Subestimación

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La luz que entraba por la ventana despertó a Hermione; un tempus en su varita le indicó que ya era pasada las nueve de la mañana, por lo que, tras asearse y prepararse para el día, bajo a desayunar. Sin embargo, se extrañó al no encontrarse con su hermano en el comedor.

—Tris—en un segundo la elfina estaba frente a ella.

— ¿La maestra llamo a Tris? ¿Cómo puede servir Tris a la maestra?

—Ya te lo he dicho Tris que, cuando no hay visitas, me llames Hermione—dijo presionándose el puente de la nariz, mientras la criatura negaba con la cabeza—. Eres incorregible, pero está bien. Te llame para preguntarte si sabes dónde está Theo—Tris tiró de sus orejas hacia abajo— ¿Tris? ¿Dónde está Theodore?

—Tris no sabía si avisarle a la maestra o no, pero el maestro ha estado muy alterado y bebiendo desde que se levantó. Tris no debería contar nada sobre sus maestros, pero usted también es su maestra, así que Tris no sabe qué hacer.

— ¿Cómo que ha estado bebiendo? ¡No son ni las diez de la mañana! —La elfina se estremeció ante el tono de su voz— ¿Dónde está? ¿Puedes llevarme a él?

—Sí, Tris puede hacer eso. El maestro está en su habitación, así que Tris puede llevar a la maestra hasta la puerta, pero no más allá.

—Bien, tiene que ser suficiente—Y tras tomar los dedos huesudos de Tris, ambas aparecieron en un "pop" frente a la puerta de Theo, la cual estaba extrañamente decorada con una liebre y una nutria que parecían estar jugando a orillas del lago negro, observando a otro dúo de estos mismos animales, a lo lejos, cerca de las puertas de Hogwarts.

Cuando la castaña quiso tocar la puerta, esta se abrió levemente, por lo que la empujo hasta abrirla totalmente, mientras llamaba al castaño por su nombre. Lo que vio la sorprendió, porque todo era un desastre; libros por todos lados; las cosas que al parecer había traído del futuro, estaban esparcidas y Theo sentado en el centro de todo con un vaso de whisky de fuego en una mano y un manuscrito en la otra; su cabello hecho un desastre, como si se hubiera estado pasando la mano repetidas veces; bolsas azules debajo de los ojos como si no hubiera dormido.

—Theo—Lo llamó suavemente y él levantó la vista— ¿Qué estás haciendo? ¿No crees que sea algo temprano para beber? —Preguntó tentativamente, mientras se acercaba.

Los ojos de su hermano eran de un azul noche muy intenso. Después de sus charlas y lecturas ligeras, ella pudo descubrir que eso se debía a que estaba ocluyendo.

—Tenías razón—Dijo dejando el vaso a un lado—. Joder Granger, esperaba que no la tuvieras.

— ¿De qué hablas Theo?

—Hablo de tus sospechas sobre Rosier y Black—ella lo miró sin comprender, por lo que él se pasó ambas manos sobre el rostro, lleno de frustración— ¿Qué día es hoy Granger?

—Seis de Mayo—Contestó algo dudosa

—Día, Hermione—Parecía estar invocando toda su paciencia.

—Viernes. Theo no te entiendo ¿dónde quieres llegar?

—Vamos Granger, no es tan difícil. Ayer era cinco de mayo y era un jueves... dime ¿dónde deberían estar Black y su prometida? —Le tomó unos momentos a la castaña, dado que primero había comenzado a buscar en sus recuerdos, pero cuando la realización la golpeó, miró Theo con los ojos bien abiertos.

—Hogwarts—dijo casi en un susurro inaudible

—10 puntos para Gryffindor—se burló secamente— y ¿Cuáles son las únicas razones por las que puedes estar fuera del colegio a finales del semestre? Más si es el año de tus TIMOS

El Sacrificio de AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora