Sothoryos XIX

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Cuando Jon abrió sus ojos, sintió que todo su cuerpo pesaba. Era como si la circulación de su energía personal, se hubiera invertido. Y por eso, fue lo primero que reviso cuando cerro los ojos una vez más. Solo unos segundos después, comenzó a recordar lo que había pasado. El aliento nauseabundo del Wyvern, parecía persistir, aunque probablemente hayan pasado horas, o quizás días desde que eso sucedió.

Jon levantó un poco la cabeza y gimió con fuerza. Fue doloroso solo moverse un poco. Sus brazos estaban estirados sobre el suave y ligero edredón, mientras que el resto de su cuerpo, desde su pecho hasta la punta de sus pies, estaban tapados. Él intento mover los pies y suspiro de alivió al ver que podía moverlos, aunque no sin dolor, y lo mismo sucedía con sus manos.

"No te muevas demasiado", la voz de Caelyb vino desde el fondo de su habitación. Estaba sentado leyendo un libro a un lado de la mesa que tenía Jon en su habitación.

"¿Fue muy grave?", pregunto Jon, ignorando el hecho de que el anciano estaba dentro de su habitación.

"El hueso radial de tu brazo izquierdo se partió y rompió piel y músculo. Pero eso no fue lo que más daño tuvo: arterias y venas de tus piernas habían explotado y tus huesos se astillaron. Incluso tu columna resultó un poco dañada por todo el peso que tuviste que soportar. Y si no fuera por el rápido actuar de tus compañeros, habrías muerto por perdida de sangre, Tu frente se abrió ante el cabezazo que diste, y obtuviste otra cicatriz más", Caelyb respondió con seriedad.

"¿Por qué hiciste eso, Jon? Te he enseñado mejor. Podrías haber alejado a Mardrack con un hechizo".

Jon se quedo mirando el techo, sorprendido por todo el daño que sufrió. Pero si, Caelyb tenía razón. Sin embargo, todavía sentía el calor de la batalla que recién había terminado en ese momento. Y cuando vio a Mardrack siendo atacado por sorpresa, pensó en el hombre que lo había entrenado, y en la pequeña Lorela, que podría haber quedado sin padre. Al final, fue su instinto lo que hizo que actuara.

Caelyb escucho pacientemente, cuando un Jon de voz ronca, le dijo estas cosas.

Cerrando su libro con fuerza, el Gran Anciano de los Elfos, se levantó y se acerco a paso lenta con la silla en su mano. Cuando estuvo a un lado de la cama, coloco la silla y comenzó a quitar el vendaje del brazo izquierdo de Jon, que iba desde su muñeca, hasta más arriba de su codo. Jon se quedo en silencio, observando detenidamente con la cabeza un poco inclinada hacía abajo. Cuando pudo ver su brazo sin vendas, vio una gran cicatriz que iba desde la parte media de su antebrazo hasta su codo y hacía los lados.

"Se parece un poco a una estrella... ".

"Te haré ver estrellas, loco bastardo", Caelyb replico con un gruñido. Se callo pronto y comenzó a tocar suavemente la cicatriz; golpeando con dos dedos cuidadosamente. "¿Sientes dolor?"

"Más que dolor, siento ardor".

"Mm... Intenta moverte"

Jon movió su brazo, apretó sus manos y dedos, levantó el antebrazo. Hizo todo lo que Caelyb le indicara que hiciera.

"Parece que este brazo esta bien... ", Caelyb murmuro antes de comenzar a desenredar las vendas en la cabeza de Jon. "¿Te duele la cabeza?"

"Si... y me siento un poco mareado".

"No es tan raro con toda la sangre que perdiste y las heridas que sufriste. Estoy seguro que tu cerebro se sacudió un poco también... La cicatriz aquí, también parece haber sanado", Caelyb dijo antes de apuntar con un dedo sobre la frente, una ligera luz apareció en la punta de su dedo y la movió, formando una línea recta, que luego unió a una en diagonal desde la parte superior, formando algo similar a un triangulo sin la línea inferior. Jon suspiro aliviado cuando sintió como si agua tibia lo hubiera lavado por completo.

La gran aventura: Sothoryos [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora