Sothoryos XI: El Hogar de los Elfos

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Jon esperaba muchas cosas al llegar al destino siguiente: la tierra de los elfos, o también conocida en su mapa, como la tierra de la eterna primavera. Hubo momentos, en que se imagino campos de flores con suaves aromas y árboles con deliciosas frutas, casas cómodas y edificios hermosos. Incluso un gran castillo. Él no estaba preparado para ver lo real, que era mucho, mucho más hermoso y sorprendente.

Lo primero que vio antes de llegar, fue un enorme árbol. No, enorme era una palabra que no demostraba el verdadero tamaño del árbol. Estaba en el centro de lo que parecía un cráter de proporciones gigantescas. Su tronco estaba anclado al suelo, con raíces saliendo del suelo, donde podía ver edificios de color blanco y dorado. Las ramas en lo alto, ciertamente eran más grandes que cien dragones. Jon pensó que, incluso mil dragones uno detrás del otro, no le hacían justicia.

En lo más alto, casi justo detrás del árbol, el sol se mantenía alzado sobre todo y todos, casi como un brillante guardian que observaba todo desde lo más alto del mundo. Y las hojas, las hojas eran simplemente hermosas. Eran como si estuvieran hechas de oro puro.

"Hermoso, ¿verdad?", Jarod comentó con una sonrisa, observando el árbol, al igual que Jon.

"Es... Es... lo más hermoso que he visto en mi vida".

Jarod asintió con orgullo.

"El árbol del mundo es nuestro mayor orgullo. Lo hemos protegido, así como él nos protege. A sus pies, todo tipo de flores y frutos crecen constantemente. Sus raíces nos ha permitido construir los lugares más importantes y seguros, mientras que su luz nos mantiene en paz y tranquilidad".

"Nunca había visto algo como esto".

"No creo que exista algo más como el árbol del mundo, Jon", Jarod comentó antes de golpear suavemente a Silverfang, para que avanzara. Dos elfos, un humano y dos tigres blancos, avanzaron por la parte superior del cráter, por donde caía una cascada. El sonido del agua lleno los oídos de Jon mientras descendían por un camino en las paredes del cráter donde se encontraba el hogar de los elfos. Era un camino lo suficientemente ancho como para que cinco personas subieran y bajaran sin problemas.

Jon se dio cuenta que, el camino terminaba más abajo en la cascada, donde pasaron por detrás y luego entraron a una cueva. Él estaba lleno de curiosidad y asombro por las cosas que observaba. El interior de la cueva, no se encontraba iluminada, pero era un poco visible por la luz del sol. Todos descendieron por un camino que giraba hacía un lado, casi en un círculo. Poco a poco, fueron descendiendo hasta llegar a una salida, donde finalizaba la cascada. Salieron por un lado, y Jon casi se atraganto.

La hierba verde y normal, parecía brillar por la luz del sol. Las flores a un lado del pequeño lago que formaba el agua de la cascada, parecían bailar con una suave y cariñosa briza. Los árboles parecían robustos y firmes, pero cargados de frutas. Pero, después de todo, el árbol del mundo seguía siendo lo más sorprendente. Desde la parte superior, se veía enorme. Ahora, desde su actual posición, se sentía aún más enorme. Los rayos del sol, pasaban por en medio de sus grandes hojas y gigantescas ramas, formando lo que casi se parecía a una aurora.

Simplemente, era demasiado hermoso.

Todo el lugar, lo hacía sentir en paz. Era como cuando se hundió en ese lago hace un tiempo, pero amplificado por mucho.

"¿Cómo te sientes?"

"En paz. Casi rejuvenecido", respondió Jon. "Es como si todo mi cansancio se hubiera esfumado".

Jarod asintió.

"Eso es bueno. Quiere decir que no estas siendo rechazado por la naturaleza pura".

"¿Rechazado?"

La gran aventura: Sothoryos [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora