Capítulo 55

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Es surrealista estar de pie junto a Jeno en uno de los ascensores del edificio de su residencia, con los dedos entrelazados, los costados casi tocándose, y echándole rápidas miradas.

Porque no puede aguantar la mirada durante demasiado tiempo, no cuando Jeno lo descubre mirando y le regala esa pequeña sonrisa cariñosa que curva ligeramente sus ojos y tiene miel goteando de ellos, no cuando todavía puede oír su dulce voz diciéndole cosas que nunca imaginó que oiría especialmente de él.

Pero no puede evitar mirarlo, el pecho se le aprieta con una mezcla de tantas emociones diferentes que se siente mareado tratando de seguirlas. El calor de su afecto y su gratitud palpitan en sus venas, el anhelo de no dejarlo ir es un pinchazo egoísta que tiene que ignorar, y un amor que le ha costado tanto admitir arde en su interior y le duele en el pectoral izquierdo, calmado sólo por la presencia de Jeno y sus dedos entrelazados

El ascensor se detiene y las puertas se abren, recordándole que esto no es un sueño sino una realidad, que el tiempo no se ha detenido y sigue pasando. "Buenas noches, Jaeminie", susurra Jeno, y su mano derecha da un suave apretón a la de Jaemin. Jaemin no recuerda quién fue el que alcanzó con su mano al otro en la brevedad del viaje hasta el interior del ascensor, tal vez fue él el que necesitaba asegurarse de que esto estaba sucediendo realmente, o tal vez fue Jeno.

Una parte de él espera que ambos lo hicieran al mismo tiempo.

"Buenas noches, Jen", le susurra, las comisuras de sus labios se curvan naturalmente en una pequeña sonrisa que es devuelta con el mismo cariño, sus flores de lino una cálida sensación de hormigueo en su piel y su escabiosa zumba positivamente junto al dolor siempre presente.

Jeno le suelta la mano y sale del ascensor, sin apartar la vista de él, con su sonrisa de ojos bonitos presente en su rostro hasta el final, hasta que las puertas se cierran y Jaemin se encuentra mirando su reflejo sorprendido por ello.

La sonrisa en sus labios, el brillo en sus grandes ojos, el rosa espolvoreado en sus mejillas. Jaemin se lleva la mano a la bufanda y se la quita, revelando las flores que marcan su cuello, su sonrisa se amplía ante el vivo tono de azul que han recuperado sus flores de lino.

Cuando le pidió a Jeno que se reuniera con él, Jaemin sólo esperaba poner fin a su acuerdo, confirmar los rumores de que el mayor había vuelto con su ex o estaba a punto de hacerlo. Jaemin necesitaba terminar de romper su propio corazón para sanar o eso era lo que pensaba.

Jaemin nunca hubiera podido adivinar lo que sucedió en su lugar.

Jeno se le confesó.

Lee Jeno se le confesó a él, a Na Jaemin.

Jaemin tenía a un Jeno llorando y suplicando frente a él, afirmando que había desarrollado sentimientos por él. Y qué confesión fue esa, su corazón sigue latiendo unos pasos más rápido sólo con recordarlo.

Oh, cuánto desearía Jaemin poder creerlo todo.

Jeno hablaba de él como si Jaemin fuera lo más preciado, el cariño en su tono, la adoración en sus ojos, Jaemin no puede creer que fuera real, que Jeno se sienta así, que piense así.

Jeno se merece algo mejor que él.

El pensamiento amenaza con nublar la luz en él, así que sacude la cabeza como si eso pudiera ayudarle a deshacerse de el. Al menos por esta noche, quiere disfrutar de la alegría que le ha proporcionado un acontecimiento tan imposible. Lo que suceda después, el futuro incierto, lo afrontará como venga, con pasos cuidadosos.

Jaemin entra en su habitación, se quita los zapatos a toda prisa mientras cierra la puerta de un portazo, y no espera a dar un paso más en el interior antes de que ya esté hablando a gritos de lo que ha ocurrido.

Bouquet [traducción] ;; nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora