Felicidad

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Londres, Inglaterra
Mansión Graham de Vanily
En la noche

Amelie se encontraba en su nuevo hogar preparando todo antes de la llegada de su esposo. Había mucho que hacer al llegar de su luna de miel de Europa, pero se encontraba satisfecha con su nueva vida.

Tenía a su lado un hombre atento, cariñoso que la quería mucho y que estaba con ella todas las noches hasta altas horas de la madrugada algo de lo que no se quejaba. Y pensar que si le hubieran dicho que ella sentiría está clase de felicidad en el futuro con un se hubiera echado a reír.

Era un hermoso sueño del qué no quería despertar nunca.

Siempre había envidiado a su hermana Emilie por haber sido valiente y casarse con el hombre que amaba antes de que la comprometieran con alguien que solamente estuviera interesado en su nombre y lo que pudiera obtener de el. Ella en cambio había sido la hija obediente qué había cumplido las expectativas de su padre, pero que fue desdichada en su matrimonio.

Lo único maravilloso de su matrimonio era su hijo Félix que a pesar de ser alguien frívolo tenía un gran corazón y la quería mucho a pesar de los esfuerzos de su padre por alejarlos. Esperaba que su hijo encontrará la felicidad al lado de una chica que lo hiciera muy feliz.

Había tenido la esperanza de que su hijo todavía saliera con mademosille Isabelle Riveau, pero al parecer ambos no tenían interés en volver a revivir una relación que no tenía futuro. Bueno, al parecer no eran el uno para el otro así que sólo tendría que esperar un poco más para conocer a su futura nuera.

Ahora estaba tomando decisiones por sí misma y se sentía muy satisfecha.

En el momento de regresar de su luna de nivel no habían dormido en la Mansión Graham que era propiedad de su hijo sino en la que era de ellos. Su esposo le había dicho que podía hacer remodelación a su hogar si lo deseaba algo que se tomó al pie de la letra.

Tambien se había traído sus trabajos de su habitación oculta de alfarería para ponerlos en algún lugar de la casa apropiados y otros en una habitación qué no se ocupaba y que convertiría en su lugar de trabajo. Se lo había comentado a su esposo y este le había dicho que lo usara si quería.

De vez en cuando iba a verla trabajar ahí algo que a ella le empezó a gustar luego de un tiempo.

Ahora se dedicaba a darle instrucciones a su ama de llaves para que preparara la comida y mañana Amelie se encargaría de las cuentas, el inventario de cosas que tenían, acudir a un evento benéfico y probablemente al día siguiente se pondría a hacer cerámica sino surgía algo más. Atender a su esposo también era prioridad para ella.

Elliot había salido de viaje de negocios a Bristol, pero regresaba la semana siguiente. Era increíble cómo lo estaba extrañando. En poco tiempo se había acostumbrado a tenerlo junto a ella.

Hubiera seguido hablando con su ama de llaves cuando en ese momento su cabeza empezó a darle vueltas y termino desmayandose. Lo único que medio escucho fue la voz de su ama de llaves llamando a una criada para que la llevara a su cama mientras llamaba a un médico que viniera a revisarla.

En el momento en el que despertó se encontraba en su cama teniendo al lado a Anne Smith su ama de llaves y al médico personal de la familia que al parecer había terminado con su revisión.

- ¿Cómo se encuentra señora?. - Le preguntó la mujer preocupada.

Amelie tardó unos segundos en recordar todo y darse cuenta de lo que pasaba.

- Ya me encuentro mucho mejor... No sé porque me sucedió el desmayo, espero que no sea nada grave. - Dijo tranquilamente.

Aunque por dentro esperaba que no fuera nada grave lo que le sucediera porque no tenía ni idea de cómo decírselo a su esposo y su hijo.

- No se preocupe señora Graham lo que usted tiene no es nada grave y se le va a pasar todo dentro de algunos meses. - Confirmó el doctor.

- ¿Cómo en cuantos meses?. - Quizo saber.

- Cálculo qué dentro de unos seis meses todo habrá pasado. - Cálculo el doctor.

Amelie comprendió enseguida lo que aquello significaba. Estaba embarazada, después de tanto tiempo le parecía increíble. Aunque si los cálculos del doctor eran correctos ella había concebido la primera noche que pasaron juntos. Se sonrojo ligeramente al recordarlo.

El doctor empezó a decirle a Amelie los cuidados qué tenía que llevar, recomendaciones y a programarle citas para checar a su bebé. Era tan emocionante que apenas presto atención a todo. Menos mal que Anne se encontraba ahí para ayudarla.

Se despidieron del médico muy contentas de que no fuera nada grave.

- ¿Le ha comunicado a mi esposo que me he desmayado mientras hablábamos?. - Comentó.

Necesitaba saber aquello.

- No mi señora.. Si le decía a su esposo que usted estaba enferma insistiría en venir inmediatamente de su viaje de negocios y no considere prudente llamarle hasta tener toda la información. - Explicó.

Anne Smith estaba empezando a caerle mucho mejor. Ella nunca había confiado en su ama de llaves ya que siempre le contaba sus pasos a su esposo para asegurarse de que no lo engañara a pesar de que el infiel era él.

- Podría pedirle un favor. - Dijo Amelie.

- ¿Qué desea mi señora?. - Dijo la mujer.

- No le cuente nada a mi esposo será una sorpresa cuando vuelva de su viaje y le diré personalmente qué seremos padres. - Dijo con una sonrisa.

No podía esperar a que volviera de Bristol. Su esposo sería el primero en enterarse y luego se lo comunicaría a todas sus amigas e hijo.

Sentía una felicidad completa. Y esperaba que su esposo sintiera lo mismo al contarle la noticia.

Durmió luego de tomar una cena ligera ante la insistencia de Anne, pero le tomo algo de tiempo dormirse al imaginarse a su hijo o hija en sus brazos y la forma en que le diría a su esposo que serían padres.

Su vida era y sería maravillosa. No podía esperar a vivirla.

Amores Verdaderos. Miraculous Ladybug. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora