Capítulo 16

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Ha pasado tanto tiempo desde que inicié está historia, pero finalmente me complace decir que hemos llegado al único del episodio final. Decidí que no lo dividiría, puesto que, según mi persona, no quedó demasiado largo como para hacerlo.
Bueno, disfruten.

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El grupo caminaba con algo de prisa, sus sentidos alertas a cualquier tipo de amenaza. Habían corrido el primer tramo del camino para abarcar mayor espacio, pero con los Ichiraku no pudieron seguir al mismo paso por más tiempo del necesario, además de haberse retrasado por recoger a alguien más en el camino.

Kurama: Deberíamos descansar, ya estamos por entrar al país de las olas, una vez allí solo quedará atravesar el mar hasta llegar a la isla y el viaje habrá concluido.

Todos asintieron de acuerdo con el biju, quien estaba en su forma humana presente ante todos sus acompañantes.
Se sentaron en un pequeño claro del bosque,

Ayame: ¡Cielos, estoy agotada!-dejando su mochila a un lado y tirándose de espaldas a la hierba.

Teuchi: Ni que lo digas hija, ya estoy algo mayor para estas cosas-estirándose un poco y sobando su espalda.

Sakura: Cuando lleguemos deberías entrenar al menos un poco de resistencia y resistencia personal junto conmigo, nunca se sabe cuándo hará falta-sonriendo mientras se sentaba en una piedra.

Ayame: Mmm, no lo sé, nunca lo he intentado...-dudosa.

Sakura: ¡Vamos, anímate!-insistió la pelirosa-¿Ustedes qué opinan, Sasuke, Naruto?-volteando a ver a sus amigos.

Sasuke: Mhp-realizo la típica onomatopeya Uchiha, apoyado contra el tronco de un árbol. Una gota resbaló por la sien de todos los presentes.

Naruto: ¡Por supuesto! Sería muy bueno, Ayame-nee. Sakura tiene razón, no sabes cuándo lo necesitarás, al menos la resistencia, dattebayo-respondió con mucho ánimo y una gran sonrisa mientras levantaba el dedo.

Sakura: ¡Allí está!-triunfal.

Ayame: Bueno está bien, me convencieron-se rindió con una risa divertida.

Naruto: ¡No puedo esperar a llegar, estoy tan ansioso 'ttebayo!-exclamó dando pequeños saltitos de emoción.

Menma: Veo que te sienta bien la libertad rayito-sonrió con ternura, acercándose por detrás para darle un abrazo cariñoso.

Naruto: La verdad si-rió dejándose hacer.

Kurama: ¡Hey! Yo igual quiero-al igual que el Uzumaki mayor, envolvió entre sus brazos al pequeño sin hacer a un lado al otro.

El rubio estaba sumamente feliz, permitiendo que sus parejas lo mimaran.

Sasuke: Sigo sin acostumbrarme a esto. Ya paren, son demasiado empalagosos-dijo volteando su rostro con un leve sonrojo por la pena que le causaba la escena, aún no procesaba del todo la verdad sobre su amigo.

Todos los demás rieron a sonoras carcajadas por la reacción del Uchiha menor.

Itachi: Pequeño otouto tonto, quiero verte decir eso cuando tengas tu propia pareja-con una pequeña sonrisa. Yacía parado junto a su hermano.

El Uchiha mayor le dió un pequeño piquete en su frente con sus dedos anular y medio, como lo hacía cuando eran pequeños. Los demás se carcajearon con más ganas, avergonzando de sobremanera a Sasuke.

Mientras reían, Naruto comenzó a recordar cómo habían llegado hasta ese momento. Con los Ichiraku había sido fácil. A Sakura le tocó convencer a Sasuke, costó un poco, pero al final lo logró al contarle información sobre Itachi, así mismo ambos se habían reconciliado y como no querían continuar en la aldea que tanto mal les había hecho, accedieron con facilidad a irse con ellos. Shikamaru no pudo ir por su clan. Tsunade y Kimiko se quedaron, la primera para defender la aldea por encargo de su nieto adoptivo, y la segunda para no levantar sospechas y además fundar un hospital únicamente para niños, especializado principalmente en ayuda psicológica a pequeños como Naruto que estuvieran en horfanatos o requirieran ese tipo de asistencia médica, se prometió no dejar solos a los niños y sacar de su sufrimiento a quienes lo necesitaran.

No Quiero Ser Un NinjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora