Ella no conocía la otra faceta de su novio, siempre estuvo cegada ¿por qué desconfiaría de su primer amor?, hasta que llego él a poner su mundo de cabeza.
Adriana; dueña de una de las cadenas de hoteles más reconocidos en todo Europa.
Kenneth, con u...
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Adriana
Estoy en la reunión con la organizadora de la boda y estoy al borde de un colapso.
No debí hacerle caso ha Alejandro.
-¿En que lugar prefiere que se haga la fiesta de compromiso? – odio aquí.
-No lo se!!, en este hotel – le digo ya harta. Ella no se puede hacer cargo de eso.
-Ok, tiene alguna temática para la fiesta – ¿se necesita una temática para la fiesta de un compromiso?
-No tengo, señora victoria disculpe pero debo dejarla. Tengo un compromiso – Si no le digo eso seguirá atacandome con preguntas.
Ella sale de mi oficina y Por fin puedo respirar en paz.
Desde la mañana no he visto a Kenneth.
Desde qué pasó lo qué pasó en Argentina, tengo la necesidad de verlo a cada rato y eso no puede ser.
Aún recuerdo lo que me dijo Alejandro el día que hablamos.
Flashback
Cuando llego a casa esta Alejo esperándome afuera. Entramos y soy la primera en hablar.
-Alejandro, desde que llegaste de ese viaje has estado raro conmigo. – No quiero darle mucha vuelta – No se que nos pasó. Pero ya no siento lo mismo que antes. Tú tienes tus secretos y no me digas que no – trata de hablar. Pero lo detengo – no digas nada aún. Hace unos días estuve con otro hombre y no me arre... - detengo mi hablar cuando me suelta una cachetada. Toco mi labio y noto que tengo sangre.
No está permitido llorar. Eres una mujer fuerte.
-Quiero que te largues de mi casa, ahora!! – le digo tratando de parar la sangre que sale de mi labio. – eres un hijo de puta – trata de golpearme denuevo pero me muevo para que no me de.
Jamás pensé que Alejandro llegara ha esto.
-Pues este hijo de puta te dirá dos cosas. Uno, eres una perra y segundo, piensas que no se con quien me engañaste – trago saliva – Adriana no me conoces, crees conocerme pero no lo haces. Atrévete a dejarme y esto que te hice sera una pequeñez comparado a lo que le haría a Kenneth.
Ha estas alturas ya tengo los ojos inundados en lágrimas, pero ninguna cae.
