38. Noche inolvidable.

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Trato de hacer la cena lo mejor que pudo a base de libros de cocina y trato de que todo en su hogar temporal estuviera en orden.

Era sábado y Theodore le aviso con dos días de anticipación que vendría para cumplir con la tan esperada cita. Había pasado una semana del funeral de Blaise y varias cosas habían cambiado.

Ninguno de sus amigos tuvieron la ocasión de verse después del funeral, todos estaban ocupados. Agnes con el tema de la herencia, el cual pudo darle un cierre luego de contactar al abogado de la familia. Pansy finalizando su trato con su padre, quien le hizo prometer que luego de darle dinero no la volvería a ver. Draco tenía que declarar contra su padre en el juicio que tendría debido a que Lucius podría ir a Azkaban si el ministerio lo aprobaba y Daphne y Valeryn estaban en contacto para irse a vivir juntas.

Algo que Waterhouse siempre supo era que cuando la guerra terminará, todos tomarían sus propios caminos y que las posibilidades de que volviera a ser el grupo como antes eran nulas. Peor en ese momento teniendo en cuenta que todos estaban pasando por el sufrimiento de la pérdida de Zabini.

Nada volvería como a ser antes pero todos querían volver a ser tan unidos para aprovechar el tiempo perdido y sanar las heridas que la guerra les dejó.

Algo positivo era que Winter volvió a sus brazos, le dio mucha pena ver las condiciones que le entregaron su lechuza pero por suerte ahora se encontraba mucho mejor. Sin dudas estaría siempre agradecida con Draco porque a pesar de que estuviera pasando por tanto, él se encargó de que el ministerio le diera a Winter y por eso lo quería tanto.

Un sonido se escuchó en la sala y Agnes se miro en el espejo del baño para corroborar de que su vestimenta estaba intacta. Su suéter blanco combinada con su falda negra y cuando salió del baño, sus pisadas se escuchaban por toda la casa debido a sus botas negras las cuales no tenían mucho tacón pero si lo suficiente para hacerla notar un poco más alta.

Vio a Theodore, quien estaba de espaldas mirando la pintura que la pelirroja colgó en la sala. Era una de sus pinturas más preciadas de las que ella había hecho en la guerra porque la hizo cuando pensó que ya no había esperanzas de que su vida tomara el camino que ella tanto había esperado por años y sintió que debía ser expuesta en la sala para recordar todo lo que vivió.

-¿Te gusta? -Pregunto ella.

Nott se volteo al oír la voz de su amada, la cual estaba increíblemente hermosa y sonrió al mirarla. Agnes sonrió al ver las flores que su novio tenía en las manos porque se trataban de sus flores favoritas y sabía exactamente porque las había comprado.

-Si, esta muy linda. -Respondió el castaño y se acercó a ella para dejar un corto beso en sus labios en forma de saludo. Extendió su brazo para darles las flores. -Son para ti.

Agnes acepto las flores con una sonrisa de oreja a oreja ya que jamás nadie le había prestado tanta atención y le encantaba que Theodore fuera tan observador porque se dio cuenta que los lirios blancos son sus flores favoritas.

-Gracias, cariño. -Agradeció la ojiazul dejando un beso en su mejilla. -Me gusta que seas detallista.

-Solo contigo soy detallista. -Comento Nott y en ese momento vio de reojo la jaula de Winter. -¿Ya te dieron a Winter?

-Si, hace unos días. -Contesto. -Creo que está durmiendo en mi habitación, seguro que pronto vendrá cuando te escuché.

-Eso espero porque hace mucho que no la veo. -Dijo él con una carcajada. -¿Realmente hiciste toda la cena tu sola? Cuando leí en tu carta que lo harías quise decirte que podía ayudarte pero no quería quitarte la ilusión.

-Claro que la hice yo. -Respondió la pelirroja mientras lo agarraba del brazo guiándolo a la cocina. -En mi opinión, era justo que la hiciera porque yo fui quien te invito aquí.

Lost for you. | Theodore Nott.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora