7 - Daniel O'Donnell

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Vamos repartidos en dos todoterrenos negros, blindados. Yo estoy con la reina, su hija e Isabel en uno y los chicos en el otro con el rey y el príncipe.

Estamos hablando de temas triviales, mayoritariamente sobre mi vida y mis gustos, cuando el chófer nos indica que hemos llegado, aparcando en un lateral de palacio, seguidos por los chicos.

Bajo yo primero, al igual que Alexei del otro vehículo, mirando que todo esté bien, para yo ayudar a Jules a bajar más fácilmente, mientras las reinas salen por la otra puerta con ayuda de un guardia.

Una vez pasamos las grandes puertas de madera oscura, las mujeres se van a sus aposentos y solo nos acompaña el rey junto a Theodore, guiándonos a través de los angostos y altos pasillos de la última vez. Me entretengo intrigada por las hermosas pinturas a medida que avanzamos hasta una puerta blanca y plateada que oculta un gran despacho decorado con los colores de nuestra nación.

Las paredes blancas están enmarcadas por estanterías de madera con decenas de libros y documentos, junto a fotos de el rey y su familia, o sus tres hijos juntos en otras. En el centro de la habitación se encuentra su escritorio junto a la silla encima de una gran alfombra roja, y al fondo un gran ventanal que abarca toda la pared, dejamos ver el paisaje anocheciendo.

El rey se sienta y su hijo, se pone detrás de él de pie, mirándonos expectantes a cualquier movimiento nuestro. Alexei y yo nos miramos intrigados y sin saber muy bien que hacer, por lo que nos sentamos delante de ellos.

- Perdonad el desorden, mi hijo Daniel, llega mañana de un viaje y hay que hacer papeleo. Bueno, Kate te explico. - El rey empieza a hablar bajo nuestra mirada, mientras aparta unos papeles haciendo espacio para apoyar más cómodamente sus brazos y Theodore recibe una llamada, saliendo del despacho. - Hasta que descubras el asesino, y si así lo quieres, vivirás aquí en palacio o un chófer irá a recogerte a diario a tu piso. Mañana ya nos dices que prefieres. También eligieras tú al equipo de seguridad, confiamos en tí para que pongas a gente de plena confianza en el, te daré un par de sugerencias de amigos míos y podrás hacerles pruebas, para tras de eso entrenar a tu equipo y seguir con la investigación desde aquí para, a su vez ante cualquier novedad avisarnos más rápido. Podrás usar todas las habitaciones del palacio, desde el gimnasio hasta la sala de control de vigilancia y tendrás a disposición variedades de armas infinitas... Entonces ¿Que te parece?

- Vaya majestad, todo es increíble y sinceramente, prefiero quedarme en mi casa, y seguramente conociendo a mis amigos, ellos también, claro está si a usted no le importa. Y con respecto al equipo tengo tres amigos de confianza, incluido él. - Señalo a Alexei, que me guiña un ojo. - Que tienen experiencia militar y estoy casi segura de que estarán dispuestos a ayudar una vez más a su país.

- Bien, como vosotros queráis, no hay problema. Mañana si lo ven bien, podríais explorar, por así decirlo, el palacio

- Claro. Si me disculpan debo hacer una llamada a comisaría. - Alexei responde poniéndose de pie, saliendo por la puerta tras despedirse, y cuando yo voy a hacer lo mismo que él, el rey me habla sonriendo.

- Kate, querida, nos gustaría que os quedarais esta noche si es posible, el sol se está poniendo y el palacio queda lejos de la ciudad. Estaremos más tranquilos si estáis aquí, más habiendo un asesino suelto por las calles. Es más, si gustas quedarte un par de días con tus amigos, y aseguraros que no queréis quedaros por aquí cerca... Y si es posible quedaros a cenar, a mi esposa y mi madre les alegrará veros, les has caído muy bien.

- Me halaga majestad, pero no quiero ser una molestia, sin embargo tiene razón, es tarde y estamos lejos de nuestras viviendas, aceptaré su propuesta y nos quedaremos tres días como mucho, a menos que cambiemos de opinión.

El asesino de la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora