Sin Secretos ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ |Yoonmin • Namjin • Taekook|

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Jimin

—Yoonie... Ya no llores...

—Es que yo... Yo... —dijo, a medias, sin lograr formular alguna palabra que fuera clara.

—Ya pasó... Lo hiciste bien, no tienes porque seguir asustado.

Acaricié sus cabellos, sonriendo con suavidad al ver que Yoongi había levantado la cabeza. Nos encontrábamos en nuestro cuarto. Yo me encontraba sentado en la cama; mientras Yoongi estaba recostado con su cabeza sobre mi regazo abrazándome por la cintura.

—No dormiste nada... —dije, al ver que el sol comenzaba a salir—. Descansa un poquito, mi amor.

Me incliné para besar su cabeza.

—S-sí.

Todo esto no se estaba tomando para nada bien. Desde que Namjoon y Seokjin partieron al hospital, Yoongi no había dejado de llorar. Aún después de tomar un baño con agua tibia, no logré que parara su llanto. Él se siente muy mal por haber tenido en sus brazos a un bebé sin vida, que por más que luchó para ayudar, no logró salvar.

—Lo hiciste genial... —susurré—. Mi pequeño cachorrito sensible...

—Jimin...

—¿Hum...?

—¿Crees que lograron salvarlos...?

Aquella pregunta que por más cuidadosa que había salido de sus labios, provocó que en mi pecho se formara un nudo de sentimientos que no logré comprender a la primera.

—Estoy seguro que sí.

—Ellos no llamaron...

—Seguro no llevaron sus celulares.

—Tienes razón...

—Yoonie —le hablé, sin poder seguir ocultando mi curiosidad—. ¿Cómo supiste que hacer? Te vi mirando tu celular, ¿buscaste algo ahí?

Asintió.

—Pero no encontré algo que fuera de ayuda.

Ladeé la cabeza.

—¿Entonces...?

—Solo hice lo que pensé que sería correcto... —contestó, abrazándome con más fuerza—. Algo dentro de mí... hizo que me sintiera extraño —reveló, acostándose de lado y colocando sus manos sobre su pecho—. Me hizo moverme y actuar, pensando en lo que debía hacer. Por un momento... Por un momento en lo único que pensé fue en salvarlos.

—Entiendo...

Me acosté a su lado, abrazándolo por detrás, mientras pegaba mi frente a su espalda.

—Todo saldrá bien, ya lo verás. Ahora, hay que intentar dormir aunque sea un poco. Más tarde iremos al hospital.

Yoongi asintió, dándose la vuelta y acurrucándose sobre mi pecho, susurró:

—No quisiera que pasaras por lo mismo... Estoy seguro que yo... moriría allí mismo.

—No digas esas cosas... —le regañé, aunque eso fue en lo primero que pensé después de dejar esa habitación—. Nada de eso pasará porque tú estarás conmigo.