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-Así que tienes cinco años...

-Casi cinco -el niño movía sus pies sin parar, casi al ritmo de su boca- va a ser mi cumpleaños pronto, aquí no tengo tantos amigos, pero en Chicago sí tenía muchos, por eso mi papá dice que puedo invitar a mis compañeros de clase a mi fiesta, pero solo unos pocos porque el jardín es pequeño, además quiero una piñata de dinosaurio pero le puede dar miedo a los otros niños ¿cuál es tu dinosaurio favorito, Dakota?

-Me gusta el Tiranosaurio rex.

-¡Ese es el favorito de mi papá también!

Ella ya no quería hablar mucho de Jamie con ese niño, había descubierto más de su colega en el trayecto de diez minutos que habían hecho hasta la escuela del pequeño que en todo el mes que llevaban trabajando juntos, así que apenas logró estacionarse, con el uniforme hecho un asco y las ojeras más grandes de lo habitual lo llevó en brazos hasta la puerta donde otros niños de su edad llegaban a prisa antes de que sonara la campana.

-Hola Theo -una mujer bajita con una etiqueta en su delantal colorido que decía "Miss Dulce" les sonrió en la puerta, no parecía alterada porque una policía fuera a dejar al niño ese día- tu papá nos dijo que hoy venías con una amiga.

-Maestra ella es Dakota, es amiga de mi papá y es policía como él.

-Mucho gusto de conocerla, oficial Dakota.

-Lo mismo digo -dejó al niño en el suelo, que corrió a toda prisa para entrar al jardín de niños- bueno, si el señor Dornan la llamó supongo que sabe que estará en cama unos días, su abuela dijo que ella vendría a la salida por él, pero si cambia algo, yo seré quien lo recoja.

-No hay ningún problema, además a los niños les encanta ver a alguien con uniforme -señaló a varios pequeños alrededor que la miraban y señalaban emocionados- el señor Dornan se ha ganado a los pequeños en poco tiempo y vino hace poco a dar una charla sobre su trabajo, sería inspirador si también una mujer policía hablara con ellos algún día.

-Por supuesto, me encantaría.


Eran las diez de la mañana cuando finalmente llegó a su hogar luego de dejar la mochila con las cosas de Jamie en el hospital dándoselas a otro policía que se quedaría con él hasta que le dieran el alta, tras abrir los tres cerrojos de la puerta solo pensaba en tirarse en el sofá y dormir hasta la hora de comida, pero para su mala suerte, el sofá estaba ocupado por dos perros y una adolescente que comía un tazón de cereal aún en pijama.

-¿Por qué no estás en la escuela, Dulcie?

-Llamaron para avisar que la profesora tuvo a su bebé antes de tiempo y no hay profesor suplente, así que no hay clases para mi por al menos tres días -se incorporó despacio para no despertar a los perros- ¿y tú porqué llegas tan tarde? 

-Larga noche, hirieron a mi colega en la pierna, tuve que acompañarlo al hospital y terminé conociendo su doble vida secreta, es como Hannah Montana -se hizo espacio junto a ella, empujando a Rob, un viejo pastor alemán que era un perro policía jubilado, lo habían adoptado dos años atrás, el perro movió la cola para saludarla y luego se acomodó de nuevo sobre la alfombra de la sala- aún tengo mucho que hacer pero en serio necesito dormir.

-Y comer -la chica se levantó del sofá- te prepararé un sándwich mientras me dices con lujo de detalle lo que sucedió.

-Bien, pues resulta que Dornan tiene un hijo de cinco años, vive en una torre de departamento no lejos de aquí, la abuela del pequeño que se queda con él por las noches vive en el piso de arriba, es una mujer amable y me agradeció por ayudar a su hijo, luego lo fui a dejar al jardín de niños y terminé dándoles una charla de cómo cruzar la calle de manera segura a un montón de humanitos demasiado preguntones.

-Vaya, entonces ¿es casado? -Dulcie volvió de la cocina con un vaso de leche y un emparedado de jalea y crema de maní.

-No, Theo me dijo que no tiene mamá -agradeció la comida con un asentimiento- pero no le hice preguntas al respecto.

Mientras comía de forma mecánica, la joven la miraba con el ceño fruncido: Dakota hablaba mucho de su colega nuevo desde que llegó, decía que era fastidioso, demasiado amable y muy parlanchín, parecía que no le agradaba demasiado, pero le parecía raro que fuera tan amable con él. Siempre guardaba mucha distancia de otros policías, pero con este parecía que no le importaba mucho.

-Ve a dormir cuando termines de comer, yo me encargaré de limpiar y hacer el almuerzo por hoy.

-Eres un sol, pero lo que de verdad necesito es que me ayudes a despejar la habitación que tenemos como gimnasio.

-¿Para qué haría eso?

-Porque voy a traer a Dornan y a su hijo a pasar una temporada con nosotras.

Colegas | Relato | DamieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora