Post-parto - Cherik

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Tango Erik como Charles planearon tener otro bebé cuando David cumplió un año, los dos habían sido hijos únicos y no querían lo mismo para su hijo. No obstante, gran sorpresa se llevaron cuando durante los primeros meses de embarazo les llegó la noticia que tendrían dos bebés al mismo tiempo.

Su embarazo fue más complicado que el normal, aún así llegaron al parto sin ningún problema.

Si pensaron que el embarazo había sido complicado, no tenían idea de lo que se vendría durante el post parto. En especial para Erik; si bien Charles también estaba batallando en la situación, su recuperación física le había quitado algunas responsabilidades de encima y se las había cargado al mayor.

Cuidar a tres bebés, y en específico cuando dos de ellos tenían días de nacidos, era complicado. David tenía mucha energía y estaba ansioso por explorar el mundo, por otro lado los gemelos tenían sus propias personalidades, Peter pasaba mucho tiempo despierto e inquieto mientras que Wanda solo dormía y pedía comida.

Ya con dos semanas después de salir del hospital sus vidas estaban volviendo a la normalidad. La coordinación de tareas se estaba arreglando, los horarios de comida estaban establecido y solo batallaban con cambiar los pañales. Pero por lo menos las noches ya eran de mayor descanso.

— ¿Cómo te sientes?— Erik pregunto cuando al fin pudieron encontrar un momento para recostarse y descansar.

— Bien, un poco adolorido— respondió sincero— pero el doctor dijo que tenía que moverme y quiero ayudarte.

— No te sobreesfuerces, para eso estoy aquí— comentó el castaño mientras se acercaba para apapachar a Charles.

— Lo sé pero me siento inútil si no hago nada, es muy desesperante y aburrido— agregó el menor recargandose más en su esposo.

Uno de sus miedos justo después del parto fue que su cuerpo dejaría de ser atractivo para Erik, después de todo cargar a dos bebés por nueve meses era muy diferente a solo uno, pero ese miedo se esfumó incluso antes de salir del hospital. Pues como si Lensherr leyera su mente, lo llenó de halagos y cariños para asegurar que su autoestima no sufriera por su reciente cambio de imagen.

Los dos aprovecharon esa privacidad para mostrarse todo ese cariño y un poco de necesidad que sentían. De alguna manera tenían que ventilar el estrés que sentían, y que mejor que un jugueteó en medio de la noche.

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