Elenna Erevarld es hija de Hera, Diosa del Matrimonio, la Familia y las Mujeres casadas.
¿Cómo es eso?¿Cuándo fue que Hera engañó al mismísimo Zeus?
El Dios del Cielo no titubea en atacarla, pero no todos los Dioses están del lado del rey.
Ella es...
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Pov Elenna
Intenté relajarme. Me asomé al balcón sola. Acababan de anunciar mi compromiso con Xander. Sus amigos y hermanos se lo llevaron para celebrar. Pasé por el lado de mis amigos y vi la mirada decepcionada de Percy, no pude acercarme.
Me daban ganas de prender un cigarrillo en aquel momento, pero no podía dar aquella mala imagen o mamá me casaría en cuestión de horas.
Apoyé los codos en el balcón y miré hacia las estrellas. Vi la constelación de Zoë Belladona, antigua Cazadora de Artemisa. Nos conocimos hace algún tiempo, yo aún era muy joven pero ella ya me invitaba a unirme a la Cacería.
Seguramente ahora estaría muy decepcionada de mí. Casarme con un hombre al que acababa de conocer, sin seguir siendo doncella, sufriendo por un chico...
—Elenna.
Y hablando de dicho chico.
Nico estaba frente a mí. Había murmurado mi nombre con voz rota y sus ojos estaban rojos, como si hubiese llorado toda una eternidad. Se acercó a mi lado en el balcón y no me retiré.
—¿Universidad? —nada de la universidad había salido a la luz.
—Bueno, Reyna... es una buena amiga.
Intentaba sonreír, pero sus labios temblaban.
—Sé que me dijiste que te olvidara —le miré a los ojos—. Y que no me metiera en tu vida y todo esto. Pero, Nico, ¿estás bien?
Negó con ojos llorosos.
—Elenna, yo no... Yo no quiero que me olvides. Elenna, yo te quiero. No...
Eso fue suficiente para que lo abrazara.
—Lo siento —sollozó en mi hombro—. Los siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... —jadeó.
—Ey, voy a estar bien —acaricié su cabello—. Puedes venir a verme y yo iré a verte. Además eres el Embajador de Plutón. Seguro que nos encontramos.
Nico y yo éramos amigos, pero de vez en cuando se nos aceleraba el corazón. Él nunca lloraba. Nunca. Era muy orgulloso. Pero cuando llora, no llora por lo que llora. Llora por todo lo que nunca pudo llorar. Y cuando alguien como Nico lloraba frente a ti, debías estar muy agradecido: significa que le importas más que su orgullo.
—Te quiero —suspiró más tranquilo.
—Y yo, Sombritas.
☾︎☠︎︎☽︎
—¿No te matarán por esto? —me preguntó Nico.
—Punto 1, me encanta el te en vez del nos —rio levemente—. Punto 2, ni hacemos nada malo. Punto 3, cerré la puerta con magia (detallitos de Hécate).
