Lost for you. | Theodore Nott.

O1. Nuevo año.

Agnes estaba viendo todas sus pertenencias que llevaría por última vez, para asegurarse que no se olvidaba de nada. Todo estaba en su lugar: sus libros que usaría ese año, su nuevo uniforme, sus pertenencias personales, entre otras cosas.

Guardo el último libro que le había faltado guardar en su equipaje y cerró este mismo para luego agarrar su varita mágica y guardarla en uno de los bolsillos de su abrigo. Escucho que llamaban a la puerta por lo que se acercó y la abrió encontrándose con la elfa de su familia, Amy, quien con una voz chillona y temblorosa, le preguntó.

—¿La señorita Agnes esta lista?

—Si Amy, ya estoy lista. —Al ver Agnes como las manos de la elfa temblaban, que era algo normal que le solía pasar, aclaro. —Ya puedes llevar el equipaje, yo iré abajo a despedirme.

Le dio espacio a la elfa para que entrará a su habitación y sin cerrar la puerta bajo las escaleras color Blanco hasta encontrarse con su abuela sentada en el sofá mientras leía "El Profeta" concentrada. Agnes se acercó a ella y al oír los pasos de su nieta, su abuela Circe levantó la vista del Profeta y la centro en su nieta.

—¿Ya te has preparado? En unos minutos vendrá Henry para llevarte a la estación. —Preguntó mientras dejaba el periódico en la pequeña mesita cercana al sofá.

—Si, ya me he preparado. Venía a despedirme. —Contesto Agnes. Su abuela la miró por un segundo y se levantó del sofá. Se acomodo un mechón de su cabello pelirrojo y volvió a mirar a su nieta.

—De acuerdo. —Hablo Circe. —Solo quiero que sepas que aunque no esté de acuerdo en que vuelvas a Hogwarts espero que la pases bien y solamente te pediré que te cuides en todo momento, ya no estamos en los años anteriores.

—Si abuela, lo sé. —Agnes suspiro. —Sé perfectamente que no estas de acuerdo en que regrese a Hogwarts pero juro cuidarme. Ya tengo dieciséis años y estoy consciente que estamos en tiempos difíciles.

Circe la miró por un momento y luego con esa sonrisa tan maternal que la caracterizaba se acerco a Agnes para darle un abrazo. Rara vez le daba un abrazo pero podía decir que por unos momentos se sintió en paz, como si haya retrocedido en el tiempo a cuando era niña y casi nada la preocupaba. El abrazo duro unos minutos hasta que se escucho el timbre por toda la casa y se separaron.

Amy fue rápidamente a abrir y cuando abrió era Henry, quien siempre la llevó a la estación 9¾ desde su primer año en Hogwarts.

—Hola Henry. —Saludo su abuela. —Agnes ya esta lista para irse.

Amy fue quien dejó las maletas de ella en el vehículo de Henry, que era prestado por el ministerio ya que trabajaba allí. Agnes le dio una última sonrisa a su abuela antes de subir al vehículo, lista para su sexto año en Hogwarts.

Cuando llego a la estación pudo ver de lejos a Draco Malfoy con su madre Narcissa Malfoy y se acercó a ambos con su equipaje. Narcissa la recibió con una sonrisa y Draco solo la miró por unos momentos, a veces ni parecían ser mejores amigos aunque ya era costumbre.

—Agnes, querida. —La saludo Narcissa con una voz demasiado tranquila. Era difícil escuchar a alguien tan calmada en los tiempos que estaba pasando el mundo mágico. —¿Como te encuentras?

—Hola Narcissa. —Saludo Agnes. —Hola Draco. Me encuentro bien, gracias por preguntar. ¿Y ustedes que tal se encuentran? —Sabía la respuesta pero pregunto solo por cortesía.

—Oh, ya sabes. Intentando mantener la calma. —Contesto Narcissa, sonando con una falsa sinceridad. —¿Tu abuela no te acompaño hoy?

—No, decidió quedarse en casa. Como siempre..