Capítulo 11: Una nueva amenaza avecina

127 13 0
                                    

Sophie se levantó abruptamente de su cama. Acababa de hablar con Once. Vio el reloj de su mesita de luz y vio que eran las siete de la mañana. Luego volvió a echarse sobre la cama y se permitió sonreír. Porfin señales de que todo estaba saliendo bien, que llegaría pronto a casa y esta pesadilla de no verlos se terminaría. Aunque también en un momento se cuestiono si extrañaría al grupo de acá. No los quería abandonar, pero su vida y familia estaba en el Hawkins de los 80, no en el New York de 2022.
Todavía no les quería contar nada acerca de lo que había pasado, pero supo que en algún momento lo debía hacer, sino se enojarian mucho con ella.
Bajo rápido a desayunar y se encontró con América observando fuera de la ventana. Los primeros rayos del sol cubrían su rostro y ella miraba fija a hacia el mar, ya que estaban muy cerca de la zona límite de la ciudad. Era una imagen bastante tranquila para levantarse, pero América la observaba con mucha seriedad. Casi como si no estuviera mirando al mar ni a las calles, sino a algo que detestara profundamente. Cuando Sophie se dipuso a recoger una taza, giro rápidamente du vista hacia ella.
- Buenos días - dijo sonriendo - ¿Amaneciste mejor? -.
- Si - asintió - Pude dormir muy bien -.
- Me alegro - dijo guiando la vista de nuevo a la ventana - Porque hoy vamos a tener que ir a la comisaría -.
Sophie agarró el café de la alacena y le puso dos cucharadas.
- ¿Para interrogar a Markov? - preguntó.
- Exacto - dijo tomando un poco de su taza - Lo he estado pensando, y esta bien si no quieres ir. Se lo que has pasado por culpa de el -.
Ella se quedó un rato mirando la taza que acababa de meter al microondas. Mientras miraba como esta giraba y giraba, pensaba en sí debía ir o no. No tenía miedo por lo que pudiera llegar a sentir, sino por lo que pudiera llegar a hacer. Cuando la taza ya estuvo lista y la saco humeante, tomo una decisión.
- Voy a ir, se que ustedes podrán ayudarme - dijo sonriendo - Si me altero, simplemente me iré del lugar -.
América asintió y dejó lo que estaba comiendo en la mesa. Y luego la tomó sorpresa a Sophie cuando la abrazo.
- Lamento que hayas perdido tu hogar - dijo con la voz un poco quebrada - Esperamos que podamos ayudarte a sanarlo -.
Eso le pareció una fuerte puñalada a Sophie. ¿Ellos la estaban ayudando para que después se fuera como si nada? No podía suceder así.
- Escucha América... Acerca de eso -.
Pero justo cuando América iba a preguntarle que pasaba, Peter y Yelena irrumpieron en la sala discutiendo.
- ¡Ya te dije que no estés roncando a las tres de la mañana! - grito Yelena - ¡No me puedo dormir! -.
- Y yo ya te dije que no lo controlo - grito agarrando un vaso de leche - ¡Y ellas jamás se quejaron conmigo! -.
- ¡Porque no duermen en el cuarto de al lado genio! -.
Kate entró adormilada al lugar y vio la pelea mientras se sentaba en la mesa y recostaba la cabeza.
- ¿Tan temprano y discutiendo? - bostezo - No me quiero imaginar el resto del día -.
- Espero no hagan eso frente a los policías, porfavor - dijo América rascándose la cabeza - Nos van a echar apenas nos vea -.
Todos se voltearon para luego mirar a Sophie.
- Y ella va a ir - dijo América poniéndole una mano en el hombro -.
Kate recién acababa de levantar la cabeza e hizo un pulgar hacia arriba. Después salieron llegó en entrar Grace diciendo que había encendido el auto y que estaban listos para irse cuando quisieran. Todos bajaron y se sentaron.
Nadie hablo demasiado en el viaje, excepto América dando instrucciones. Sophie trataba de prestarle atención, pero su cabeza estaba enfocada en lo que haría al llegar. Se replanteo el no ir, pero creía también que esa era la mejor decisión posible. Quería llegar al fondo de esto y acabar con todo de una vez por todas.
Luego de un rato, el auto estacionó frente a un edificio. En la entrada había dos guardias de seguridad a los que le tuvieron que presentar un permiso para poder entrar.
