Sin Secretos ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ |Yoonmin • Namjin • Taekook|

64

Taehyung

Cuando abrí los ojos, y la claridad me recibió, me senté en alerta, justo como cuando alguien despierta de una larga y terrorífica pesadilla.

Miré de un lado a otro aún con la mirada borrosa, queriendo desmentir aquello que me había desgarrado el corazón, pero al darme cuenta de que me encontraba en una habitación de hospital, supe que no se trataba de ninguna pesadilla y que estaba viviendo la cruda realidad.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mis labios temblaron, soltando un sollozo que me cortó la respiración al recordar todo lo que viví tiempo atrás.

Encogí mis piernas y me abracé, sintiendo un enorme pesar en el corazón. Sollocé con más fuerza al no sentir a Jungkook a través del vínculo y lloré aún más al sentir el vacío que me dejó. Miré de reojo mi mano, en ella había incrustada una aguja que me suministraba lo que parecía ser un suero. Quise arrancarla, pero la presencia de alguien más en la puerta me detuvo.

—Taehyung...

Jimin se quedó un par de segundos sobre el umbral, sosteniendo la puerta para que esta no se cerrase. Frunció el ceño, y apretó los labios, en señal de que lloraría en cualquier momento. Luego de tal vez confirmar que estaba despierto, lo próximo que hizo fue avanzar hacia mí y abrazarme con fuerza, pegando su rostro en mi pecho y envolviendo mi cuerpo con sus brazos.

—¡Lo siento! —gritó, aún sobre mí. Sentí la tela de su suéter rozar mi nariz—. Todo ha sido mi culpa —demandó, dejándome sin palabras, pues no sabía de que manera tenía que reaccionar.

Apenas y despertaba, lo único que tenía en la cabeza era a Jungkook. No tenía idea de que a quien vería primero sería a mi mejor amigo y aun cuando no dije nada, él siguió hablando.

—Si ese día yo... Si ese día yo no hubiera ido contigo a tu habitación... Si nunca hubiera abierto la boca... Jungkook no hubiera malentendido todo. Y entonces...

—Jimin... —solté, con ojos cansados. Mi voz sonó ronca y mi garganta ardió un poco.

—Si nada de eso hubiera sucedido él no...

—Jimin...

—Taehyung, por favor. Perdóname —pidió, mi corazón se apretó al verlo así, llorando por algo que claramente no fue culpa suya.

Fruncí el ceño, esta vez queriendo cuestionarme de manera fugaz si siempre había sido así.

—Jimin...

—Siempre me ha pesado... —confesó—. Lo que pasó Jungkookie antes, yo no quería que pasara. Yo...

—No fue culpa tuya...

Mis lágrimas se desbordaron. Limpié mi rostro con prisa, sorbiendo mi nariz y cerrando los ojos. Comenzaba sentir el cansancio recaer sobre mí.

—Si nada de eso hubiera pasado en ese entonces... Jungkook no estaría tan grave en estos momentos.

—¿Que Jungkook qué? —solté, con el poco aire que mis pulmones resguardaban.

Abrí los ojos de golpe y me separé de Jimin.

—¿Qué? —preguntó, con los ojos hinchados y la nariz roja.