Miles Pierce

13 3 0
                                    

París.... Finalmente se encontraba en la Ciudad del Amor. Y al parecer era tan majestuosa cómo Sabrina se la había descrito porque sí... Él era el chico con quién ella estuvo conversando en Nueva York.

Lo cierto es que a pesar de ser americano. Su ciudad natal era Nueva Orleans y sólo había ido ahí para poder conocer a los franceses algo que le había cambiado la vida al conocer a Sabrina de la cual se encontraba enamorado.

Ella era la razón por la cual había hecho el intercambio a París cuando vio la oportunidad. Antes de viajar al viejo continente tuvo una conversación con Max Kante que era de la clase de su querida pelirroja que le ayudó dándole consejos de algunas costumbres francesas que quizá como americano no comprendía.

Así que ahora se encontraba en el aeropuerto esperando a la familia de acogida que tenía que estar con él durante su estadía en la ciudad. Era una suerte ser de Nueva Orleans porque el idioma francés no era desconocido para él.

No tuvo que esperar mucho tiempo porque de pronto vio a un policía sosteniendo un letrero con su nombre y a su lado la vio a ella. No podía creer lo que veían sus ojos.

Sabrina estaba parada al lado del hombre que seguramente era su padre esperándolo cómo si no pudiera creer lo que veían sus ojos. Sabía por lo que estaba pasando porque él se sentía exactamente igual al verla tan cambiada, hermosa y su corazón lo único que hacía era latir con tanta intensidad al mirarla.

Quizá no fuera la chica más bella del mundo para los estándares de ahora, pero para él era cómo tener a una diosa justo frente a sus ojos.

Su pelo rojo al igual que sus ojos verdes que por lo que veía era herencia de su padre estaban brillantes, ya no tenía la diadema para su pelo ni sus anteojos usando lentecillas que resaltaba sus ojos, llevaba una gargantilla de oro en el cuello junto con una pulsera. En cuanto a su atuendo tenía un pantalón de mezclilla azul pegado, de zapatos unas balerinas verdes y una blusa del mismo color manga corta que hacía bastante contraste con su cabello.

Se veía hermosa... Mejor que eso. No encontraba palabras para describirla.

No podía retrasarse más al haberlos encontrado ya que daría una muy mala impresión y no quería hacer eso por nada del mundo. Además no podía esperar para estar cerca de ella y ver si sentía lo mismo que él.

Al encontrarse con ellos les habló en un fluido francés saludos y disculpas por no haber llegado a su encuentro tan rápido. Se dio cuenta de que el padre de Sabrina estaba feliz de que hablara en francés porque no podía conversar mucho en inglés. Miles sabía que Sabrina conocía el idioma, pero sería de muy mala educación hacerlo entre ellos así que él debía adaptarse al idioma francés.

Los tres subieron a un taxi al salir del aeropuerto para poder llegar a su casa y que descansará para el día lunes porque se presentaría a clases y comenzarían el último año. Era bueno que llegará sábado porque descansaria y lo pondría al día antes de ingresar a la Francois Dupont.

No tuvieron tiempo para hablar en el taxi, pero Miles pudo ver cómo Sabrina seguía asombrada y desconcertada por tenerlo cerca algo que lo hizo muy feliz al ver que ella sí sentía algo por él y que su viaje en opinión de sus amigos por una chica francesa que a lo mejor tenía a alguien no había sido ninguna locura y si lo había sido está había válido la pena.

Al llegar a la casa de la familia Raincomprix se pudo dar cuenta de que Sabrina era la que se hacía cargo de la casa mientras su padre trabajaba y el otro tiempo se lo dedicaba a sus amigas con las cuales había tenido una pijamada la noche anterior.

Cómo ella no había tenido tiempo para cocinar le había preguntado que le apetecía que ordenarán para la cena. Él naturalmente había dicho que lo que quisiera estaría bien así que terminó pidiendo comida italiana para cenar.

El padre de Sabrina había estado con ellos durante un momento hasta que tuvo que irse a descansar y los dejó completamente solos. Era el momento de romper el hielo.

- Me alegra volver a verte Sabrina - Dijo sonriendo.

Al principio ella parecía algo desconcertada, pero luego empezó a sonreír nuevamente cómo la vez que estuvieron juntos en la azotea del hotel. Su corazón se inundó de amor y felicidad.

De pronto empezaron a recoger las cosas y limpiar antes de tener que descansar para el día de mañana ponerse al día.

Le estuvo hablando de lo ocurrido en París desde que se habían dejado de ver. Su amiga Chloe ahora estaba de novia con el hijo de un noble y dejó de perseguir al modelo aparte de portarse mejor, tenía otras nuevas amigas llamadas Lila y Belle las cuales estaban teniendo también relaciones con chicos y ella había salido con Max, pero no funcionó. Él no había tenido idea de aquello y sintió algo de celos. Fue un alivio cuando ella le dijo que ninguno sufrió cuando terminaron porque no sentían nada el uno por el otro.

Un tema importante que también le habló es que había compañeras en su escuela embarazadas llamadas Marinette Dupain-Cheng y Zoe Lee y que al parecer la escuela estaba dividida por grupos que se llevaban solamente con sus amigos y los demás sólo se toleraban.

También le había advertido que las líderes eran Marinette Dupain-Cheng y su amiga Chloe Bourgeois y que seguían en el mismo grupo. Al verlas en Nueva York había pensado que se peleaban por el modelo y Sabrina se lo había confirmado, pero ahora era por costumbre porque Chloe ya tenía un novio y Marinette si había salido con Adrien, pero habían terminado.

Al terminar los deberes del hogar ambos se fueron a dormir a su habitación. Miles se había dado cuenta que su habitación estaba al lado de la de Sabrina, pero eso no importaba en ese momento. Él estaba cansado y lo único que necesitaba era descansar.

Había sido un día cansado y magnífico. Había llegado a la casa en la que se quedaría que resultaba ser la de Sabrina, la tenía al lado de su habitación y a pesar de haber tenido pareja anteriormente ahora se encontraba soltera.

No sabía con seguridad si sentía algo por él, pero estaba seguro de que con el tiempo podía ganarse su corazón y finalmente estaría con la chica de sus sueños.

Amores Verdaderos. Miraculous Ladybug. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora