Sin Secretos ᴼᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ |Yoonmin • Namjin • Taekook|

67

Seokjin

Me encontraba sentado en el suelo, mirando desde ahí como Nam Yun lograba mantenerse sentada sin mi ayuda. Sonrió triunfante al verme sonreír y dar dos pequeños aplausos. Por otro lado Seong-jin se encontraba acostado boca abajo, mientras pataleaba e intentaba llegar a su hermana mientras extendía sus manitas.

Agradecía que mis hijos no me dieran tanta lata a pesar de que ya tenían seis meses.  Tenía la leve sospecha de que Nam Yun sería Alpha, pues era una niña un poquito más inquieta, e intentaba hacer cosas que a su edad un bebé aún no podría, como intentar levantarse cuando apenas y aprendía a gatear.

Me acerqué un poco a ellos y tomé a Seong entre mis brazos, Yun me miró con detenimiento, como si estuviese al tanto de lo que hacía con su hermano. Besé su nariz y con mucho cuidado lo senté en mi regazo. Al principio pareció confundido, pero al escuchar mi voz comenzó a moverse contento mientras intentaba tocarme el rostro.

Yun rio nuevamente, y no tardó en distraerse con un pequeño juguete.

Cuando pensé que sería muy difícil tratar con ellos al ser padre primerizo, me llevé la grande sorpresa de que no era así. Mis hijos eran unos angelitos. Y no porque eran míos, sino porque se comportaban tan bien a su corta edad que no me ocasionaban problema. Jungkook solía burlarse de mí, él solía decir que era porque cuando crecieran más serían unos niños muy traviesos.

Yo sólo negaba y alegaba que no sería así, o eso esperaba. Estaba cien por ciento seguro que Seong sería el más tranquilo de los dos, y que la rebelde sería Nam, aunque me negaba a aceptarlo y nunca compartía mis pensamientos con Jungkook, quien era el que más me molestaba luego de Hoseok, pues él tampoco tenía problema para cuidar de la pequeña Yang.

Seong sostuvo mis dedos por unos momentos, tomándolos con detenimiento. Tomé el pequeño juguete que se encontraba a un lado mío y lo posicioné frente a él, sentándolo esta vez en el suelo, usando mi abdomen como respaldo. Cuando lo hice pareció inquietarse, pero luego de sentir que se encontraba en el tapete donde solía jugar con su hermanita, comenzó a calmarse. Tomé su pequeña mano entre la mía, y la guié al juguete, el cual tenía varias separaciones, con distintas formas y texturas. Seong de inmediato supo de que juguete se trataba, así que comenzó a jugarlo a tientas, entreteniendo por los sonidos que los botones a su costado hacían.

—Ma... —balbuceó, esta vez dándole un manotazo al juguete.

Respiré hondo, besando su cabeza.

—Sé que es frustrante... Lo lamento, Seong...

—¿Qué hacen?

Namjoon apareció en la puerta.

—¡Pa!

Yun levantó los brazos con ansias, haciéndome sonreír al verla tan emocionada por ver a su padre.

—Princesa —soltó, con una sonrisa.

—Pa... —repitió Seong-jin, sólo que más bajo.

—Así es, papá esta aquí —le dije, besando su mejilla.

—Pa... Pa...

—¿Cómo está mi principito? —Seong levantó la mirada, en busca de la voz de su padre.

Namjoon se acercó a nosotros, besó mi mejilla y se sentó a mi lado.

—¡Pa, pa, pa, pa!

—No lo vimos sólo por un par de horas —me quejé, fingiendo molestia—. ¿Por qué no te emocionas así cuando me ves?