Cap 21: Cerrando las heridas del pasado

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Daiki sencillamente estaba helado sobre si. No podia moverse por mucho que su cuerpo le decia que vaya y le de un golpe a su primo... su cerebro no le ayudaba. Después de unos segundos de incómodo silencio, incluso por parte de Katsumoto, el pelinegro logró bajar las escaleras y sin decir ni una palabra tomó la mano de Nino y se dirigió al pasadizo más cercano siendo seguidos por Atsushi y Hiroshi. Pero, antes de salir del salón, escucharon una voz grave hablar - ¿Hijo?

Daiki se detuvo inmediatamente al reconocer esa voz. Por lo que aún sosteniendo la mano de Nino fue a encarar a su progenitor - ¿Lo sabías? - Nino pudo distinguir varios sentimientos cuando escuchó hablar al pelinegro. Odio. Tristeza. Decepción. Pero nunca sintió que la voz de Daiki se fuera a romper.

- No sé de qué estás hablando, hijo - comentó el hombre que para Nino era una especie de Daiki con algunas arrugas y ciertas canas esparcidas por los costados de su cabello - Yo... estoy contento de verte aquí verás...

- Sí no sabes nada de eso... no tengo nada que hablar contigo por ahora - replicó Daiki para nuevamente darse la vuelta y salir del salón.

- Atsushi, ¿qué tiene mi hijo? - preguntó con notoria preocupación.

- Él... Ya se enteró - reveló el rubio apartando la vista - Con su permiso - dijo antes de seguir los pasos de Daiki y Nino sin atreverse a levantar el rostro.

- Con permiso - dijo Hiroshi que se encontraba más confundido lo que estaba antes.

- ¿Tú tuviste algo que ver con esto, Katsumoto? - preguntó mientras fruncia el entrecejo.

Katsumoto solo le mostró una media sonrisa antes de dirigirse hacia la cocina aunque por su caminar el padre de Daiki pudo notar que no estaba en sus cinco sentidos - maldito alcohólico - pronunció entre dientes.

- Daiki... Te encuentras... - Nino se vio obligada a guardar silencio cuando se dio cuenta que Daiki la estaba llevando a una habitación y que al entrar en esta cerró la puerta con llave - ¿Daiki?

El pelinegro soltó suavemente la mano de Nino para luego sentarse en la cama que había en la habitación mientras simplemente miraba el suelo en completo silencio. Nino prefirió darle unos minutos para que piense bien las cosas que había escuchado. Para ella había sido una gran sorpresa por lo que no se imaginaba como estaba Daiki al enterarse que su abuelo era el responsable que hoy su madre no estuviera con vida.

- ¿Sabes? Mi madre te hubiera adorado - comentó Daiki sin levantar la vista - Ella era una mujer muy decidida cuando se proponía algo. Siempre daba una mano a quien lo necesitaba. Ella me enseñó a cocinar lo más básico y siempre me sonreía orgullosa cuando le mostraba algún logro - Nino vió como Daiki apretaba sus rodillas con sus manos con fuerza - Yo... sabía que mi abuelo era capaz de hacer cualquier cosa con tal de obtener lo que él buscará... pero nunca pensé que eso podía implicar el matar a los miembros de su familia... - Nino se acercó lentamente a Daiki para detenerse delante de él y al agacharse pudo ver como Daiki apretaba los dientes como conteniendo el dolor que sentía. Ella no pudo contenerse más al ver su rostro así que decidió darle un abrazo mientras dejaba que Daiki escondiera sus rostro en su hombro.

- No es necesario que sigas guardando todo ese dolor dentro de ti - dijo Nino mientras pasaba suavemente su mano por la espalda del pelinegro - Yo no dejaré de pensar que eres un gran hombre solo por verte llorar - Nino no escuchó alguna respuesta por parte de Daiki pero si empezó a sentir algo húmedo el hombro donde él tenia apoyada su cara - Deja que todo ese dolor que has estado guardando por años salga - dijo antes de dejar de pasar su mano por la espalda del pelinegro y abrazarlo con fuerza para demostrarle que iba a estar siempre para él.

Estuvieron de ese modo por unos segundos más hasta Daiki decidió levantar su rostro y mirar directamente a Nino - Gracias por estar a mi lado - le dijo mostrándole una sonrisa antes de besar suavemente la frente de Nino.

Como dos gotas de aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora