Happier than ever

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—¡¿Qué hiciste qué?!

Ese fue el cuestionamiento incrédulo realizado tanto por Theo hacia Hermione cuando le contó acerca de lo sucedido la madrugada del sábado, como el de Remus, cuando Sirius fue obligado por James a explicar el lío en el que los había metido.

Sala de Menesteres

—¿Podrías calmarte? — Pidió Hermione sin levantar la vista de la poción que se estaba revolviendo.

La castaña había evitado con éxito a su hermano todo el fin de semana, pero ya era lunes por la tarde y necesitaba dar los últimos toques a la poción matalobos, para que estuviera lista para dársela a Remus a tiempo para la noche del día siguiente.

Así que lo convocó en la Sala de Menesteres en un periodo libre que ambos tenían libre esa tarde. Esperaba que verla hacer la poción lo calmara o al menos evitará que arremetiera contra ella por su imprudencia.

—¡¿Qué me calme?! ¡¿Acaso te das cuenta de lo que harás Hermione?! ¡Te verás mañana en luna llena con un hombre lobo, tras un maldito eclipse! ¿Al menos sabes lo que les ocurre cuando la Luna se encuentra en eclipse? —Hermione lo miró y Theo supo que, dado la euforia del momento, ella no tenía idea de que habría un eclipse. — Genial—siseó

—Theo...—intentó, pero él volteo a mirarla de tal manera que la voz de Hermione se atoro en su garganta con algo de temor.

Sabía que Lord Nott era uno de los motífagos más despiadados que existieron y que en realidad pocos conseguían siquiera levantar su varita contra él, ya que todos decían que tenía una mirada que era tan intimidante, fría y vacía, que paralizaba a sus víctimas, dejándolos a su merced. Hermione estaba segura que, aunque no conocía al hombre, podía verlo reflejado en su hijo en ese momento.

De pronto ella sintió la magia de su hermano rodeándola, filtrándose por su túnica y hormigueando en su piel

—No irás— Le ordenó

—Theo—la magia que la rodeaba era espesa, ella ya no podía seguir revolviendo la poción, estaba realmente paralizada y comenzaba a faltarle el aire—me lastimas—murmuró y de pronto jadeó cuando la magia de Theo retrocedió—¿Qué rayos fue eso? —Dijo apoyando sus manos sobre la mesa frente a ella para evitar caer, al mismo tiempo que miraba a su hermano e intentaba regularizar su respiración

—Lo siento—La sorpresa inicial de Theo fue reemplazada por una máscara de indiferencia y ojos ónix—pero es mi última palabra, no irás allí

—No puedo no ir—El castaño iba a protestar, por lo que Hermione lo detuvo, todavía tenía la respiración un poco irregular—jure por mi magia que estaría allí

Esta vez Theo volteó, maldiciendo por lo bajo, y un viejo armario fue el receptor de su ira, quedando reducido a cenizas

—¡¿Cómo pudiste ser tan imprudente?!—la leona nunca creyó ver al tranquilo Theodore Nott en ese estado

—Theo—lo llamó e intentó acercarse a él—Remus tomará la poción, tendrá conciencia. Él no me hará daño—extendió su mano, la cual Theo miró, pero no tomó

—¿Cómo estás tan segura?

—Conozco la poción, Snape nos la enseñó y es la misma que el profesor Lupin tomaba. Él me explicó que, gracias a ella, era como si fuera un animago; Lunático estaba en su mente, pero compartiéndola, no controlándola por completo. Si había algo que no quería hacer podía detenerse; las transformaciones también eran más fáciles y recordaba todo lo sucedido al día siguiente

—¿Estás segura que funcionará? —Hermione hizo una mueca— ¿Qué es lo que no me estás diciendo? —Theo entrecerró los ojos y la castaña suspiro

El Sacrificio de AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora