Capitulo O6.

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Día 91.



Hoy Frank se iba a ir, y no lo iba a volver a ver hasta los próximos tres meses.

Me había dado la meta de perder 25 kilos en este mes, y estaba emocionado, no eran tanto, a comparación de la vez anterior, y estaba feliz.

- Bueno Gerard, nos veremos en tres meses – me dijo con una dulce sonrisa, luego de que se despidiera de mi madre y mi hermano.

- Si... - le dije, devolviéndole la sonrisa, mientras lo acompañaba hasta la puerta principal, ya que afuera lo esperaba el taxi.

- Cualquier cosa me llamas, ¿entendido? – me dijo y yo asentí, me acerque a él y lo abrace.

- Gracias, por todo – le dije y Frank me devolvió el abrazo, se separó unos centímetros de mí y beso mi mejilla.

Me sonrojo, sin borrar mi sonrisa y Frank se carcajeo suavemente.

- Nos vemos dentro de poco Gee – me dijo, mientras se daba la vuelta y se iba.

Me quede mirando como subía al taxi y en ningún momento mi sonrisa se fue, ni si quiera cuando ya no estaba y yo aún me encontraba contra la puerta, mirando hacia la calle.




Día 95.



Hoy viajamos con Mikey a New York, estaba emocionado, no solo porque mi ropa ya no me quedaba ajustada, si... aun tenia esta enorme panza, pero era extraña, era como si estuviera caída, y wuouw, esto se siente genial, es más, me pude poner un traje que hacía años no usaba porque no me cerraba.

Cuando llegamos, los cuadros, las esculturas, todo era hermoso, todo era perfecto.

Mikey se aburrió un poco, pero a mí no me importaba, él estaba un poco molesto, porque por acompañarme no pudo estar con su novia Alice, pero en ningún momento me lo dijo, y aunque trato que no lo notara, era mi hermano, lo conocía perfectamente, sabía que estaba un poco molesto, pero nunca me lo trato de hacer saber.

Mikey era un buen hermano, diría que el mejor hermano, él era mi mejor amigo.

A pesar de solo tener solo 20 años, Mikey era muy maduro, y lo adoraba.





Día 1OO.




Hoy fui a mi primer entrevista de trabajo, tenía miedo, miedo de no quedar.

Y lamentablemente, no lo logre.

Fue frustrante, pero no iba a perder la esperanza.




Día 128.





Había ido a millones de entrevistas, a escuelas, a talleres, a todas partes, pero nadie me tomaba enserio.

Era frustrante, era horrible. Esto no se sentía bien, no... no se sentía nada bien.

Hacer ejercicio, no era tan simple como antes, cuando estaba Frank me olvidaba la mierda que era mi vida, y aunque hubiera bajado de peso, las personas aún me miraban como el chico gordo.

Y no me hacía sentirme bien, no... claro que no.





Día 132.






Estar en mi casa siempre, no conseguir trabajo, sentir que era una carga para mi familia, no me hacía bien, ya hacía mucho que había dejado de hacer ejercicio, a veces hacia una hora, pero después me sentaba y comía bizcochos, pizzas, hamburguesas, todas cosas compradas a escondidas de mi familia.

Me sentía una basura, me sentía una mierda.

Tenía una oportunidad de oro, una oportunidad que cualquiera desearía tener, pero no la estaba aprovechando.

Y estar en esta casa, con todos los recuerdos que esta conlleva, me hacía sentir mal.

No había noche que no llorara, no había noche que no me sintiera una mierda.






Día 14º.





Es de noche, estaba triste, me sentía mal.

No sé en qué momento sucedió, ni menos se porque lo hice, pero me corte la muñeca con una gillet. El dolor que me produjo solo hizo que me sintiera mejor, pero a la vez, cuando vi como sangraba, comencé a tener miedo.

¿Qué había hecho? ¿Por qué me había hecho esto? ¿En que estaba pensando cuando lo hice?

Llore encerrado en el baño, estuve solo toda la noche llorando, limpiando la sangre que había en el suelo.




Día 152.





Estaba mirando televisión, estaba triste... mentiría si dijera que una sola vez me corte desde hace dos semanas, en realidad, lo había hecho un par de veces más.

No sé porque lo hacía, me sentía bien, no me sentía tan mal.

Me hacía sentir menos vacío, tal vez por eso lo hacía.

Escuche el timbre de la casa, me levante con pesadez y fui caminando lentamente, abrí la puerta y mis ojos se abrieron sorprendidos al ver a Frank enfrente mío, y no estaba contento, no... se notaba que no lo estaba.

- Hola... - le susurre nervioso, con miedo, mientras bajaba la mirada.

Frank no dijo nada, solo entro a la casa y se sentó en una de las sillas que estaba en el living.

- Hay algo que no te dije... - dijo Frank con la mirada fría, cuando llegue al living – instale cámaras, y te estuve viendo todo este tiempo – me dijo, con, ahora, los brazos cruzados y sentí que un sudor frio recorría toda mi espalda.

¿Lo había visto? ¿Lo había visto todo?

- Vine... - dijo, se quedó callado unos segundos y suspiro con pesadez – vine, no solo porque he visto que no has hecho ejercicio, sino porque hace poco, viendo uno de los videos, vi tu muñeca – me dijo, levantándose de su asiento y acercándose hasta donde estaba.

Tenía miedo, venia enojado, furioso, y cuando quedo enfrente mío cerré los ojos con fuerza, temiendo que me pegara, pero Frank me agarro de los hombros y me sacudió.

- ¿EN QUE MIERDA ESTABAS PENSANDO? – me grito, mientras me sacudía con fuerza – sos idiota acaso, no entiendo Gerard, ¿dónde está el chico que en su carta me dijo que tenía miedo de dejar a las personas que amaba, de que lloraran por él? – me soltó, pero yo aún no habría mis ojos, y sin darme cuenta, ya estaba llorando.

- Yo... no sé, no lo sé... en que... en que estaba pensando... no lo sé... - le dije con dificultad, con los ojos aun cerrados, mientras las lágrimas caían sin piedad de mis ojos – lo siento... mucho, lo siento... - comencé a murmurar, pero lo que menos pensé fue que Frank me abrazaría, que me abrazaría con tanto cariño.

Y solo me hizo sentir peor, y comencé a llorar con más fuerza.

- Gee... ¿qué te atormenta nene? ¿Por qué te haces esto? – Me pregunto, en un susurro contra mi oído – no te puedo ayudar si no me dejas... - me susurro nuevamente, pero ahora me acariciaba la cabeza con cuidado.

- Yo... - no podía hablar, el nudo en mi garganta, las lágrimas, todo impedía que pudiera hablar, y la vergüenza, la verdad, saber la verdad, reconocerla, eso dolía, dolía demasiado.

Pero Frank no me soltó, me siguió abrazando, ahora con un poco más de fuerza, hasta que me tranquilice, hasta que ya no me sentía tan mal.


- Todo... - le susurre y Frank se separó un poco de mí, mirándome fijamente – todo me recuerda a él, me recuerda a mi papa... - le dije finalmente, mientras lo miraba a los ojos – cuando tenía 4 años...



flashback



Cuando era chico, me encantaba jugar afuera, como Mikey aún era muy pequeño, mi padre siempre me acompañaba, se sentaba afuera con el diario y se quedaba conmigo hasta que anocheciera.

Todas las tardes eran lo mismo, yo corriendo por aquí, por haya, jugando con una pelota, con mis muñecos, con las cometas que le obligaba que me compraran o, simplemente, me sentaba a dibujar afuera.

Siempre ame el arte.

Mi padre siempre sacaba una silla de la cocina, y la llevaba al frente de la casa, se sentaba con su diario y se ponía a leer, y cuando yo me aburría de jugar solo (ya que en mi vecindario solo había personas mayores) iba hasta donde estaba, y le pedía que jugara conmigo.

Una tarde, estaba pintando un paisaje (aunque a los 4 años, era un horrible artista) y como hacía mucho calor, fui corriendo hacia donde estaba mi padre.

Él estaba sentado, con el diario en su regazo y se encontraba con los ojos cerrados.

No me sorprendí, era normal que él se durmiera, ya que a veces se aburría, y como Mikey era tan pequeño, mi madre siempre se quedaba con él adentro, por lo que mi padre se quedaba conmigo afuera.

- Papá... tengo sed – le dije, mientras le tocaba el hombro, pero él no se levantaba, entonces comencé a empujarlo suavemente – papá... levántate, tengo sed – le dije nuevamente, y como no me respondía, lo empuje con más fuerza.

Pensé que iba a abrir los ojos cuando callera al suelo, pensé que se iba a levantar y me iba a retar por la forma poco delicada en la que lo desperté, pero eso nunca paso.

Él, mi padre, al caer al suelo, quedo ahí, tirado.

Me asuste, y comencé a pegarle suavemente para que se levantara, pero no abría los ojos, mi padre no se levantaba.

- Papá... ¡PAPÁ! – comencé a gritar, hasta que mi madre vino corriendo, se acercó corriendo y cuando toco el cuerpo de mi padre, comenzó a llorar, y me abrazo.



Fin flashback






- Ese día... ese día a mi padre le dio un derrame cerebral... - dije suavemente, mientras las lágrimas, que pensé se habían acabado, volvieron a caer de mis ojos – él era una persona sana, era una persona buena, trabajaba para darnos lo justo y necesario... y ese día, ese día se lo llevaron... comencé a aislarme, no salía, solo comía y comía, lloraba todas las noches y me llenaba la boca de comida para no seguir llorando – le dije, mientras me sentaba en el suelo y me tapaba el rostro con mis manos – todo me recuerda a él, Frank... todo... yo lo amaba... era mi papá – dije, mientras lloraba con más fuerza.

Siempre lo recuerdo, todas las noches sueño con él, todas las noches siento que me está mirando y me siento bien, sé que no está orgulloso de que este así, gordo, pero si por estarlo, lo voy a sentir siempre, ¿Por qué no quedarme como estoy?

- Gee... - me susurro Frank, mientras quitaba mis manos de mi rostro, bajo las mangas de mi remera hasta mi codo y comenzó a acariciar las partes donde estaban los cortes, me quedo mirando y me sonrió – y él a vos, por eso te tienes que cuidar nene... para que este orgulloso del hermoso hijo que tiene – me dijo y me mordí el labio inferior, tratando de que las lágrimas dejaran de caer de mis ojos.

¿Tan egoísta era? Por mi culpa mi padre no descansaba en paz.

Frank soltó mis muñecas, y las acerco hasta mis mejillas, las cuales acaricio... cerré mis ojos por inercia, pero lo que menos pensé fue que él me iba a besar.

Y no me di cuenta de esto, hasta que abrí mis ojos y vi sus ojos cerrados y sentí sus labios sobre los míos.

Sus manos me agarraban con delicadeza, como si me fuera a romper, y me acercaban más a él, asegurándose de que no me alejara.

Movió sus labios contra los míos, y le correspondí, cerrando mis ojos, mientras sentía que el cuerpo me temblaba y mi estómago se estrujaba por sentirlo tan cerca.

Abrió mi boca con la suya misma y su lengua busco la mía, comenzando a acariciarla.

Sentí un fuerte calor recorrer todo mi cuerpo y no pude evitar sonrojarme.

Era mi primer beso, no sabía qué hacer, pero se sentía tan bien, era tan perfecto.

Nos separamos cuando el aire se hizo necesario, Frank tenía los ojos cerrados aun, y su boca estaba entre abierta, sus labios un poco rojos he hinchados y una pequeña sonrisa se formó en estos.

- Ahora vamos a entrenar, así que te cambias de ropa y vamos – me dijo, levantándose del suelo, mirándome con una pequeña sonrisa – estuviste muchos días quieto, así que hoy me voy a quedar a entrenarte, para recordarte porque estas acá.

Yo estaba nervioso, no sabía cómo actuar.

Frank me acaba de besar, pero Frank tenía novia.

¿Por qué lo hizo?

Kilo a Kilo - FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora