Dos

68 43 20
                                    

CAPÍTULO 2
“ASIMILACIÓN”

Éramos idénticas.

La misma persona.

¿Y cómo explicaba eso? Si ni siquiera en mi cabeza cobraba algún sentido. Atónita con la situación, abrí la puerta y pasé. Ignoré el caos de sentimientos que tenía repitiendo en mi cabeza que era una broma. Obligándome a buscar fallas inexistentes en esa sustituta.

—Y-ya llegué —tartamudeé.

Pero nadie volteó a verme, nadie giró la vista hacia mí.

—Mamá —pronuncié—. Estoy aquí ¿Quién es ella?

Pero mi madre no giró a verme, ni siquiera parecía que me escuchase.

-¡No es gracioso! -alcé la voz.

La volví a ver y no era posible que fuese algún tipo de broma. Maldita sea, era yo. No tenía idea de cómo había sido posible pero esa chica que estaba sentada comiendo su plato y apartándole los fideos a su sopa era yo. Es algo que sólo yo hago porque los detesto, porque odio los gusanos y en mi cabeza los fideos parecen gusanos.

El dolor en mi pecho como si un vaso de cristal se rompiese y quebrara todo a su alrededor se hizo más intenso casi como si se expandiera, como si se hiciera mucho más profundo y real. Me sentía muy desorientada en ese momento.

-¡Philips! -llamé a mi hermano menor pero este actuó como si nada.

Estaba en un estado dónde mi cordura desapareció y tratando desesperadamente de ser escuchada o atendida tomé el mantel que cubría la mesa y lo agarré lanzando todo al suelo en una descarga de rabia. La comida, cubiertos y platos rotos cubrieron el suelo, mi familia pegó un grito y se alejaron de la mesa en un estado de confusión, con miedo en sus ojos. Pero con todo y eso no notaban mi presencia, ni siquiera habían mirado en mi dirección.

Me comenzó a doler la cabeza y me sentí muy débil, no supe cuando había comenzado a llorar y dirigirme hacia mí cuarto, me sentía igual a cuando estaba ebria, era enfermizo. Era invisible y era como si sólo estuviese en este mundo como una expectadora. Tenía miedo.

Quizás es una pesadilla.

Me dije.

Esto no puede ser real.

Repetí.

Pero no encontraba consuelo en nada.

Entonces el mundo por unos segundos se me fue y caí al suelo. A las pocas horas desperté en el mismo sitio, al parecer me había desmayado. Las luces estaban apagadas por lo que todo estaba oscuro. Me levanté del piso con un molesto dolor de cabeza y vi a mi sustituta durmiendo pacíficamente en mi cama, literalmente, su cama también.

Se me ocurrió levantarla moviéndola un poco pero no ocurrió nada, seguí sacudiendo su hombro hasta que se despertó exaltada.

-Por favor dime qué me ves o algo -rogué.

Esperé unos segundos pero no hubo respuesta. Ella sólo miró a través de mi, a la pared. Era extraño, su mirada lucía perdida, vacía, sin luz ni vida. Era un semblante escalofriante y ver a otro yo ya era bastante tenebroso y perturbador. Por mi parte yo estaba hecha un lago de nervios, quería correr lejos de aquel ser que también era yo. Me hacía temblar y erizar y no de forma positiva. Me enojé y comencé a molestarla, primero le quité las sábanas y las lancé contra la pared, luego prendí la luz y finalmente abrí la ventana. Era satisfactorio ver su mirada desorientada de terror, al menos calmaba un poco el miedo que me hacía sentir. Sabía que estaba mal pero en ese momento todo lo estaba. Solo era verme a mi misma en estado de pánico, era entretenido.

***

Los primeros días me los pasé de esa forma, molestando a mi familia constantemente al punto de que creían que era un fantasma y no lo voy a negar, hasta yo por un momento lo pensé pero deduje que era imposible porque irónicamente seguía viva o mi cuerpo mortal lo estaba, de alguna forma mi cuerpo se había puesto en funcionamiento automático o quién sabe que, no le hallaba ninguna explicación a lo que pasaba.

A causa de mis bromas y travesuras mis padres llamaron a varios espiritistas que según ellos se dedicaban a cazar entidades con sus aparatitos de voz y cámaras pero en ningún momento los equipos que tenían me detectaron. También jugué con ellos moviendo algunos objetos de lugar, cerrando y abriendo ventanas e incluso apagando luces, lo que hizo que se fueran rápidamente de la casa asustados y dudando de sus inútiles habilidades con lo sobrenatural. Era divertido verlos como decían asustados que era un demonio maligno muy poderoso, sacando conclusiones locas y fuera de la realidad. Todos eran tan ingenuos que parecían niños desesperados por dar alguna explicación a lo que no comprendían.

Y si, me sentía rarísima estando de esa forma, siendo literalmente invisible para todos. Un sentimiento amargo surgía en mi pecho, sentimiento que ignoraba pero iba creciendo ahí dentro. La incapacidad de que nadie me viese estaba acabando muy lentamente mi cordura. Pero lo peor de todo es que no lograba buscar una explicación; por mucho que lo pensaba y le daba vueltas al asunto fantaseando con miles de explicaciones locas y sobrenaturales al final ninguna encajaba con mi realidad, una realidad distinta a la de los demás la que se sentía como si estuviese atrapada en un sueño, en otro lugar al que sentía que no pertenecía, en donde nadie lograba notarme.

Semanas después me aburrí de siempre hacer lo mismo así que dejé de torturar a mi familia, sus aterradas caras ya me causaban lástima. Y se me ocurrió la grandiosa idea de seguir a mi sustituta a ver qué tal se comportaba y todo, tenía mis dudas respecto a ella.

El primer día fue normal, haciendo absolutamente todo lo que yo haría. Nada extraño, nada inexplicable. Al parecer mi novio, o sea su ahora novio, Dereck le había dicho que se iría a visitar a sus abuelos por una semana, lo supe al oírla hablando con Susan, mi mejor amiga, su ahora mejor amiga también. Que lío con todo. Era como si se hubiese robado mi vida y yo aquí, mirando sin poder hacer nada. Todos los días era lo mismo, era como verme en mi día a día por lo que me aburrí rápidamente y entonces comencé a espiar a las personas más cercanas para mí. Fue entonces dónde descubrí todas las cosas que terminaron rompiéndome. Fue cuando me dió asco todo a mi al rededor y decidí alejarme por completo.

Intersección [En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora