Entre Hilos Y Explosiones

ᵈᵒˢ: 𝑯𝒂𝒓𝒖𝒎𝒊 𝑪𝒐𝒎𝒑𝒓𝒆𝒉𝒆𝒏𝒏𝒔𝒊𝒗𝒆 𝑯𝑺

El primer día de clases había sido un éxito.
Aunque la palabra correcta sería decir casi un éxito.

...

Seamos sinceros, no estuvo ni cerca de serlo, así que volvamos a la tercera clase.

¿Japonés contemporáneo? Un éxito.
¿Álgebra? Su nuevo orgullo. Sumando que la profesora era tanto filosa como amable.
¿Ciencias? Salió mejor de lo que había salido el primer día en su anterior preparatoria.

Hasta ahora, Bakugou Katsuki había triunfado en las clases.

Ahora, después de tres horas y media, el descanso para el almuerzo comenzaría; pero antes de eso, durante los descansos entre clases varios de sus compañeros se acercaron a tratar de hablar con él.

De esos 30 estudiantes, dos eran tan jodidamente pegajosos: la niña de cabello alborotado y el idiota con el mechón negro. Sólo iba a estar tres años en ese instituto, no tenía por qué aprenderse los nombres.

Durante el descanso, estos dos se acercaron.

─Kaminari y yo iremos al tejado de la escuela, por si quieres encontrarnos allá─ ofreció la chica.

─Podemos mostrarte la escuela si quieres.

Bakugou los miró y posteriormente suspiró, desviando la mirada penetrante que los alumnos frente a él tenían.

─Me quedaré aquí.

Sus compañeros se miraron de nuevo y salieron del aula. El cenizo se recargó tranquilo en su asiento, abriendo su bentou. Agradeció que su madre no lo hiciera con algún tipo de decoración absurdo e infantil. Preparó sus palillos y se dispuso a comer de su alimento, mirando de vez en cuando a los compañeros que se habían quedado en el salón, algunos comiendo solos y otros en grupos, de hecho hubieron algunos que se dispusieron a dormir en el receso.

Bakugou observaba a todos mientras comía.

No comía muy rápido, pero tampoco lo hacía lento. Esto fue para ocupar al menos la mitad del tiempo comiendo y así no tener que seguir mirando a los demás sintiéndose el único chico al que ninguno se le acercaba.

Claro, esto fue por el mal carácter que mostró en las primeras horas, ¿argumento ganador? Él es así y nadie puede obligarle a cambiar sólo por tener conocidos que ciertamente no está buscando tener.

Fue literalmente un sólo minuto en el que se despegó de su asiento para acercarse a la ventana cuando escuchó a un pequeño grupo de chicos reírse y después un pequeño "CRASH" en el suelo. Rápidamente regresó su mirada hacia el lugar, encontrándose a dichoso grupito con una mirada de sufrimiento mientras miraban el suelo.

El chico que llegó tarde estaba justo en frente. Justo enfrente de la mitad del desayuno de Katsuki que ahora estaba en el suelo.

Ni siquiera el propio cenizo supo cómo carajo pasó de estar de un extremo a otro del salón en sólo dos pasos.

Y así como en un sólo minuto su comida cayó al suelo, en un sólo minuto Bakugou tomó del cuello de la ropa al contrario.

─¿¡Cuál es tu puto problema!?

─¡Viejo, perdona fue un accidente!

¿Accidente? Acababa de dejar al chico sin almuerzo. Un accidente que sin duda le saldría caro.

─¡Será un accidente cuando te saque los malditos dientes!

─¡En serio, fue un accidente!─ El pelinegro miraba fijamente a los ojos del contrario, sin embargo mantuvo sus manos en signo de protección.