Mamá

Capítulo 3

Había pasado tres meses desde que comencé a curar gente en diversos pueblos, los demonios cada vez estaban más atentos a mis movimientos y eso me complicaba todo. Pero afortunadamente no me faltaba trabajo, incluso podía darme el lujo de no cobrarles a algunas personas debido a su falta de recursos, pero no había mayor pago que ver sus ojos llenos de esperanza y alegría al ver a un familiar curado.

Así continue hasta que llegue a un pueblo bastante llamativo, de día parecía que todos dormían exceptuando algunos locales de comida y ropa, jamás en mi vida había visto este estilo de locales.

-Señorita- escuche a un hombre que se dirigía a mí, por lo que parecía era un sirviente debido a su vestimenta- ¿usted es la curandera de la que rumorean los demás pueblos?

-Podría decirse que si- sonreí- ¿cómo pudo reconocerme?- generalmente me instalaba en un lugar y ayudaba a la gente que venía a mí, pero era la primera vez que una persona me reconocía.

-Los rumores comentan el símbolo de la luna creciente que tiene en la frente y sus ojos _(t/c)- se inclino- es un placer conocer a la mujer que ha salvado incontables vidas- yo le sonreí.

-Muchas gracias por su agradecimiento- baje mi valija- me imagino que usted precisara de mi ayuda ¿no es verdad?

-Mi patrón es el que lo necesita- su rostro estaba afligido- desde hace años que tiene una enfermedad incurable de la que nadie le ha sabido decir que es- sus ojos estaban brillosos, al parecer era muy querido ese hombre- y cuando escuchamos sobre sus capacidades pudimos tener un rayo de esperanza.

-Si quiere podemos ir de inmediato- tome mi equipaje- no debemos dejar que pase más tiempo.

-Se lo agradezco tanto señorita- sonrió con alegría. Y en eso comenzamos a caminar mientras miraba a los alrededores.

-¿Porque todos los locales están cerrados?- miraba las enormes estructuras con las ventanas cerradas.

-¡Ah! Eso es porque esta ciudad es conocida como la que nunca duerme de noche y si de día.

-¿De verdad? ¿Y porque sería eso?- no sabía de lo que estaba hablando.

-Esta ciudad es llamada el "Distrito rojo" y es la ciudad de la lujuria y el descontrol- miraba los locales- aquí hay locales con mujeres que atienden a sus clientes con fines carnales- mire los lugares con pena y desolación, había escuchado sobre estos lugares. Pero jamás creí que vería uno en realidad- esta ciudad tiene un concepto fundamental, la belleza.

-¿La belleza?- mire al señor.

-Si, en esta ciudad la belleza es todo. Sobre todo para las mujeres, ya que si tienen una belleza potencial podrían ser llevadas a los mejores de esta ciudad para algún día convertirse en "Oiran"

-Perdón mi ignorancia pero...¿Qué es una Oiran?

-Es una mujer de la más alta jerarquía en los locales, la mejor educada y refinada. La que más trae dinero a los locales ya que hay muchos samurais u otros hombres de mucho dinero que quieren tenerlas de esposas- me miro por encima del hombro- sino fuera curandera sería un gran blanco para estos locales de mujeres- pude ver como se sonrojo un poco- nunca había visto una mujer con su belleza.

-No me considero alguien fuera de lo ordinario- dije con indiferencia- solo me interesa poder ayudar a las personas y salvas vidas- llegue a ver un lugar imponente a la distancia, parecía un palacio por la forma que tenía. Era delicado y tenía una decoración sofisticada- parece ser que su patrón es alguien con muchos recursos- miraba los cerezos que estaban plantados en el jardín.

-Mi señor es un terrateniente con mucho dinero. Forjo una fortuna a lo largo de su vida, pero lamentablemente no pudo tener hijos debido a su enfermedad- entramos al lugar- así que dedico todo su dinero a fines benéficos y ayuda a los demás del pueblo, pero lamentablemente cayo debido a su enfermedad.