Capítulo 11

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(Gyuntaro)

-¡Hermanito!- escuche el grito de mi hermana. No podía seguir permaneciendo indiferente así que salí finalmente del cuerpo de mi hermana y la salve rápidamente antes de que nos cortaran la cabeza a ambos.

Ella lloraba debido a las heridas que tenía, aveces tenía esos momentos de no saber actuar. Era una demonio imponente y con grandes capacidades, pero en algunas ocasiones era tan tonta que necesitaba de mi ayuda con cosas más básicas. La consolé mientras su rostro se regeneraba totalmente.

-Llorar no sirve de nada, podrías pegarte la cabeza tu solita- le daba mimos en el pelo para que pudiera calmarse, no tienes cerebro- poco a poco se fue calmando- ¿te quemaste la cara? Tienes que tener cuidado, naciste siendo linda por algo- sentí como el pilar quería atacarnos otra vez, pero antes de que lograra algo saque mis hoces y le hice algunas heridas, aunque mi intención era otra.

Daki seguía llorando al ver al pilar imponente, diciendo que había mas cazadores en la zona. Sería mi oportunidad para poder alimentarme de más seres humanos y sangre. Quise eliminar a los humanos que habían quedado en ese piso, pero el peliblanco se puso delante de ellos desviando mi ataque por completo.

-Eres un tipo realmente apuesto- me rascaba la piel podrida mientras miraba al pilar fijamente- encima te haces el héroe cubriendo a esas personas, que envidia...para ellos eres su salvador.

-¡Es mi hijo de quién están hablando!- escuche una voz femenina a lo lejos y se me vino una imagen fugaz a mi cabeza, una mujer de cabello _(t/c) estaba a mis espaldas mientras miraba a otras mujeres con desprecio- ¡Es mi hijo y no permitiré que víboras como ustedes le digan que es horrible! Porque es el ser más puro y bueno que he conocido, no como ustedes...que siendo adultas se fijan en lo físico y no en el interior y el corazón de las personas.

Sentía una sensación extraña en mi pecho, no recordaba la última vez que me había sentido de esa manera. Por inercia puse la mano sobre mi corazón sintiendo que palpitaba de manera acelerada.

-No importa cómo luzcas, no importa lo que los demás piensen. Siempre estaré ahí para protegerte...siempre serás mi hijo- sentí una caricia en la mejilla inexplicable, pero al ver las intenciones del pilar me vi forzado a dejar de lado mis pensamientos. 

Habíamos comenzado la pelea, todo se tornaba difícil. Pero por otro momentos tomaba la ventaja, Daki se había ido por los demás cazadores así que teníamos el trabajo dividido. Pero algo me estaba sucediendo de manera interna, esa voz me estaba carcomiendo la cabeza una y otra vez, no recuerdo de quién era. No se de quién se trataba, pero ya es una sensación molesta que no me deja concentrarme.

-¡Ahhhhhh!- me desespere y lance mis hoces de sangre- ¡muere de una vez!- el pilar perdió una mano y finalmente sucumbió ante el veneno de mi ataque.

Pasaron otros momentos más, se sumaron más personas al ataque contra mi hermana y yo, pero pudimos repelerlos, estaba a punto de matar al chico de cabello bordo. Era el último cazador que quedaba vivo luego de la ardua batalla.

-¿Todavía estas vivo?- dije atónito- qué suerte tienes. Aunque será lo único que tienes. Pobrecito...-me acerque a su rostro- ninguno de los otros sobrevivirá. Al jabalí le atravesé el corazón, el de amarillo esta sufriendo bajo los escombros. Lo dejaré ahí hasta que muera- me reía por eso- es patético que se retuerza cómo gusano. El pilar era muy débil, era valiente, pero nada mas. El veneno lo debilitó hasta pararle el corazón. Es patético, patético- miraba al muchacho que quedaba- todos son patéticos, especialmente tú. La que sale de la caja que cargas es familiar tuyo ¿no? Sé que se su sangre es similar aunque ella sea un demonio ¿Es tu hermana mayor o menor?

-Es mi hermana menor- dijo de manera dificultosa.

-¡Lo suponía! ¡Patético! No puedes proteger a tu hermanita- me arrodille a su altura, de alguna forma sentía que éramos iguales. Quería proteger a su hermana al igual que yo a la mía, pero más me daba curiosidad el ver hasta dónde podía llegar para protegerla. Pero antes de enfrentarme huyó con su hermana, no podía evitar reírme por eso, era lo más patético que pude ver.

Lo pateé y le ofrecí lo que a mi en alguna oportunidad, el convertirse en demonio para proteger a su hermanita. No me importaba lo demás, tendría un aliado si así lo quisiera, pero al parecer no quería en lo más mínimo.

-Hazlo o mataré a tu hermana.

-¡Gyuntaro!-escuche un grito en la lejanía-¡Gyuntaro!- levante la vista y vi a una mujer de vestido blanco con una luna creciente en su frente. Abrí los ojos de la impresión, ya que conocía a esa mujer de algún lugar- ¡Hijo basta!- poco a poco la imagen fue cambiando a la misma mujer pero con ropa diferente, estaba angustiada, estaba llorando.

 Abrí los ojos de la impresión, ya que conocía a esa mujer de algún lugar- ¡Hijo basta!- poco a poco la imagen fue cambiando a la misma mujer pero con ropa diferente, estaba angustiada, estaba llorando

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Pero ese error me basto para descuidarme y dejar que el cazador blandiera la espada en mi contra, lo había repelido, pero el pilar se unió en la lucha. No estaba muerto, ya que había forzado a detener su corazón con los músculos para frenar mi veneno.

Daki estaba en apuros al igual que yo, ya que los demás cazadores también estaban acorralándola. Ese fue nuestro fin, ya que finalmente nos cortaron la cabeza a ambos.

Y ese...fue el inicio de nuestro final.

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