi cama. Registré un poco debajo de ella entre las almohadas y levanté el colchón, para mí sorpresa me encontré con un cuaderno de color verde y lo tomé enseguida. Al abrirlo pude reconocer la letra.

Era de mi otro yo.

No tenía muchas páginas escritas por lo que comencé a leer enseguida.

02/08/2021
~Empezaré a escribir porque ya no tengo con quien desahogarme, perdí a mi mejor amiga, la que resultó ser una mentirosa y muchas cosas un poco extrañas me están pasando. Cosas que me asustan un poco, por ejemplo, dejo un objeto en un lugar y aparece en otro, mi teléfono a veces desaparece y la sensación de ser observada todo el tiempo es terrible, eso sin contar de los dolores de cabeza que tengo, o las extrañas sensaciones que me recorren el cuerpo, la sensación de que me falta algo o me siento vacía, estoy confusa todo el tiempo y a veces pienso que soy tonta por la incapacidad de razonar. ¿Me estaré enfermando? Quizás el no tener en estos momentos ningún tipo de persona en la que contar me anda afectando. Al punto en el que muchas cosas se me olvidan y no logro recordar muchas cosas del pasado. ¿Porqué estoy olvidándolo todo? Incluso cosas importantes. Bafff, es muy frustrante~

Intersección [En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora