⚡️Capítulo 26⚡️

50 22 3
                                    

Kenneth

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kenneth

Ha pasado una semana desde que me quede a dormir en casa de Adriana, desde hace un tiempo estoy notando que ya no me pide el café y solo vive vomitando. Lo más seguro es que tenga gastritis.

Lo mejor es preguntarle a Héctor (que por cierto llevo rato de no verlo) haber si sabe algo, porque si le pregunto a ella me manda a volar.

No había notado que Astrid está embarazada, me da mucha felicidad. Un hijo siempre es un regalo de la vida.

-Buenos días cariño – dice coqueta – debo hablar con tu jefa – le pido un segundo para avisarle a Adriana.

La llamo y me dice que la deje pasar — Puedes pasar Astrid — se va pavoneando las caderas hasta la oficina de Adriana.

Que rara y yo que pensaba que la rara era Karol.

De alguien que no he sabido en esta semana es de esa chica del cabello rosa, es muy extraño ya que ella vive llamándome cada dos por tres.

Estoy apagando el computador para ir a almorzar cuando llega Alejandro junto a sus padres. La última vez que estuvieron aquí no termino para nada bien.

-Buenas tardes, ¿en que se les puede ayudar? – ante todo mi profesionalismo. Ellos me ignoran y tratan de entrar a la oficina de la señorita Fiori, pero me pongo frente a la puerta – Si quieren entrar deben esperar que los anuncie o también puedo anunciarlos con seguridad.

Hay mucha paz en el pasillo para que ellos vengan a dañarla.

-Está bien – dicen resignados. No me movería – llama rápido – enarco una ceja – está bien no nos moveremos de aquí.

Llamo a mi jefa y no demora en responderme con que los deje entrar pero que no me valla todavía.

¿Por que quiere que me quede si yo no estaré en esa reunión?

-Pasen – al parecer les dije que le darían oro, porque casi que salieron corriendo.

Me quedo en la oficina como podido mi jefa.

En el momento que tomo asiento en mi silla entra Kath y le pone seguro a la puerta.

-Hola conejito — se va acercando hasta donde estoy y cuando llega donde mi, comienza a soltarse los botones de su camisa — podemos cambiar la rutina y hacerlo en tu oficina bebé – es obvio que no lo haré.

Trato de alejarme y ella se sube a horcajadas quedando así encima de mi miembro que se encuentra duro.

A pesar que yo no quiera hacer nada el parece que si quiere. Pero no cogere con Katherine estando tan cerca de Adriana.

-Amor, quiero que me folles duro sobre tu escritorio – no se que le pasa a Kath, porque yo no la he tocado y ella parece ya estar a punto de correrse.

Conflicto De Amor  #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora