Sin Secretos ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ |Yoonmin • Namjin • Taekook|

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Yoongi

Incontrolables lágrimas brotaban de mis ojos. Las sedientas ganas de un amor sin fundamentos, y la terrible sensación de pérdida, se hicieron presentes, recordándome en lo miserable que me había vuelto desde cierto punto que ya no recuerdo.

Cuando estaba decidido a dar mi primer paso, cuando acepté desde lo más profundo de mi corazón mis sentimientos por él y cuando creí que todo estaba mejorando, no pensé que habría un cambio tan drástico que me haría regresar al punto de partida con un gran cero de avance plantado en la cara.

Jimin me alejó de su vida; esa fue la gota que derramó el vaso donde yacían todas mis esperanzas.

Esto se había vuelto una tontería. Una tontería que rompía mi corazón todos los días.

Llegué al punto de creerme merecido todo este dolor, «seguro Jimin la pasó peor», pienso y callo mis lágrimas.

Yo le hice mucho daño, y estoy pagando las consecuencias de mis actos. Y aunque no lo quiera así, ya no le encuentro una solución a todo esto.

«Provocaste mucho dolor cundo lo rechazabas, cuando lo corrías y decías que era una molestia. Cuando lo único que quería era hacerte compañía, cuando solo quería estar contigo», aquellos pensamientos se pasean por mi cabeza en un constante recorrido que me hace arrepentirme de todas las maneras que existen, sufriendo una y otra vez, por algo que sucedió en el pasado y que no pensé que afectaría mi presente.

Ahora solo quisiera poseer la habilidad de viajar en el tiempo y cambiar esas malas decisiones. Esas decisiones que afectarían mi presente con Jimin y que eliminarían por completo un futuro a su lado.

Debo aceptar que nunca me había arrepentido tanto de algo que yo decidí. El orgullo nunca me lo permitió. Pero... ¿Cómo le digo a mi orgullo, que por su culpa nunca pude pedir perdón a Jimin? ¿Cómo le hago dar a saber que lo estoy perdiendo?

Ahora decidiría perder mi orgullo a perderlo a él, de eso estoy seguro.

(...)

El par de toques en la puerta me hizo quitar la almohada que descansaba sobre mi cara.

—Yoongi.

La puerta fue abierta.

—Ah... Eres tú —dije, haciendo que la suave y fresca tela de la almohada, regresara a donde antes.

—¿Te duele algo?

Negué. Lo escuché entrar al cuarto.

—Te ves muy feo cuando lloras, y últimamente has llorado mucho, ¿cierto?

Bufé, ofendido, sentándome en la cama y lanzándole mi preciada almohada en la cara.

—¿Qué quieres?

Taehyung rodó los ojos.

—Nada —contestó, sentándose a mi lado.

—¿Entonces?

—¿Entonces, qué?

Ahora yo rodé los ojos.

Hablar con él después de todo lo que pasó entre nosotros, lo convertía en una situación un poco incómoda.

—No soy quien para juzgar, pero... Eres un idiota.