CAPÍTULO 11: EL CASCABEL

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Hoy es un día de mierda, uno de esos días en que sabes que muy pocas cosas van a salir bien. Estoy apagada y tengo varios motivos para estarlo. Papa nos ha vuelto a engañar, o eso creo. Ayer no se celebraba ninguna conferencia en el hotel donde dijo que se iba a hospedar, lo sé porque anoche lo llamé al móvil y al ver que me colgaba me preocupé, así que no dudé ni un minuto y decidí llamar al hotel, pregunte por él, y la chica que me atendió, que por cierto tenía una voz un tanto peculiar, me dijo que no había ningún huésped con el nombre de mi padre. Una vez más, andaba desaparecido cuando era más pequeña me dolía saber que me había mentido, pero eso ya no me sorprendía. Además, ya no tendría tanto tiempo para estar con Dani, pronto empezarían los exámenes finales. Mañana volvía a clase y aun no había terminado ni la mitad de mis deberes, y esta vez Nora no me iba a ayudar como acostumbraba. No sé que le había pasado anoche, no era la Nora que yo conocía, pero no podía esperar a mañana para saberlo. Me acerqué hacia el móvil y marqué su número.

—¿Si?

—¿Me vas a contar de una vez por todas lo que te ocurrió a noche, o voy a tener que imaginármelo todo por mi cuenta?

Nora me contó todo lo que había hablado con Aarón minutos antes de contestar mi llamada. Ella también parecía apagada, pero no acababa de entender su preocupación. Pero tal vez Nora si tenia sus motivos para justificarlo, aunque a mi aún no me los había contado.

—¿Pero no te acuerdas de nada más? Inténtalo, el más mínimo detalle valdría... —insistí, pero Nora ya había comenzado a contestar a esa pregunta.

—Bueno la verdad es que sí que recuerdo algo más... pero no estoy segura de que eso no sea una fantasía de mi cerebro.

—¿Qué es? Vamos dímelo. —dije impaciente.

— Pensé que aquellas manos eran las de Aarón, hasta que me di cuenta de que olían a tabaco... Aarón había dejado de fumar por mi, no podía ser él, estaba segura de ello.

—Esta bien ya tenemos algo más, pero no se si nos sirve de mucho. Inténtalo otra vez, recuerda que pasó después.

—Segundos más tarde de que me taparan los ojos, esa persona huyó como un cobarde. Marchó corriendo, y creo que cometió un error al hacerlo.

—No entiendo eso último que has dicho Nora. ¿A que te refieres?

—Me refiero a que en ese momento escuche un ruido, el mismo ruido que me atormentó anoche en tu casa. Al principio no sabía bien que era su ruido, pero mientras se lo estaba contando a Aarón recordé cuando lo había escuchado...

—¿Reconocerías ese ruido?

—Si... Bueno... No estoy del todo segura, pero juraría que era un cascabel.

—¿Un cascabel? ¿Y que te dice eso? Quizá todo esto sea una especie de broma de algún gracioso.

—¡No es ninguna broma Sandra! No solo me taparon los ojos... No solo me causo miedo, desesperación, angustia... Luego volvió, no sé bien en que momento, ni cuanto tiempo había pasado, no entiendo porque no reaccioné marchándome de allí, de aquel jodido lugar.

—¿Y que pasó entonces?

Pero sabía que esa pregunta era la que Nora había intentado esquivar durante toda la conversación, era una especie de pregunta tabú que al final me atreví a hacerle. La respuesta tardó en llegar, una larga pausa hizo que se me pusiese el bello de punta. Se me pasaron cientos de miles de cosas por la cabeza, pero eso quería evitar imaginármelo, pero inevitablemente esa era la horrible respuesta.

—Me violaron... —dijo con un fino hilo de voz entre sollozos.

No supe como reaccionar, no supe que decirle, y me puse a llorar, lo único que se escuchaba a través de ese hilo telefónico, eran nuestras lagrimas y aunque suene un tanto absurdo, pude notarlas.

—Sandra desperté en aquel banco y estaba en ropa interior, tenía el resto de prendas tiradas por aquel parque.

—¿Y nadie vio nada? A lo mejor no llegaron a violarte, y sólo quisieron jugar contigo como una simple muñeca de trapo. ¿Como estás tan segura?

—No lo estoy, pero tu que pensarías si después de las pocas cosas que recuerdo, despertaras de esa manera...

—¿Nora, como despertaste?

—Una chica, fue una chica, estoy segura, es de lo que más segura estoy, totalmente. Ahora mismo me acuerdo perfectamente de su cara, tenia unos ojos verdes, llevaba rastas, pero no la conozco. En aquella mirada noté que no le extrañaba verme así, pero sabía que yo no estaba allí por gusto. Desperté sobresaltada y eché a correr hasta tu casa.

—Nora, todo esto es muy fuerte, sigo sin saber que decirte... Tienes que contárselo a tu padre, él sabrá que hacer...


—O puedo tratar de olvidarlo todo, sin más...

—¡¿De verdad crees que puedes olvidarte de esto!? Ni si quiera sabes a ciencia cierta que es lo que ha pasado... Esto no se trata de un simple examen, o un simple problema de mates, no puedes dejarlo a un lado como si no importarse. ¡Tienes que ir a la policía, tienes que contarles lo que te ha pasado!

—¡Lo sé! Pero aún no puedo... Sandra, solo he confiado en ti, necesito que tu me ayudes a conseguirlo, y que me apoyes y sobretodo espero que esto quede entre tu y yo.

—Tu siempre has tenido razón en todo, pero esta vez no se si estamos siguiendo el camino correcto, pero como siempre te voy acompañar, no hace falta que me hagas esas peticiones, sabes que no te voy a dejar sola en esto. ¿Quieres quedar mañana después del instituto, en la palmera como siempre? No creo que sea bueno que te zambullas en ti misma.

—De acuerdo, nos vemos ahí.

—Te quiero mucho Nora, no lo olvides nunca. Cuenta conmigo para todo, si necesitas algo estoy disponible para ti a cualquier hora.

—Gracias, yo también te quiero.

Acababa de colgar y pasado un buen rato yo seguía con el teléfono en la mano, pensando que no era ella la que estaba detrás del teléfono, la que me estaba contando toda esa historia. Sin duda alguna, hoy era un día de mierda, y nada, absolutamente nada había salido bien, y cada vez se sumaban a la lista mas motivos para estar apagada, irremediablemente apagada.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2022 ⏰

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