Capítulo 9

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(1 año después...)

(Gyuntaro)

Desde esa noche...nuestra vida cambio totalmente, toda la felicidad que tuvimos, el amor que pudimos recibir, el tener a una madre que nos diera todo. Se volvió un sueño lejano.

Después de los maltratos por parte de la gente caímos por esa colina en medio de nuestra huída, pero no sabíamos a dónde ir. Al terrateniente no era una opción, debido a que él fue uno de los principales monstruos que sentenció a mamá a la muerte.

Volvimos al mismo lugar donde empezamos, en la soledad, sin ningún refugio, recibiendo todo el odio de las personas. Las heridas que teníamos  nos dificultaban el movimiento, pero me vi forzado a mantenerme en pie por Ume. Ella era lo único que me quedaba y le sería fiel a la promesa que le había hecho a la única mujer que me dio su amor incondicional.

Protegería a mi hermana sin importar las consecuencias.

Días después de la tragedia nos ocurrió una especie de milagro, una oportunidad de poder seguir con vida. Un demonio, al parecer era de los altos rangos nos ofreció una oportunidad. Nos dio su sangre para poder seguir manteniéndonos con vida, al principio dudaba ya que mamá siempre nos había advertido de los demonios, pero nuestra situación era desesperada. Era la única oportunidad que tenía para poder seguir manteniendo con vida a Ume.

Nadie nos quería ver ni ayudar, habíamos sido marginados como "los hijos de la bruja maldita". Y todas las puertas de ayuda fueron cerradas en nuestras caras.

Finalmente habíamos sellado el pacto, nos habíamos convertido en demonios. Mi cuerpo se sentía más fuerte que nunca, me sentía invencible e imparable, pero todo pacto requiere de un sacrificio.

Perdimos nuestra humanidad, perdimos nuestra moral y respeto hacia las personas al momento de tener que empezar a devorar humanos para poder calmar nuestra hambre de sangre. Mataba con culpa, pero poco a poco esa sensación se volvió satisfactoria. 

Recordaba esa noche una y otra vez, la noche en que todos se volvieron en nuestra contra y asesinaron a la única persona que ame, a la única que llame madre en mi vida. Así que mi remordimiento y culpa fueron reemplazados por satisfacción y felicidad al poder asesinar a todos los que nos culparon, cumpliendo mi sed de venganza sin que nadie pudiera detenerme.

-¿Debemos volver hermanito?- sentí la mano de Ume apretando levemente la mía. Había tomado la decisión de regresar a lo que alguna vez fue nuestra casa, quería saber que paso, quería explicaciones y saber...que había sido esa explosión de luz al huir.

-Debemos sacarnos la duda Ume- la luz de la luna iluminaba todo a nuestro alrededor. Como si quisiera que siguiéramos hasta llegar a nuestro destino- yo también tengo miedo- la mire con una pequeña sonrisa- pero...si hay esperanza- intentaba ser optimista, aunque en el fondo sentía que no podía hacer nada.

-¿Esperanza?- sus ojos brillaron con emoción, al decir eso ella acelero el paso hasta que vimos una estructura en ruinas- nu...nuestra....casa- susurró la pequeña al ver todo a nuestro alrededor. Yo también me sentí shokeado.

-No...quedo nada- dije mirando todo, la ropa, la fogata, nuestros juguetes. Todo se había perdido en el incendio que se había hecho. 

Con las manos entrelazadas avanzamos mientras nuestras esperanzas se iban reduciendo poco a poco, intentaba retener mis lágrimas. Pero...había momentos en que se me escapaban. Baje mi mirada y encontré un pedazo de tela blanca, esa tela la reconocería en cualquier parte.

Era del vestido blanco de mamá.

Mire un poco más adelante y vi un rastro de la tela, corrimos en dirección a ella hasta que encontramos una imponente estructura frente a nosotros, parecía hecho de cristal, pero al estar en contra luz no pude ver nada. Ume se soltó de mi y camino alrededor de la enorme piedra, pero al momento de llegar al otro lado sus ojos se abrieron abruptamente mientras brillaban con angustia.

-Ume...-me puse a su lado para mirar lo mismo que ella, jamás había visto algo tan cruel.

-me puse a su lado para mirar lo mismo que ella, jamás había visto algo tan cruel

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-Ma...ma- dije totalmente abatido. Ella era quien estaba dentro de esa enorme estructura, estaba encerrada, atrapada y su rostro reflejaba angustia y dolor. Su vestido tenía rasgaduras y sus brazos y rostro seguían siendo testigo del maltrato que recibió para poder protegernos a nosotros.

 Su vestido tenía rasgaduras y sus brazos y rostro seguían siendo testigo del maltrato que recibió para poder protegernos a nosotros

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Baje mi mirada mientras apretaba mis puños, mi corazón se llenaba de odio y resentimiento. Si antes no sentía culpa por haber asesinado a esas personas, ahora más que nunca quiero tomar venganza por lo que nos hicieron. 

Ellos merecen morir, ellos se merecen lo peor de los infiernos y yo personalmente me encargaría que cada una de las personas que ataco a mi madre muera lenta y dolorosamente.

Ume es todo lo que me queda, es mi hermana, es mi compañera. Jamás permitiré que le suceda nada, la protegeré incluso si muero en el proceso.

Ya perdí a mi madre, no dejaré que nadie me quite nada más...

MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora