Cap 5: Discusión familiar

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Días después de la visita de Nino al hogar de los Igarashi. Daiki comenzó a frecuentar Revival con la vaga excusa de que le gustaba el chocolate que ofrecían ahí. Gracias a estas visitas, Daiki y Nino empezaron a hablar más amigablemente. De hecho, esa tarde había quedado con Nino para recogerla y visitar su departamento para conocer a sus cuatro hermanas.

- Me pregunto si debería llevar algo como cortesía - pensaba mientras jugaba con su lapicero hasta que escucho su teléfono sonar - Dime, Yasu, ¿qué ocurre?

- Joven Daiki, el señor Igarashi está por la línea 2 me pidió que lo comunicara con él - el saber que su padre lo estaba llamando hizo que Daiki frunciera levemente el entrecejo.

- Okey, ponme en línea con él - ordenó Daiki.

- Sí, joven Daiki.

- Buenas tardes, hijo.

- Buenas tardes, padre.

- ¿Cómo ha estado la empresa este mes, Daiki?

- Bien. Hemos cumplido las metas establecidas.

- Grandioso. Sabía que estarías haciendo un gran trabajo.

- No hace falta la falsa sorpresa, padre. Ambos sabemos que estás bastante atento al manejo de mi parte con la empresa.

- ¿Es acaso eso algo malo?

- No, padre. Pero si soy el jefe me gustaría poder trabajar tranquilo sin sentir que estoy siendo observado en todo momento con lupa.

- Un padre solo mira por el bienestar de su hijo, Daiki. Es algo normal que este al tanto de tus maniobras con la empresa que te dejé.

- Padre, ambos sabemos que estás más preocupado por tu empresa que por mí. Ya te lo dije, cumpliré con nuestro trato y, de igual forma, confío en que cumplas el tuyo.

- Mientras tú consigas el rendimiento que pronosticaste con tu plan de negocios hace cinco meses yo haré todo lo posible para que la familia no incluya a Azumi en ningún matrimonio forzado.

- Si de verdad te preocuparas, como dices, por tus hijos la llamarías a menudo pero ella debe esperar una vez al mes para hablar con su padre. Vaya amor, ¿no crees?

- Sabes muy bien que también tengo cosas que hacer, Daiki. Que haya dejado la empresa en tus manos no quiere decir que este sin hacer nada acá en Tokyo.

- ¿Una llamada de cinco minutos es mucho pedir para el gran Igarashi? Vaya padre ejemplar que tengo.

- Asegúrate de cumplir tus metas, Daiki, y yo no dejaré que nadie toque a Azumi.

- Yo solo hago esto por ella. Recuérdalo bien, padre. Una vez cumpla el año en esta empresa y demuestre nuevamente a nuestra familia de lo que soy capaz me retiro de los negocios familiares.

- Solo asegúrate de que tu boca no haya hablado de más con tu plan de negocios, hijo. Te llamaré dentro de un mes. Cuídense.

Daiki tiró un puñetazo a su escritorio, sabía que su padre era un hombre bastante ocupado y que no era un mal hombre pero si era un pésimo padre. El mero hecho de tener que cumplir unas metas para garantizar la completa libertad de Azumi respecto a su familia era una prueba contundente - Pero ella no tiene porque pasar por este mismo infierno que yo - pensó.

Su plan de negocios consistía en elevar las ventas a un 20% en un año. Quizás sea algo no demasiado complicado pero para que alguien que no sabía nada del concepto de moda era un milagro que la empresa siguiera en números verdes y eso simplemente se debía a que Daiki era un gran economista. Además el hecho de tener una competencia directa como es la empresa Fukui es otra roca en su camino. Su familia decidió ponerle ese desafío al enterarse que no pensaba seguir en la línea del negocio familiar y para "motivarlo" aún más pusieron la libertad de su hermana de por medio con un matrimonio arreglado con un multimillonario francés si es que no cumplia con su propuesta para la empresa.

Como dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora