A diferencia de Georgina, quien estaba siendo regresado a su época, la situación de Otto era peor, a él lo tenían esposado, a solas y había sido despojado de todas sus pertenencias. Sentía impotencia, sofocación, se quería morir. No había terminado de darle a su Georgina el recorrido a través del tiempo, mostrándole el cómo se conocían, sólo faltaba esta época en la que estaban, los años veinte. Pues lastimosamente en la época actual de ella, no habían alcanzado a hacerlo.
El hombre que lo había esposado y llevado de vuelta a donde pertenecía, entró a la sala después de unos minutos. El chico de ojos ámbar estaba devastado, se le lucía de esa manera. Tomó asiento frente a él, dejando su placa y el reloj que él había robado sobre la mesa.
—Señor Dirac...
—¿Dónde está Georgina...? —preguntó en primera instancia. Ya no había nada que hacer por él, ya no le importaba, solo pensaba en su alma gemela.
—Está siendo devuelta a su siglo —. Respondió seriamente el investigador —¿Por qué lo hizo, señor Dirac? Le robó no solo al gobierno francés, si no que a su propio padre y al universo entero ¿En qué estaba pensando?
—Como Frances Mayes alguna vez dirá: A veces tienes que viajar en el tiempo, bordeando los obstáculos, con el fin de amar a alguien. —contestó únicamente por lo bajo.
Otro no era perteneciente a Francia, él era inglés, había nacido allá junto a su padre, y se habían mudado a Francia para que él trabajara en un proyecto junto al gobierno francés y había conocido ahí al amor de su vida, su alma gemela, la cual falleció en sus brazos, hasta que su alma pasó a ser Georgina Charles. Al conocer a una vidente que le habló sobre vidas pasadas y futuras, de adentro a una meditación para conocerse en cada una de ellas, pues ellos dos estaban destinados en cada una de sus vidas, y así fue cómo se dio cuenta de quienes eran. Con esa idea en mente y el proyecto de su padre, robó la máquina del tiempo para viajar a cada una de sus vidas y observar de lejos el cómo eran. Hasta que terminó en el futuro, y también se enamoró de Georgina, y al ver cómo él falleció en esa época, no dudó en acercarse a ella, y mostrarle lo mismo que él vio.
Lastimosamente, no podía usar esa máquina para revivir a Isabelle o a su persona del futuro, pues eso alteraría la línea del tiempo, y es por eso que prefirió tomar esa opción.
—¿Usted ama a la señorita Georgina Charles?
—La amo. En todas nuestras vidas. Y sé que no es un justificante para lo que hice, pero el amor puede volver loco a cualquiera ¿Si usted tuviera la oportunidad, no habría hecho lo mismo que yo?
—Es imposible lo que está diciendo. No puede robar una máquina del tiempo y decir amarla cuando todavía no la conoce.
—Sí, es posible. ¿Has oído hablar sobre las almas gemelas, vidas pasadas, futuras...? Además, los viajes en el tiempo son posibles, ya nada debería de sorprenderlo.
—Tiene razón, me disculpo por eso... —agregó el tipo después de unos segundos de silencio —. Bien, Otto, para tu mala suerte no hay forma en la cual puedas liberarte a eso, estás condenado a la prisión y a la pena de muerte por tus irresponsabilidades. A menos que aceptes una propuesta...
—Hago lo que sea, por Dios. Pero solo necesito hacer una última cosa más, tengo una petición para aceptar eso, aunque se que no soy merecedor de aquel beneficio.
—¿Qué es lo que quiere?
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Ladrones del Tiempo
Historia Corta¿Alguna vez has escuchado hablar sobre las almas gemelas, las vidas pasadas y futuras, y de los viajes en el tiempo? Pues yo sí y quién diría que eso podría ser realidad... O tal vez todo es realmente un sueño. Para Georgina Charles, una psiquiatra...