Nueve

43 20 2
                                    

CAPÍTULO 9
“EL UMBRAL DE LO DESCONOCIDO”

¿Realmente había dicho magia? ¿Existía de verdad? ¿En dónde estaba metida? Me quedé tanto tiempo en silencio que lo obligó a hablar.

—Luego hablaremos de eso —afirmó y comenzó a caminar por el pasillo—. Lo había olvidado, me llamo Dashiell, pero evitemos la formalidad y dime sólo Dash —se detuvo dándose la vuelta, ambos quedando cara a cara— ¿Usted señorita?

Hasta su nombre se escuchaba misterioso, perturbador, elegante; ¿Cómo era posible? Rechisté, ahora procedía a darle mi nombre y no se porqué algo me decía que no lo hiciera, no confiaba nada en él, no me transmitía seguridad.

—Zera.

Un nombre muy común y aburrido como mi vida antes. Y no me estaba quejando, me gustaba lo normal, lo poco complicado.

—¿A qué te referías con lo de magia? —retomé la conversación anterior.

—Todo esto es magia, aquí puedes hacerla libremente, no hay filtros —me explicó mientras caminaba hacia otra puerta al fondo del pasillo—. Cómo ya habrás leído, este es el mismo mundo físico pero de forma espiritual. La gran diferencia es que en este plano puedes hacer lo que quieras e interactuar y crear lo que se te ocurra, ahí está la magia. Es como en los sueños, solo qué aquí todo es real y las cosas pueden dañarte también.

Asentí varias veces, lo comprendía. Y todo ese asunto sonaba un poco aterrador.

—¿Aquí vienen los muertos? —pregunté.

Las palabras salieron de mi boca antes de pensarlas, la duda surgió de imprevisto.

—Básicamente, sí. Este lugar es considerado el purgatorio entre los humanos. Según la Iglesia católica, las almas de los que mueren son retenidos en este pasaje antes de tomar viaje al cielo en donde acaban de purgar. Pero eso no es del todo cierto —explicó y me quedé perpleja—. Las almas sólo pasan por aquí y luego reencarnan. Aunque algunos eligen quedarse. Digamos que este es el cielo y el infierno al mismo tiempo, según el punto de vista de las personas.

No sabía cómo procesarlo. ¿Estaba en el mundo de los muertos? ¿Cómo había acabado aquí? ¿Acaso...?

—¿Estoy muerta? —solté.

Una sonrisa burlona se apoderó de sus labios.

—No lo sé ¿Lo estás?

Eliminé todas esas locas ideas de mi cabeza. Estaba claro que no había muerto.

Al darme cuenta, estábamos en otra sala que parecía el interior de un palacio. Me cautivaron los pilares con diseños complicados, la extraña estructura del techo lejano al piso, que formaba signos y dibujos raros intercalados entre ellos. Todo era luz, belleza. Parecía un castillo hecho por los dioses, con corredores amplios y adornos de lujo.

Un lío de emociones no paraba de dar vueltas dentro de mí.

—Estás pálida, relájate —me habló con serenidad—. Este no es sólo el lugar después de la muerte. No lo consideres así, es mucho más que eso. Este es un mundo maravilloso, lleno de magia, de criaturas increíbles, es el climax de la vida. Todo lo que es imposible en el mundo físico aquí es posible.

—Entonces porqué las criaturas increíbles que tú dices, a mi me parecieron tan horripilantes. ¿Eran reales verdad?

—Si. Pero esas no son las criaturas a las que me refiero, esos eran parásitos astrales.

—¿Qué?

De repente surgió de la mismísima nada una chica y no pude evitar pegar un brinco. Dash se fijó en mí y aguantó la risa llevándose una mano a la boca en un gesto dramático. Probablemente lucía muy patética y claro, la situación le divertía. Ese tipo de persona literalmente gritaba disfrutar el sufrimiento ajeno. Mi corazón se había sobresaltado tanto que casi pego un grito. Había aparecido así sin más frente a él, ¿Teletransportación?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 19, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Intersección [En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora