Un jinchuriki con ataques de pánico, traumado, gay, que tiene por pareja a un biju y a un Uzumaki sádico-ambos con tendencias sobreprotectoras-, que por poco y no muere por andar divagando, con una personalidad algo desesperante, protagonizará está...
Disclaimer: Todos los personajes e imágenes usadas en esta historia no son de mi propiedad, créditos a sus respectivos autores.
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"Sígueme". Solo le había dedicado esa palabra cuando lo miró, el de ojos zafiro sin más opciones obedeció, no se arrepintió... por el momento.
El lugar era ciertamente agradable, podía sentir el suave pero constante movimiento de las hojas de los árboles y las hebras de sus cabellos al compás del viento; el verde nunca pudo haber sido tan magnífico; en el cielo se podía vislumbrar un claro reflejo del azul del mar, lo único que lo arruinaba, era el tenso e incómodo silencio que se cernía sobre ellos dos: Un rubio y un peliblanco parados el uno frente al otro. La incomodidad era tal, que el blondo incluso deseó ver llegar a su chillona compañera de pelo rosado para que rompiera el hielo. Al parecer, sus súplicas fueron escuchadas, no por la rosada, sino por el mismo hombre que se hallaba en frente.
-Naruto-su tono de voz salió extrañamente seria, la cual hizo erizar los vellos del niño, al igual qu ele puso la piel de gallina-debemos hablar-pasaron unos segundos, hasta que se oyó una fuerte carcajada, proveniente del mismo que habló hace en verdad nada-¡Hubieras visto tu cara!-dijo entre risas, las que poco a poco fueron menguando-Bueno, no estamos aquí para reírnos de ti mocoso-el de ojos azules hizo una mueca ante el apodo, generando una sonrisa burlesca en el mayor, sin embargo no dijo nada-Verás, necesito que me ayudes en algo-el niño se desconcertó, se suponía que ese iba a ser un entrenamiento, no una caridad hacia el anciano pervertido.
-¡Pero Kakashi-sensei dijo que usted me entrenaría!
-Y es cierto, pero también necesito algo de ti-el menor lo pensó por unos momentos, para finalmente contestar.
-Lo escucho...
-¡Bien! Como tu sabes, actualmente Konoha se halla sin un Hokage, por lo cual es imprescindible que se nombre uno lo mas pronto posible.
-Sigo sin entender a donde va todo esto o en que me incumbe a mi.
-Espera que ya llego a eso. El consejo quizo nominarme a mí para Hokage, pero el tomar el puesto no es algo que este entre mis deseos, así que sugerí a una vieja amiga para ello. El problema, es que ella se encuentra fuera de la aldea, y no tenemos ninguna pista sobre su ubicación. Aquí, es donde entras tú mocoso. Se me ocurrió que podríamos emprender un viaje de entrenamiento: ambos iremos a buscar a la próxima quinta Hokage, y en el camino, aprovecharé para entrenarte, pues siendo sinceros tu nivel es muy bajo-(ese es el punto) pensó el rubio, le agradaba saber que su intento por ser el más débil para no subir de rango dieron frutos-Y bien, ¿qué dices?
-Yo...-sus manos se entrelazaron y jugaron entre sí nerviosamente al pensar en su respuesta, debía ser cuidadoso. Si decía que no, seguramente recibiría todo un cuestionario pidiendo explicaciones sobre el por qué no aceptó buscar a la próxima Hokage junto a uno de los más poderosos ninjas que existen, y encima sabiendo que este estaba dispuesto a entrenarlo. Por otro lado, si accedía y conseguían encontrar a la dichosa mujer, sería mas notable y tal vez esta misma consideraría ascenderlo por haber formado parte de una misión tan importante, o por lo menos lo tendría en la mira. En ambas opciones salía perdiendo de un modo u otro, sin embargo debía tomar una decisión y rápido. La primera no estaría tan mal, con suerte y los aldeanos lo respetarían un poco más, o la Hokage evitaría que le hagan daño-¡Esta bien!-respondió enérgicamente-ire con usted ero-sennin-pudo observar como la cara de Jiraiya había mostrado una expresión de confusión antes de eso, seguramente por el titubeo que tuvo hace en verdad nada.
-¡Así se habla!, y bueno, alista tus cosas, pues nos iremos hoy mismo a las 3:00
-¡¿HOY?!
-Si, hoy, así que alista tus cosas mocoso-Naruto hizo una mueca e inflo sus mofletes mientras desviaba levemente la mirada en señal de disgusto por el apodo.
-¡No me llame así, no soy un mocoso, viejo pervertido!-contraataco logrando molestar al peliblanco.
-¡Mejor cállate! Con eso estamos a mano.
De esta manera concluyó la conversación con ambos despidiéndose, con pensamientos distintos en la cabeza: Uno pensando en como iba a ser el entrenamiento del blondo, y el otro, preocupado por los posibles problemas a futuro.
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El rubio se hallaba terminando de alistar sus cosas para el viaje con el sabio de los sapos. Una vez terminada la tarea, vio que eran apenas las 1:36; lo invadió un intenso sueño, sabía lo que significaba, por lo que se dispuso a dormir.
Abrió los ojos y lo único que pudo ver es oscuridad, solo sabía que bajo sus pies había una sustancia húmeda, muy probablemente era agua o algo parecido. Poco a poco su vista se acostumbró a la oscuridad que dominaba el lugar, solo para ver una gran jaula enfrente suyo. Suavemente citó las palabras que iniciarian la próxima conversación.
-Ohayo, Kura-kun-al momento en que sus finos labios pronunciaron aquellas palabras, dos ojos se abrieron de par en par dentro de la jaula, ambos eran de un intenso color rojo carmesí, con la pupila rasgada, ciertamente penetrantes y que destilaban odio puro, sin embargo, por alguna razón, esa mirada parecía suavizarse con el de ojos zafiro, hasta tal punto de tener un toque de cariño y amor.
-Ohayo Naru-respondio cariñosamente, mientras que poco a poco iba disminuyendo su tamaño y cambiando su forma hasta que solo quedó un humano detrás de las rejas.
-Bien- ¿que sucede, para que me llamaste?-preguntó observando como el pelirrojo se sentaba.
-Ven, primero ponte cómodo-dijo, señalando su regazo para invitarle a echarse en él, cosa que no tuvo que esperar mucho tiempo, pues al instante el de ojos zafiro ya se encontraba en su regazo, disfrutando de los mimos que el pelirrojo le proporcionaba-Veras Naru-continuo mientras acariciaba los cabellos del rubio-he estado pensando en eso de que no quieres continuar siendo un ninja, y creo que también he hallado una solución a tu problema-ganandose la total atención del menor.
-Te escucho...
-Son cinco las grandes aldeas ninja que existen, es obvio que mientras estés en alguna de estas corres riesgo de ser relacionado con el sistema ninja; hay aldeas menores que igual tienen ninjas, sin embargo no son muchas, a lo mejor serán solo unas cuatro o seis, las demás están libres del sistema ninja a excepción de lo que respectan los negocios, el punto es que de un modo u otro estas últimas están mucho más libres de ninjas que las demás, y cabe decir que aunque sean pequeñas, son muchas más que las que poseen ninjas...
-¿Qué estás tratando de decir Kura-kun?-se sentó y miró al mayor a los ojos, haciendo que este se viera obligado a detener las caricias.
-Estoy tratando de decir que la solución es irse de la aldea, desaparecer del sistema ninja, ser solo alguien más que alguna vez fue un ninja e irte a una de esas aldeas que no están involucradas en el tema, es la única solución que logro encontrar. Si continúas aquí y solo dejas de ser un ninja, sería solo un pase libre para que la momia intente convertirte en un arma, o que los aldeanos sigan lastimandote. Debemos irnos, desaparecer. Es hora de ejecutar el plan.
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Fin del capítulo
Apariencia de Kurama
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(Con los ojos rojos carmín y pupila rasgada)
Ciertamente he estado algo inactiva, sin embargo ya iniciaron mis vacaciones, así que las probabilidades de que actualice más seguido son altas.
En fin, muchas gracias por leer, y nos estaremos viendo, o leyendo mejor dicho, en el próximo capítulo. Adiós!