Una historia alternativa de cómo hubiera sido si Daki y Gyuntaro hubieran recibido ayuda en sus momentos de más necesidad. Lo que hubiera podido pasar si hubieran conocido que alguien era capaz de amarlos sin importar nada.
(HISTORIA ALTERNATIVA Y C...
Desde ese día...no volví a tener una noche de paz, nunca más pude volver a disfrutar de la serenidad de mi alrededor. Pasaba días sin poder dormir, estando atenta a cualquier situación que se presentara.
No podía soportar de la idea que ese monstruo les hiciera algo a mis niños, ellos notaban mi disgusto pero aún así intentaba mantener una sonrisa por ellos.
Les había contado la verdad sobre mi misión, el porque había llegado a la tierra y el cómo fue que mi deber era eliminar a ese monstruo que se hacia llamar Muzan. Se mostraron comprensivos conmigo, al saber de mi preocupación permanente, incluso llegaban a cuidarme en mis días de descanso debido a mi falta de sueño. Habían pasado cinco meses desde ese hecho, pero no quería relajarme para que luego pasara lo peor.
-Mami- mire a Ume mientras terminaba de cocinar la cena.
-¿Qué sucede cariño?- mis ojos pesaban, pero aún así seguía sonriendo por ella.
-Cuando termines tu misión...- bajo la mirada mientras se sujetaba la falda del vestido rosado- ¿te irás para siempre?- su pregunta me había dejado atónita. Jamás me había puesto a pensar en eso- volverás a tu hogar y....¿nos dejaras?- sentí como su garganta se cerraba y pequeñas lágrimas cayeron sobre su vestido, me arrodille a su altura.
-¿Sabes? Jamás había pensado en eso- dije sinceramente, ella levanto su mirada- pero...estaría dispuesta a dejar mi hogar con tal de seguir a su lado- sonreí sinceramente- no tendría un hogar si ustedes dos no estuvieran a mi lado- le acaricie su cabello blanco- amo mi hogar y a mi madre. Pero...por encima de todo los amo a ustedes dos- mire al fondo de la habitación y vi a Gyuntaro mirarnos a las dos- ven cielo- le extendí la mano mientras el pelinegro me daba un abrazo al igual que su hermana- jamás...me iré a mi hogar si ustedes no están conmigo. Porque...ustedes son mi familia, son mi fuerza...son todo lo que más amo en este mundo- no pude evitar soltar algunas lágrimas- jamás olviden que los amo con toda mi alma- los tres nos quedamos abrazados, sentíamos el amor y la compañía del otro.
Sin duda este era el amor más puro y poderoso que sentí alguna vez.
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(Ume)
Pasaron unos meses desde mi preocupación por mamá, si bien mi hermanito y yo seguíamos atentos por ella pudimos relajarnos un poco después de ese evento.
Nos encontrábamos jugando con Gyuntaro al príncipe y a la princesa, en un momento llegue a esconderme en la habitación de mamá para que mi hermanito no me encontrara y me escondí atrás del espejo gigante.
Me quede ahí unos minutos hasta que escuche los pasos de mi hermanito alejarse, salí con cuidado y me quede mirando el mueble con el espejo. Me acerque y empece a buscar entre sus cosas, me maquille como si fuera mi mamá y me puse unos broches que solía usar.
Me miraba en el espejo y me ponía feliz el ser una princesa, aunque... en el fondo sabía de donde provenía, de donde fue que me encontró. Pero a pesar de todo ella siempre me considero como su princesa. Mirando uno de los cajones encontré su collar, era donde tenía el "cristal de plata" como ella lo llamaba.
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