Cuando entraron, un policía sonriente les fue a estrechar la mano.
- ¡Hola! - sonrió - Soy el oficial Harks y estoy acá para ayudarlos -.
- Muchas gracias - dijo América - Nosotros somos los que atrapamos a Markov, y tengo entendido de que ustedes todavía lo tienen en custodia. Si no es mucha molestia, nos gustaría entrar a hacer algunas preguntas -.
- Esta bien - dijo el oficial ya sacando las llaves de una celda - Pero si llega a decir una información relevante para el caso, nos lo harán saber inmediatamente -.
Ellos asintieron mientras el los guiaba por un largo pasillo. Había más celdas, como unas diez en total y distancias completamente de las otras. No había mucha gente adentro, y tampoco parecía muy animada de estar ahí, simplemente esperaban el momento de su juicio. A todos les deprimió bastante el ambiente.
En la última de todas, lograron ver a Markov en ella sentado en su cama observando al piso.
- Tienes visitas - dijo Harks - No tardarán mucho -.
Luego se volteo a los chicos para decirles que los dejaría entrar a la celda y que si pasaban algo tocaran el botón de emergencias que estaba en una izquierda. Ellos asintieron, dijeron gracias de nuevo y entraron al pequeño rincón. No había en absoluto nada en aquel lugar, solo una cama y un desagüe. Había anotaciones en la pared de prisioneros anteriores que habían estado ahí, pero parecía que Markov no había hecho ninguna. Tenía hasta la apariencia de que desde que había llegado no había hecho otra cosa que mirar el piso sucio y resquebrajado.
- Markov - empezó América - Ese parece ser tu único nombre. Eres Ruso, trabajabas para el ejército, pero asesianste a un hombre del que estabas a cargo y desde ese momento nadie quiso saber nada más de ti. Ni tu familia, ni tus colegas y me atrevería a pensar que vos mismo te quisiste matar después de eso. O por lo menos eso es lo que dice en este historial que te haz inventado. Nosotros sabemos la verdad, y será mejor que hables si no quieres que ellos se enteren -.
El siguió mirando al piso por un momento y luego se paro.
- Matenme - dijo con una voz desolada - No tengo nada por lo que vivir. Nadie a quien amar, ningún lugar al que regresar, literalmente lo que me hacía querer hacer esto desapareció hace bastante tiempo, y ya no le encuentro sentido a la vida -.
- ¿Sabes porque no te matamos? - dijo Grace mirándolo fijamente - Un hombre como tu no merece el descaro de morir en paz, merece vivir una vida llena de sufrimiento -.
Markov miro al piso de nuevo para después mirar a Sophie.
- La otra vez no te pude ver muy bien - dijo riendo - Pero ahora veo que tienes esa misma mirada esa noche del laboratorio. Esa mirada de que se te escapa algo de las manos... -.
- No sigas - le dijo América viendo la cara de Sophie.
- Esa cara de sentirte impotente - dijo riendose aún más - ¡Esa cara de que no puedes proteger a nadie porque ni siquiera te puedes proteger a ti misma! -.
- ¡Ya basta Markov! - dijo Grace pegandole una cachetada.
Todos se quedaron viendo con desagrado como a Markov le salían gotas de sangre. Pero para cuando se dieron vuelta, se percataron de que Sophie ya no se encontraba en la habitación. América empezó a gritar su nombre y salió disparada a través del pasillo. Llegó rápido a la puerta y la vio caminando a mitad de calle.
- ¡Quiero volver sola a casa! - le gritó - ¡Los veo haya! ¡Diles que no se preocupen! -.
América la iba a detener, pero entendió que ya no era su decisión. Que no haya matado a Markov después de eso había sido un milagro. Pero noto por la voz que puso cuando le respondió, que no encontraba nada bien.

                               ~⚘~

¡Hola! Perdón por no haber subido hace mucho 😭, estaba algo ocupada. ¡Pero ahora ya estoy algo libre! Este capítulo me gustó y también quería que quedara bien y por eso demore en escribirlo. Espero entiendan y como siempre ¡Hasta pronto! <3

I was enchanted to meet you ⚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora